Un torpón único

La parte visible de su aportación siempre fue, al margen de los puntos, rebotes y asistencias, una manera única y muy competitiva de entender el baloncesto

BERNI RODRÍGUEZ

Jueves, 3 de noviembre 2016, 00:10

Podría contar mil historias sobre la amistad que he tenido, tengo y tendré con Germán Gabriel, pero quizá merece la pena empezar por el principio. ... Llegó el verano en el que pasamos a ser cadetes. El jugador que yo conocía por Germán Gabriel, el torpón, discreto a nivel de habilidad y que no la metía en una piscina, pasó a ser un bailarín que lo metía todo, reboteaba y tenía la habilidad de un base.

Publicidad

Según mi manera de verlo, a partir de ahí comenzó la gran carrera profesional tanto en el Unicaja como en la Liga ACB de Germán. Es un buscavidas del baloncesto y de retos personales. Su trayectoria a nivel profesional y humano es envidiable en una Liga tan dura como la española, sin importarle el destino, pero siempre dando el máximo de talento para el equipo y de su persona para el grupo. Bromista incansable, ha sabido llevar su personalidad a los vestuarios, donde ayudó de forma invisible a hacer ganar a sus equipos.

La parte visible de su aportación siempre fue, al margen de los puntos, rebotes y asistencias, una manera única y muy competitiva de entender el baloncesto. No tengo ninguna duda de que volverá a tener éxito allá donde esté, en este caso iniciando su carrera como entrenador muy lejos de Silvia y Elena. Esto es lo bonito que tiene el baloncesto. Te da amigos de por vida. Mi hermano fiel cruza el charco.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad