El Unicaja persigue la proeza del doblete en la mejor temporada de su historia

Es cierto que la Champions no tiene el pedigrí de la Euroliga ni tampoco el de aquella Eurocup de 2017 ganada frente al Valencia tras tumbar por el camino a equipos de primera fila como el Bayern Múnich o el Lokomotiv, pero ya en la final es una ocasión inmejorable para ganar otro título y sumárselo a la Copa de Badalona. Es decir, la posibilidad de un doblete es real.

Echando la vista atrás, el Unicaja nunca logró esta combinación de Copa y final Europea antes. Seguramente habrá quien considere aquel trienio mágico con Sergio Scariolo al frente como el mejor de siempre, pues el global de lo conseguido fue difícil de superar: Copa de 2005, Liga de 2006 y Final Four de 2007. Aquellos años de éxitos también encierran un aura especial por la calidad individual de los jugadores que ayudaron a conseguirlos y todo amparado por los mayores presupuestos que . Había jugadores de primerísimo nivel internacional que dieron más caché al equipo y al propio club. Quizá cuando pasen algunos años, se aprecie con más valor lo que se está haciendo esta campaña, en parte porque la actual plantilla carece de aquellas 'estrellas', pero tiene en la fuerza del colectivo su principal activo y fortaleza.

Ahora ya se ha igualado el título copero del 'trienio mágico', además consiguiendo lo que nadie había hecho antes, pues se eliminó al Barcelona y al Real Madrid en el camino hacia el partido por el título frente al Lenovo Tenerife, y se ha plantado en una final continental a mediados de abril. Por otro lado, la puerta para avanzar lejos en la Liga está totalmente abierta y con buenas expectativas a tenor del rendimiento que está ofreciendo el equipo y el calendario que tiene que afrontar. Si cuando llegue el momento, la plantilla que dirige Ibon Navarro se alza con el título de la Champions, entonces sí que no habrá discusión de que la 2022-2023 es la mejor temporada de siempre. No habrá debate y para eso sólo hacen falta dos triunfos más en la Final Four.

Más allá de los debates, conviene tener presente la gran transformación del equipo. A estas alturas de la campaña anterior, el Unicaja estaba eliminado de la Champions y luchaba en la Liga por evitar los puestos de descenso a la LEB Oro con el club sumido en muchas dudas.

Como es lógico, Europa es el plato principal del Unicaja en las próximas semanas por el botín que hay en juego, pero la guinda a la temporada puede llegar en la Liga Endesa. Ahí el objetivo es ser cabeza de serie, acabar entre los cuatro primeros y tener el factor campo a favor en los primeros cruces de cuartos. A nadie se le escapa que el equipo malagueño será un adversario dificilísimo independientemente del rival. Nadie se lo querrá encontrar. Para esos 'play-offs' la clave será cómo llegará una plantilla que habrá sufrido un gran desgaste tanto físico como emocional, pero que ha mostrado un gran carácter competitivo en estos meses y una enorme capacidad de superación.