Juanma Rodríguez: «Este equipo tiene alma y corazón, transmite y emociona»

-Son dieciocho años en el Unicaja (de 1994 a 2010 y desde 2021) y tres en el Betis (2018-21), 21 en total como director deportivo en clubes de baloncesto. ¿Alguna vez tuvo tantos aciertos en la búsqueda de jugadores? Nueve fichajes, y todos encajaron en el puzzle...

-Cuando hay nueve jugadores hay un componente de fortuna, pero es verdad que hay mucho trabajo detrás. Desde antes de que terminara la temporada anterior había que sentar las bases de la reestructuración que queríamos hacer. Lo primero fue contar con Ibon Navarro. Ahora es fácil decirlo, pero al final de la campaña veníamos de seis derrotas y había muchas voces que entendían que no era nuestro entrenador. Cuando llamé a Ibon, al decidir que Fotis Katsikaris no continuara, el planteamiento que le hice es que viniera no sólo a salvar los muebles de la temporada, sino a hacer un proyecto. Conocía su trabajo en clubes anteriores, como un asistente que estuvo con grandísimos entrenadores, y me gustó mucho lo que hizo en el Andorra, un modesto que llegó a semis de Copa o se metió en 'play-off' de la Liga, y me gustaba su propuesta de baloncesto, de alto ritmo y mucha intensidad en los dos lados de la cancha.

-¿Temía que la revolución necesaria en el equipo podía ser una empresa complicada?

-Contábamos sólo con tres jugadores de la temporada anterior (Díaz, Brizuela y Barreiro) y recuerdo que nos sentamos en este despacho y pusimos las bases de lo que queríamos. Sin nombres, pero la idea. Nunca había fichado a nueve jugadores. No es que hubiera un agobio, pero sabíamos que había que empezar bien, para que el proyecto tuviera credibilidad. Estaba la previa de la Champions, y para eso fuimos el primero en empezar la pretemporada, incluso con medio equipo en las selecciones. Pero la pretemporada fue buena. Los jóvenes ayudaron mucho y ya competimos bien. Llegábamos bien preparados.

-¿Cómo fue el orden cronológico y de prioridades en la planificación de esta plantilla?

-Sin poner nombres buscábamos un equipo largo, de doce jugadores. Luego ir al mercado en mitad de competición es muy complicado. Había que dotar al equipo de versatilidad, de capacidad física, atlética, tiro, jugadores que defensivamente fueran sólidos… una combinación de solidez y consistencia. Perry, que había conseguido el pasaporte, fue el primero. Hubo un jugador (se refiere a Wimbush) con el contrato avanzado que nos dijo que no y hubo que cambiar el plan. Estaba el tema de los cupos y que siguiera Jaime Fernández fue una posibilidad en la mesa. A Abromaitis se le hizo una propuesta, pero el Tenerife la mejoró en cuestión de años, algo importante en la situación familiar suya. Salió la posibilidad de Djedovic, que venia de ocho años en a Euroliga, con oficio, y llegamos a un acuerdo; también con Lima, y en su caso nos planteamos un americano, con Jaime en la posición 'uno'; añadimos a Osetkowski, a un tirador especialista como Kalinoski, y los 'cuatros', con Ejim y Thomas, más Kravish, que ya tenía el pasaporte y que no es un jugador diez en nada, pero sí un siete o un ocho en muchas cosas.

-¿Hasta qué punto trabajó de forma consensuada con Navarro?

-Había mucha coincidencia en lo que buscábamos. En un 95 por ciento hubo consenso en los nombres. Lo que hicimos muy bien fue hacer por un lado el bloque interior y, por otro, el exterior. Necesitábamos un base más al lado de Alberto, a un tirador, alguien al lado de Darío para que no tuviera la responsabilidad de jugar 30 minutos, y así llegó Carter, al que conocíamos muy bien después de jugar contra el Lavrio… Sólo en un caso, en uno de los últimos, estuvimos entre dos jugadores. No soy de imponer. Ibon quería más uno y a mí me gustaba otro. Nos dimos 48 horas y él lo pensó bien y aceptó que trajésemos a quien traímos (se refiere a Ejim). Me recordó una apuesta de plantilla del pasado que no le fue bien. Ese jugador también ha sido muy importante en muchos partidos, pese a no destacar en números, pero con un impacto brutal. Necesitábamos más energía al lado de Thomas. En su primera etapa no tuvo mucha suerte, hubo lesiones, pero la información que teníamos de él era sensacional y de su ética de trabajo.

-Con Carter había un riesgo evidente, por su escasa experiencia en Europa...

-Su crecimiento pasará por su mejora física. No sabemos si podrá conseguir ese chasis de más volumen, para ser un jugador de Euroliga en dos o tres años, pero lo que es innegable es su talento ofensivo, su capacidad de jugar el 'pick and roll', su tiro, su uno contra uno y, en lo que le hemos visto una gran mejora y es culpa de Ibon y su 'staff', que es que para jugar a un alto nivel en Europa hay que defender. En muchos partidos su nivel de anotación o de producción baja porque ha hecho un gran esfuerzo defensivo, especialmente ante rivales de más nivel físico. Creo que está en el sitio adecuado para seguir desarrollándose.

-Osetkowski y Perry, ¿cómo podían encajar en la plantilla?

-Osetkowski nos daba polivalencia en el 'puzzle' del juego interior. Que uno de los 'cincos' pudiera cubrir el rol de 'cuatro'. En el Ulm jugaba de 'cinco', y a buen nivel, y en el Villerbaunne, con menos protagonismo, lo hacía más de 'cuatro'. Ha cumplido muy bien y se ha implicado desde el primer momento con el equipo, la ciudad y los aficionados, quizás por el hecho de ser californiano. Se ha sentido como en casa. En cuanto a Perry, queríamos que complementase a Alberto y si, además, tiene una gran capacidad defensiva, el equipo no se resentía. Es un jugador clave en la propuesta de Ibon, de poner un ritmo alto, de poder cruzar la pista con rapidez y llegando. Se ha adaptado a la perfección, y es un jugador de una calidad humana brutal. Uno de los grandes pegamentos del vestuario, organizando cosas para sus compañeros. Le gusta cocinar. Sima llevaba aquí dos días y ya fue a su casa a cenar para integrarlo. Tiene inquietudes sociales, con temas que ha planteado al club… Por una vez Alberto no ha tenido que sentirse tan imprescindible.

-Ibon Navarro puso mucho énfasis al llegar en hacer familia en el vestuario. El éxito de la temporada, ¿sería inviable sin ese pilar?

-He tenido la fortuna de vivir grandes vestuarios, como en mi etapa de jugador en Maristas, cuando éramos amigos dentro y fuera del campo e íbamos a todos lados juntos; a nivel de identidad de equipo, el del Unicaja de la 2005-06, y el de Sevilla con el que subimos a la ACB, un 'roster' también largo. Había quienes jugaban muy poco, pero todo estaban contentos. Había una calidad humana bestial. Estos equipos que consiguen títulos, tiene que haber además de buenos jugadores, buenas personas y lo tuvimos en cuenta para hacer el equipo. Preguntamos mucho. Thomas era muy introvertido cuando vino antes, y hoy sorprende lo que está interactuando y bromeando con todos. Está ejerciendo el papel de veterano también, y es clave. Este equipo está sentando las bases de lo que queremos el club y aficionados del futuro, un equipo que tenga corazón y alma. Este equipo transmite y emociona. Hay una calidad humana,. Pongo un ejemplo que puede parecer intrascendente, pero un jugador trajo a las oficinas una palmera para celebrar su cumpleaños tras hacerlo antes en el Carpena con el equipo. Compañeros de aquí me dijeron enseguida: 'Juanma, a este hay que renovarle ya, no se puede escapar, vaya gesto'. Esto es lo que este Unicaja. Y quisiera añadir que este título ha llegado en una etapa de malas noticias con la pérdida de Damián Caneda, a Javier Imbroda, José María Martín Urbano, Alfonso Queipo de Llano, antes Toa Paterna, Manolo Jato y Otto del Nido… Parte de este título es de ellos, porque si estamos donde estamos es gracias a ellos. Aquella pelota de Laprovittola que no entró, estaban empujando desde arriba.

-¿Asume que el peaje de ganar y llamar la atención es que equipos más grandes se fijen en el Unicaja?

-Ya venimos trabajando en esto, y no sólo ahora por haber ganado la Copa vamos a empezar a renovar jugadores. Ya hay una situación que tenemos bastante concretada, y pongo el caso del entrenador, al que ya se le renovó antes del torneo, porque estábamos contentos con él. Los proyectos que tienen continuidad son los que mantienen el técnico y un bloque de jugadores importante. Contamos con una cuestión a favor. La mayoría de jugadores, por lo que hemos testado con ellos y sus representantes, están muy a gusto aquí y quieren seguir. Están preguntando si sus compañeros van a seguir, y eso no es muy habitual. Hay casos en los que no tenemos control, como Carter. Hay que meditar más alguna decisión, pero en líneas generales estamos contentos con todos y soy moderadamente optimista. Hay que trabajar, pero contamos con una voluntad declarada, no por quedar bien. Tenemos unos retos por delante muy bonitos y se merecen ser los protagonistas de ellos: Supercopa 2023, Copa 2024, posible Final Four de Champions…

-¿Le ha transmitido el presidente que puede haber la próxima campaña una mayor apuesta económica detrás del proyecto?

-Hay voluntad. Hablamos todos del éxito del equipo en la Copa, pero hay que poner en valor el buen trabajo del club, del presidente, el gerente, marketing, prensa, administración... Somos una familia y todos están muy implicados. Ya sabíamos cuando se ficharon a jugadores por un año que si esto salía bien el año que viene el equipo iba a costar más por el tema fiscal. Pero me dijeron que si esto sucedía el año que viene se abordaría. Ya el club esta trabajando en eso y ha visto lo que el club significa. Se vuelve a tener corazón, alma, de nuevo emociona. A ver si el todo bloque continúa.

-¿Es capaz de asegurar que Alberto Díaz continuará?

-Me remito a las palabras del presidente. El club va a estar a la altura. Lo primero que hay que saber es que le queda un año de contrato. Él es aquí muy importante. Le conozco bien y sé que es muy inteligente. Después de años en los que ha sufrido mucho, ha peleado por esto y ahora puede recoger los frutos. Puede convertirse en la mayor leyenda de siempre del club. Él lo siente diferente, porque se ha criado en la cantera y es el capitán.

-Usted ya vivió una situación parecida con su hermano Nacho, cuando se fue al Barcelona.

-No sé si hay una propuesta o no por Alberto, sólo he oído hasta ahora rumores. En el caso de Nacho me mantuve al margen, como director deportivo, por un tema ético. Creo que son situaciones diferentes, aunque tengan alguna similitud. Mi hermano hizo una apuesta por ir a un equipo en el que no había un 'roster' como ahora de 17 jugadores, e iba a ser el segundo base e iba a jugar minutos. Si hay parecido en que eran referentes espirituales de sus equipos y lo habían dado todo.

-De la misma forma, si saliera Ibon Navarro es como si se cayera el edificio, ¿verdad?

-Creo que estamos dando los pasos adecuados en el proyecto. Trabajamos codo con codo. Le veo tranquilo, supercontento y creo que quiere estar aquí años. Que después de esta Copa Ibon está mucho más en el escaparate, sin duda. Se lo merece por lo que ha hecho, pero está en el sitio adecuado para un proyecto adecuado, muy a gusto en el cuerpo técnico y encantado con el club. Es su momento aquí, y después le llegarán cosas mejores. Seguro que entrenará a un grande de Europa en el futuro. No creo que deje escapar esta situación, tiene un trabajo que le pone mucho. Le queda mucho margen de mejora a nivel técnico y táctico con la plantilla.

-Uno de los jugadores que más ha crecido es Kalinoski. También con multitud de 'novias'...

-Era más un tapado entre todos los fichajes que hicimos. Venía de una buena temporada, pero a la sombra de Musa, Bell-Haynes, Mahalbasic… Es un jugador clave. No es sólo un especialista en el tiro, pero tiene buena lectura del baloncesto, capacidad defensiva y hasta de rebotear, de ahí sus nueve capturas en la final. He hablado con él y estoy tranquilo. Se quiere quedar aquí y va a ser muy importante. Si lo pierdes luego vas al mercado y no encuentras un jugador como él.

-¿Cómo encara el equipo los dos retos que quedan este curso?

-Coincido con Ibon. Vemos el baloncesto bastante parecido y lo que sucede después de ganar cosas. En Sevilla ganamos la Copa Princesa y perdimos de 25 y de 30 los dos siguientes partidos. Esto puede suceder. Alguna derrota nos llevará. Va a costar la vuelta, ante un Girona con juego alegre y que se ha alejado del descenso. Confio en este grupo, el trabajo no se ha acabado. Pero somos conscientes de que todos quieren ganar al campeón de la Copa.

-¿Se puede volver a abordar el 'escenario Euroliga'?

-Ahora se demuestra que la apuesta que hizo el club por la BCL ha sido una apuesta ganadora. Estamos encantados con esta competición y su organización. Creo que hablar de Euroliga es utópico. En un futuro más a medio que largo plazo habrá un entendimiento FIBA-Euroliga, para que haya sólo una competición que la gestione la FIBA y que haya acuerdo en el calendario. No veo que haya un entusiasmo excesivo por la Euroliga vía Eurocup, por el sistema de competición que tiene.