Kendrick Perry es el centro de la piña del Unicaja
Líder en la cancha y en el vestuario, el base es vital en las conexiones de un grupo bien avenido y que se divierte en la pista
La decimocuarta del Unicaja -se entiende que hablamos de victorias seguidas no de títulos-, dejó dos imágenes elocuentes sobre el ascendiente de Kendrick Perry en ... el Unicaja. No es el único responsable de los éxitos de la plantilla, pero su carisma es clave para engrasar las conexiones en un grupo de sobra bien avenido y cuyo compromiso y 'feeling' se aprecia en la pista, en las duras y las maduras. Cuando un choque es fácil, para no relajarse; cuando pintan bastos, para pelear hasta la última jugada y, en un final apretado como el del sábado ante el Dreamland Gran Canaria (80-77), para poner ese plus de intensidad que dé la victoria.
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Primera imagen: en plena crispación de la grada por la actuación de los árbitros, durante una larga sesión del Instant Replay, a Perry no se le ocurrió otra cosa que empezar a tratar de meter canastas desde su propio campo, con lo que distrajo a la grada de su enfado, que enseguida se centró en su afán. Fueron tres intentos sin éxito coreados cada vez con más fuerza, hasta que el cuarto entró, y muchos se olvidaron de la falta antideportiva pitada Osetkowski sobre Bassas, muy polémica y que llevó al rival a empatar de nuevo el partido.
Que Perry es capaz de meter desde su campo sin gran dificultad no lo dudaba nadie. El martes le pillaron en el entrenamiento anotando sentado desde el lateral de la pista, como el que no quiere la cosa, y ninguno de sus compañeros de equipo se asombró, un detalle casi tan llamativo como la canasta en sí.
Segunda imagen: antes del partido del sábado, las cámaras también le pillaron haciendo piña en el túnel de salida a la cancha con los clásicos choques de puño que tanto gustan a los norteamericanos. No es sólo que Perry haya caído de pie desde su llegada en el verano de 2023, sino que ejerció ya entonces de guía de un compañero más joven como Carter y se encargó de hacer la vida más fácil a todos los compatriotas del vestuario en todo tipo de iniciativas fuera de la pista y de los entrenos diarios.
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En parte gracias a él el Unicaja es el vestuario tan sano que es a día de hoy, con todos sus integrantes ávidos de renovar hace poco menos de un año y preguntando al director deportivo, al comienzo de las negociaciones, que qué pasaba con el resto. Perry es el mismo que se ha volcado con el Costa del Sol de balonmano femenino animando como el más forofo de sus seguidores en la final por el título ligero o en la fase de grupos de la EHF European League en el Carpena, y se graba vídeos en redes sociales.
El mismo Perry que trata con máximo respeto a todos los trabajadores de la entidad de Los Guindos y comparte las alegrías y éxitos con ellos, porque entiende que esa ha de ser la filosofía de club. Y su protagonismo en la pista no ha generado roces ni problemas de 'egos' de ningún tipo. Ni siquiera con Alberto Díaz, el jugador que a priori podría haberse visto más afectado con su llegada. Son dos bases totalmente complementarios, a los que Ibon Navarro sabe utilizar según las necesidades en cada momento del partido. Si toca revolucionar el ataque, con el ritmo de las penetraciones del de Florida; cuando se requiere un plus en defensa, el pelirrojo internacional español.
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«Tenemos un jugador que vale mucho por cómo ha sido su adaptación, su amor por la ciudad y al Unicaja», se sincera Alberto Díaz
«Empezó siendo el pegamento de todos, sobre todo con los americanos, que tenemos un núcleo importante. Él es el primero que propone hacer planes dentro del vestuario y fuera. Tenemos un jugador que vale mucho, por la identidad que le da al club siendo de fuera, cómo ha sido su adaptación, su amor por la ciudad y al Unicaja. Por supuesto que me hace mejor jugador», ha reconocido Díaz.
Pero por si esto no fuera suficiente, Perry es vital en lo deportivo, aunque no lidere algún apartado estadístico, porque el engranaje del Unicaja no puede ser más coral en el reparto de roles. Solamente se ha perdido dos partidos desde su llegada y hasta se atrevió a prometer, al estilo Osetkowski, si ganan de nuevo la Copa del Rey o cualquier título: «Me cortaré un poco el pelo. No todo, ya os lo digo, pero me cortaré un poco el pelo y ¿quién sabe? Quizá tenemos fiesta 2.0 también...».
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