Málaga, epicentro del baloncesto europeo en una 'Final Four' histórica
El torneo de la BCL se ha saldado con un éxito rotundo a pesar del cuarto puesto del Unicaja, pero la afición malagueña vibró con el espectáculo
Una cita para la historia, una ciudad volcada con el baloncesto, un Palacio que ofreció la mejor de las imágenes posibles y una organización y ... ambientación acordes a la importancia del torneo. Málaga se consagró como sede de la 'Final Four' de la Basketball Champions League ganada con autoridad por el Telekom Bonn –que cuenta en sus filas con el mejor jugador de la competición, Shorts– y se convirtió en epicentro del baloncesto europeo demostrando su capacidad, infraestructura y condiciones para celebrar los mayores eventos.
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Todo salió a la perfección, excepto el resultado deportivo, que dejó a la afición desencantada con los resultados y el juego del Unicaja, aunque orgullosa de que su equipo vuelva a asentarse en la élite tanto en competiciones nacionales como internacionales. El cuarto puesto deja un sabor agrio a los exquisitos paladares de unos seguidores que se frotan los ojos ya por lo que acontecerá en breve con la recta final de la Liga Endesa y el 'play-off' por el título en unos cuartos de final en el que ya conoce el rival, el Lenovo Tenerife, el mismo al que le ganó la Copa del Rey y con el que se jugó el tercer puesto de la BCL. Se antoja ya una rivalidad que promete ser legendaria, primero por los excajistas que pueblan el conjunto insular y después por la importancia de sus duelos.
Pese a las dos derrotas de su equipo, la afición malagueña disfrutó de dos intensos días de baloncesto del más alto nivel, ya que esta 'Final Four' es la mejor que se ha disputado hasta el momento por el potencial de los participantes. 10.437 personas se dieron cita este domingo para presenciar dos encuentros donde la tensión, la igualdad y el espectáculo dominaron los 80 minutos. El Hapoel Jerusalén fue el equipo que más seguidores arrastró para apoyar a su equipo, y si el viernes la cifra oficial era de 1.500 israelíes en el Carpena, ayer se sumó casi un millar más que pobló de rojo intenso las gradas del Palacio. Se ausentaron para para pesenciar el Unicaja-Lenovo Tenerife, pero a las siete de la tarde, una hora antes de la final, se apoderaron de la ambientación del pabellón con sus constantes cánticos. Sin sentarse un solo segundo amenazaron los cimientos del recinto cuando saltaban al unísono creando un auténtico espectáculo pleno de calor y color. Solo el encendido de unas bengalas, algo que está prohibido, durante el partido opacó su animación, haciendo intervenir a la policía. Los casi 500 alemanes apenas se hacían oír excepto por el bombo que tronaba para que los jugadores del Telekom Bonn conocieran de su existencia, algo parecido a lo que ocurrió cuando los 365 del Tenerife intentaban hacerse hueco entre los seis mil malagueños que conformaban la marea verde.
Tienen que estar muy satisfechas tanto la Junta de Andalucía, institución que abonó el canon que hizo posible que Málaga fuera elegida sede, como el Ayuntamiento y la Diputación, que han colaborado económicamente en una 'Final Four' excelentemente organizada por el Unicaja, que se ha afanado para ejercer de perfecto anfitrión. La FIBA ha quedado plenamente satisfecha con el torneo, hasta el punto de que un componente de la Federación Internacional comentó, ahora mismo como un deseo más que como una gozosa realidad: «Ojalá Málaga fuera sede permanente de la 'Final Four' de la Basketball Champions League», lo que denota el grado de satisfacción de cómo ha transcurrido el torneo. Alrededor del mismo se han dado cita caras muy conocidas, como los exjugadores del Unicaja Pepe Sánchez, sentado en primera fila junto a Scola, o Jiri Welsch, además de las autoridades entre las que se encontraba en el presidente de la Federación Española, Jorge Garbajosa, uno de los ídolos de la afición local.
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