Málaga, el corazón de la Supercopa Endesa
La primera edición se disputó en el Carpena, allá por el 2004, que será sede del torneo este fin de semana por cuarta vez en su historia, igualando a Vitoria en el 'top' de ciudades anfitrionas
Pocas ciudades más 'supercoperas' hay en España que Málaga. Ninguna, si se ponen encima de la mesa todos los valores que unen a este prestigioso ... torneo con la ciudad que lo vio nacer, allá por el año 2004. El Martín Carpena fue el escenario en el que el torneo resurgió para quedarse y seguir existiendo, gracias al apoyo de una ciudad que respira baloncesto por los cuatro costados, que en su día apostó fuerte por este renovado torneo y su nuevo formato, un apoyo que fue fundamental para su nacimiento y su persistencia en el tiempo. Este fin de semana, la Supercopa Endesa, tal y como la conocemos ahora, cumplirá 22 años en una de sus ciudades favoritas, si no la que más: volverá a Málaga después de una década.
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Así, será la cuarta vez que se celebre en el Carpena, tras hacer lo propio en las ediciones de 2004, 2006 y 2015. Ninguna ciudad ha acogido esta competición más veces, aunque sí las mismas. Vitoria, otro de los enclaves privilegiados de este deporte, una ciudad que también destila baloncesto por sus esquinas, cuenta con cuatro celebraciones (2010, 2013, 2014 y 2016). Ahora, Málaga compartirá con la capital alavesa la condición de ciudad 'reina' de este torneo.
La Supercopa, no obstante, ha ido evolucionando con el paso de los años. No ha parado de reinventarse en estas casi 22 ediciones. De su primera versión, desde 1984 y hasta 1987, en la que se medían entre sí el campeón de la Liga y el ganador de la Copa del Rey, ha llovido bastante. Dos veces la ganó el Joventut y una la conquistaron el Real Madrid y el Barcelona. El formato, entonces menos atractivo para el público popular y los medios de comunicación, unido a lo apretado que estaba el calendario y a una ACB en plena consolidación tras crearse en 1983, acabó por desaparecer tras cuatro años... para renacer de sus cenizas en el nuevo siglo con un formato más atractivo. Alcora, Valladolid, La Coruña y Vigo fueron las sedes de aquella Supercopa primigenia.
Un formato entonces polémico
La ciudad de Málaga y la Junta de Andalucía históricamente han creído siempre en los productos de la ACB, que apostó por un formato entonces inédito y un poco polémico, en el que un equipo que no había tocado plata la temporada anterior tenía la opción de proclamarse supercampeón. El tiempo, eso sí, le ha dado la razón, pues cada vez son más las federaciones, de distintas disciplinas, que optan por este formato para darle más atractivo a sus 'supertorneos', para decidir al campeón de campeones.
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El baloncesto español estaba inmerso, entonces, en una época de cambios. 2004 fue el año en el que desapareció definitivamente el All-Star de la ACB, que venía celebrándose desde 1986, debido a su declive mediático y de interés, principalmente, para dar paso a una nueva competición. La inercia de aquel evento, cuyo objetivo principal era dar espectáculo y promocionar la Liga, llevó a que la nueva Supercopa tuviera también tintes de entretenimiento, más allá de los partidos que decidirían el torneo. Se bautizó como 'Showtime'. El viernes se celebraron concursos de mates, triples y 3x3; el sábado fueron las semifinales y el domingo, la final. Con el paso de los años sólo perduró lo verdaderamente importante: los partidos.
Entonces, en sus primeras ediciones, aparte del anfitrión y los campeones de la Liga y la Copa, participaba también el equipo que mejores resultados había conseguido en torneos continentales, pero las ambigüedades a la hora de establecer qué torneos tenían más peso en el enrevesado ecosistema del baloncesto europeo terminaron por cambiaron los criterios de clasificación, que pasaron a regirse, exclusivamente, por el papel que los equipos habían desempeñado en competiciones ACB.
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El Unicaja, que se proclamó supercampeón el año pasado por primera vez en su historia en Murcia, defenderá este año el trofeo con una particularidad: nunca ha conseguido levantar un título en su pabellón, como anfitrión, pese a que no han sido pocas las veces que ha acogido competiciones de renombre en su casa. Ese será el gran reto del equipo malagueño este año, el de romper, de una vez por todas, esa maldición, a sabiendas de la dificultad del cartel del torneo esta campaña: se medirá al Valencia el sábado, en semifinales, y al ganador del Real Madrid-Tenerife si consigue superar con éxito su primera prueba.
Esta será la octava vez que el equipo malagueño dispute la Supercopa Endesa, en la que ha salido campeón una vez (2024) y subcampeón en tres ocasiones (2006, 2015 y 2023). Afrontará el reto con la moral por las nubes tras revalidar su corona intercontinental en Singapur, tratando de calcar el inmaculado arranque de temporada del año pasado.
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