El Unicaja, lanzado hacia los cuartos de final tras liquidar al Estrasburgo

En Estrasburgo, tras los pertinentes ajustes defensivos para frenar a Nisyer Brooks, el Unicaja impuso su consistencia para ganar. Destacaron numéricamente Perry, Osetkowski y Taylor, pero el encuentro de Kalinoski en las dos partes del campo fue soberbio. Y este es el éxito de este equipo, en el que buenos jugadores sacrifican su talento para trabajar por el grupo. Esto es mérito del entrenador.

La intensidad defensiva y la velocidad del Unicaja le permitieron dominar al comienzo del partido ante un rival anárquico y que tenía serios problemas para anotar (1-8). Sin embargo, el plan de los franceses era claro, meterle balones a Nisyer Brooks. En cuanto esta vía estuvo abierta para el Estrasburgo, el encuentro cambió radicalmente. El estadounidense fue una pesadilla. Lima no pudo frenarlo al comienzo. Salió Sima y tampoco lo contuvo. Probó Ibon Navarro con Will Thomas como cinco, pero ni por esas. En cuanto Brooks recibía en la zona era sinónimo de canasta y, en la mayoría de las ocasiones, sacó la falta. Además, la atención que el pívot generaba en la defensa cajista al tratar de ayudar, producía ventajas a sus compañeros. McGee fue el que más se aprovechó y entre él y Brooks permitieron al Estrasburgo dominar en el primer cuarto (21-20).

El Unicaja sufría en esa situación y sólo sacó la cabeza cuando Brooks se sentó. Un par de triples de Osetkowski y Taylor le permitieron recuperarse de un 25-20 en contra al comienzo del segundo acto. Aunque el pívot estadounidense del Estrasburgo seguía castigando, ahora estaba solo, pues la defensa malagueña, además de tratar de condensar la zona, se aplicaba bien sobre los exteriores y llegaron algunos contragolpes. Los despistes del rival al cambiar de defensa zonal a individual también ayudaron con triples liberados de Ejim y Kalinoski. El resultado fue un trabajado 34-40 al descanso. Salió frío el Unicaja después del intermedio y encajó un parcial de 2-10 que permitió al rival igualar el choque (42-42). El juego era más feo, pero el conjunto malagueño hizo una cosa muy bien, parar a Brooks. Ahí se empleó a fondo Lima, que alejó al estadounidense del aro, donde era más productivo. Cerrada esa vía, al Estrasburgo ya le costaba un mundo. Se empeñaron los manejadores del conjunto francés en jugársela en continuos 'uno contra uno'. Hubo jugadas en las que ni dieron un pase. Esto facilitó las cosas en defensa al Unicaja, que mantuvo un buen tono en ataque y llegó al último cuarto ganando 50-59.

La tendencia del partido había cambiado de forma clara. El Unicaja no sólo contuvo a Brooks, sino que defendió a la perfección a los manejadores del rival. Le puso las cosas fáciles también el Estrasburgo, porque insistió en un juego excesivamente individual. Apareció Perry con un par de triples para ampliar la renta (55-67). Un tercero de Osetkowski sólo unos segundos después sonó ya a sentencia. Quedaba un mundo, pero la ventaja era amplia y las inercias de cada equipo estaban muy marcadas. El Estrasburgo picaba hacia abajo y, el Unicaja iba lanzado a por la victoria.