El Unicaja pierde el primer asalto en el Carpena, pero no la guerra

La tensión que rodeaba el choque se dejó notar en un comienzo de partido con muchas imprecisiones, fallos y sobresaltos, como el golpe que se llevó Perry nada más comenzar y que le obligó a dejar el encuentro de forma momentánea. La consigna azulgrana era clara, reactivar a Mirotic, así que el montenegrino no paró de recibir balones, casi todos al poste bajo. Una vez más, el Barcelona trataba de castigar los desajustes en los emparejamientos y en los cambios defensivos. Por suerte el Unicaja lograba sobreponerse a estas trampas tácticas y a un partido más lento de lo que le gustaría. La entrada de Kravish con sus lanzamientos a cuatro metros e incluso un triple dio al equipo malagueño la primera ventaja clara (17-12), pero duró poco pues dos triples de Abrines, excelente en esta serie, y Mirotic, cerraron el primer cuarto a favor del Barcelona (17-18).

A estas alturas del partido, la rotación del Barcelona se había alterado respecto a los dos primeros encuentros. Da Silva, Paulí y Nnaji entraron en escena, con gran impacto del poderoso pívot nigeriano. Con menos físico y veteranía que el joven jugador del Barcelona, Thomas fue el antídoto para parar al joven jugador culé. Un par de acciones de calidad del de Baltimore volvieron a equilibrar un choque que tenía poco ritmo. El conjunto azulgrana trataba de obligar al Unicaja a atacar en estático y cortaba siempre que podía cualquier acción rápida, pero Perry aceleraba el encuentro en cuanto cogía el balón (34-31). Llegó entonces otra de esas acciones absurdas e imcompresibles que se están viendo en esta serie. Carter robó un balón y al culminar el contragolpe elevó los brazos para anotar y recibió falta. Los árbitros revisaron la acción y determinaron juego peligroso del cajista por el empleo de los codos. ¿Cómo querían que llevase el balón a la canasta, por arte de magia? La acción se resolvió con personal de Laprovittola y antideportiva de Carter. Previamente Mirotic impidió un ataque rápido del Unicaja y no fue sancionado con técnica. Pese a tantos parones, el Unicaja llegó al descanso por delante con dos acciones brillantes de Kravish.

El dominio del rebote ofensivo en el comienzo de la segunda parte permitió al equipo malagueño situarse 49-45. Barreiro y Kalinoski se lanzaban como lobos por los rechaces y Sima culminaba de forma contundente. Sin embargo, atrás al Unicaja no le salían las cosas. Satoransky y Kalinic insistían en ese juego al poste, en el que el serbio es todo un maestro. Ahí llegaron los mayores problemas para los de Ibon Navarro, que se vieron perdiendo 51-57 tras un parcial de 2-12 y ocho puntos seguidos de Satoransky. Supo sufrir el Unicaja con Ejim percutiendo contra la defensa visitante y volviendo a apretar el encuentro, pero los problemas del equipo cajista eran evidentes y cerró el tercer cuarto perdiendo 60-66.

Esa tendencia del choque se acentuó con un pésimo arranque del último cuarto. Un par de pérdidas de Brizuela y varias faltas tontas dieron canastas fáciles a un Barcelona que, como es lógico, no despreció los regalos. Más allá de esto, el Unicaja no supo cómo taponar la fuga de agua que tenía con Kalinic. El serbio siempre aparecía para castigar en el poste bajo y dio un recital en la recta final del choque. Ahora no había respuestas rápidas y por ahí se le fue el partido al equipo malagueño, que entró en un bache ofensivo en el peor momento y terminó por perder el factor campo. Si el martes no gana, estará de vacaciones.