El Unicaja gana con solvencia en la pista del Falco en el arranque de la Champions

El encuentro comenzó con una absoluta despreocupación por la defensa por parte de los dos equipos. En un intercambio incesante de canastas, el Unicaja lo hacía de tres y su rival, de dos. El acierto de los jugadores malagueños permitió que el Unicaja fuese siempre por delante con comodidad, sin sufrir, pero sin rigor alguno por proteger su canasta. Llegó a ganar el cuadro cajista por seis puntos (11-17), pero en cuatro no le entraron los triples empezó a tener más problemas porque su rival, con rápidas transiciones, logró canastas fáciles. Además, el Unicaja tenía problemas para sujetar al húngaro Benke, que primero superó a Saint-Supéry y, luego, a Carter. Fue precisamente este jugador el que empató el partido a 21, pero cuando empezaron las rotaciones del banquillo, el Unicaja impuso la amplitud de su banquillo para cerrar el primer cuarto ganando 26-30.

Los 'suplentes' cajistas confirmaban esa superioridad en las primeras acciones del segundo acto y la renta malagueño se elevó hasta el 26-38. El entrenador del Falco trató de frenar la sangría con dos tiempos muertos en menos de un minuto (28-41, min.14)). Ordenó una zona y al Unicaja se le empezó a complicar el partido por dos motivos. El principal es que se olvidó de compartir más el balón y esto desembocó en tiros más forzados, llegando a fallar ocho triples seguidos. El otro aspecto clave fueron las personales. Entró en 'bonus' y el falcto encontró en esta vía un recurso fácil para anotar. Encestó nueve de los diez lanzamientos libres que tuvo y esto le permitió equilibrar el choque al descanso (41-43). La superioridad cajista era notable, pero debía confirmarla en la pista y en el marcador. Un detalle, los suplentes del Unicaja lograron 19 puntos, por los 9 del Falco.

No mejoró en ninguno de estos aspectos el Unicaja, es más, su rival comenzó a creer en la victoria y no tardó en ponerse por delante. El Unicaja tenía problemas para controlar el rebote defensivo y esto le permitió al conjunto húngaro segundas acciones para mantener el pulso sin excesivos problemas. Hubo algún latigazo de Perry y también de Kalinoski, pero el cuadro cajista no tenía la tensión de la primera parte y eso se reflejaba en el marcador, con el Falco siempre apretando. El tercer cuarto se cerró con un ajustado 62-66.

Era más que evidente que el Unicaja tenía que corregir esa brecha en el rebote y mejorar su defensa. Se cumplieron estas dos premisas y el conjunto malagueño demostró en los últimos diez minutos su enorme superioridad. Un primer parcial de 3-8 rompió ese equilibrio (65-74) que tenía el encuentro. Thomas y Kravish hacían estragos en la endeble zona local y acabaron con 15 puntos cada uno. Ahí se puede decir que acabó la resistencia del conjunto húngaro. Con el rebote controlado y robando algún balón que otro, el último cuarto fue ciertamente cómodo para un Unicaja que sentenció el choque con triple de Djedovic, otro de los destacados ante el Falco.