Salomé García, futura policía y presente del Unicaja

La alero, de 28 años y 1,78 de estatura, comenzó a jugar ya rozando la adolescencia (a los 14) y tal fue su crecimiento que a los 17 ya había debutado en Liga Femenina 1 (la élite), en un histórico Ros Casares valenciano con Amaya Valdemoro, Laia Palau o Anna Montañana. «Yo era júnior, pero me llamaban para entrenarme con el primer equipo y jugué algún partido. Imagine mi cara cuando iba a los entrenos y me encontraba con ellas», bromea, recordando aquellos inicios. Y destaca su clave: «Mi proyección fue rápida porque era y sigo siendo una friki. Me entreno todos los días sin excepciones, las veces que haga falta». De hecho, en el ámbito académico la alero no ha parado de formarse en ramas complementarias a su parcela: es graduada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, con un Postgrado en Nutrición Deportiva y un Máster en Coaching Deportivo. Todo ello mientras compite como profesional: hasta ocho campañas con el Cortegada de Pontevedra (una de ellas en Liga 1, el resto en Liga 2), otra en El Bosco (Celta de Vigo) y esta última campaña en el Barça CBS. La avalan 243 partidos entre Primera y Segunda, que la convierten en la tercera jugadora más experimentada del nuevo Unicaja. Formará un trío nacional digno de seguir de cerca, junto a los dos pilares del equipo: Gema García (35 años) y Vero Matoso (32 años).

Apenas lleva 20 días entrenándose con el equipo, pero ni es su primera vez en Los Guindos ni es nueva en la ciudad. En lo deportivo, García fue la pesadilla del Unicaja en el duelo en casa contra el Barça el pasado año (15 puntos, 4 rebotes y 3 asistencias) y quizá a raíz de entonces se fijaran en ella. En lo personal, hace tiempo que una parte de su corazón pertenece a Málaga. «Tengo aquí a mi novia, Lucía, y me ha hecho bastantes rutas turísticas por aquí, así que conozco bastante de Málaga ya. No he llegado de cero. Nos conocimos gracias al baloncesto; ella también jugaba y por terceras personas nos encontramos», relata. Ahora la malagueña ha dejado la cancha para centrarse en otro punto que ambas tienen en común, las oposiciones a Policía; en su caso, para local, y en el de la nueva jugadora cajista, para nacional, para perpetuar el legado de su abuelo.

Sea como fuere, tras un periodo anímicamente complicado en el confinamiento, los astros parecen haberse alineado para que este año Salomé García vuelva a brillar. «Ahora me encuentro en un momento superbueno, con muchas ganas e ilusión. Muchas jugadoras quisieran jugar aquí. Estoy en un momento de dulce. Fue un pleno poder venirme aquí con la oferta del Unicaja, con mi novia y estando relativamente cerca de mi familia», cuenta. Su madre, su hermana y su novia son las tres grandes mujeres en su vida. Y el baloncesto, su pasado, presente y futuro. Ya con su nueva piel (como curiosidad, la de su segundo club ACB), sólo piensa en que comience la acción. «Me siento muy afortunada de pertenecer al Unicaja. Este año, además de que sea lo más normal posible, espero que cuando mantengamos la química y la ilusión, eso hará que al final del año tengamos un premio. Me encantaría acabar con una fase de ascenso y, cómo no, subir. Vamos a ir por todas con el cuchillo entre los dientes», afirma.

- Un cantante o grupo:

-Camilo y El Canto del Loco.

-Una película y una serie.

-'Interestellar' y 'Juego de Tronos'.

-De pequeña quería ser…

-Bombera, siempre.

-Un segundo deporte.

-El tenis.

-Un referente deportivo.

-Rafa Nadal, y del mundo del baloncesto, Amaya Valdemoro y Kobe Bryant.

-Una franquicia NBA.

-Los Lakers.

-Un sueño frustrado.

-Me encantaría saber dibujar.

-¿Su tatuaje más especial?

-Tengo varios que los ha diseñado mi hermana, de su puño y letra. Luego, otro relacionado con mi madre y otro que me hice con mi novia.

-Algo que le gustaría aprender a hacer.

-Kitesurf.

-Pasaría un día en la piel de…

-LeBron James.

-Una afición.

-Me encanta ir al cine.

-¿Qué es lo que más le gusta de Málaga?

-Los espetos (ríe).

-¿Y algo que mejoraría?

-Pues, me recuerda mucho a Alicante, quizá pondría un tranvía como allí para mejorar la movilidad.