El recuerdo a Javier Imbroda emociona al Martín Carpena

A pie de pista estaban algunos de sus amigos más cercanos y buena parte del cuerpo técnico con el que trabajó en el Unicaja en la época del subcampeonato. Fue precisamente Pedro Ramírez el que a pie de pista, como en los viejos tiempos, recordó así la figura de Imbroda. «Son momentos muy tristes, pero hoy estamos todos aquí para acompañar a toda su familia. Recordar todos juntos en un sitio donde Javier dio tanto por nuestra camiseta. Javier era todo corazón, se entregó siempre en cuerpo y alma. Fue un amigo, un compañero, un gran entrenador, un maestro y un gran ejemplo. Siempre estará con nosotros», dijo.

Cerca de él estaba Alfonso Reyes, ahora presidente de la Asociación de Baloncestistas Profesionales, y hace décadas figura clave de aquel Unicaja subcampeón de la mano de Imbroda, al que consideraba un maestro de la vida. «Lideró un proyecto deportivo que se convirtió en un sueño. Fue un maestro y un psicólogo. A lo largo de los años cuando nos encontrábamos con él era como encontrarte con un profesor. Se le notaba en la cara cuando nos veía. El baloncesto malagueño le debe mucho y ya está empezando a saldar esa deuda con creces. Lo recordaremos con alegría y cariño y la muerte para él no será el final», afirmó.

En los últimos años, el secretario general de Deporte de la Junta, José María Arrabal, ha trabajado mano a mano con Imbroda, casi desde que este entró en política. «Tuve el privilegio de compartir ese viaje, que ahora continúa con Javi y con Pablo y con toda la familia. Le decíamos que no se iba a ir nunca, no se va a ir nunca porque esta casa tiene su alma. Todos fuimos tocados por una persona excepcional, con un corazón de campeón que fue ejemplo hasta el último día. Tenemos que dar gracias a la vida. Muchas gracias a todos, adelante, mucha fuerza», dijo mirando a los hijos de Imbroda

En las gradas había mucha emoción. Decenas de amigo del exentrenador fallecido aguantaban las lágrimas, aunque algunos no pudieron al ver a los hijos de Javier Imbroda, Javi y Pablo, vestidos con la camiseta del Unicaja y la selección española, mandando ese mensaje de pasión por la vida como su padre les enseñó.