El 'efecto Brizuela' ya ha cuajado en el Unicaja
El equipo promedia casi treinta puntos más por partido desde la consolidación del escolta vasco en las rotaciones de Luis Casimiro
Frente a la desconfianza inicial después de que el fichaje del Unicaja para reconducir su pobre arranque no fuera un base director de juego, la ... realidad parece dar la razón a los gestores, y al movimiento ejecutado con la llegada de Darío Brizuela, que no deja de mostrar ventajas. Al margen de su valíapersonal (máximo anotador nacional la pasada campaña, juventud, proyección), se suma su rápida aclimatación, la facilidad que ofrece en el capítulo de cupos cara a la planificación deportiva futura, el afianzamiento de un importante grupo de nacionales en la plantilla y, sobre todo, reordenar de un modo más lógico los roles.
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Esta parece la clave de que el equipo, ya con el vasco asentado en las rotaciones de Luis Casimiro, haya elevado en casi treinta puntos su promedio de anotación (de 77,2 a 106,5), un empujón sideral que ya empieza a notarse en las estadísticas globales de la Liga, en las que el Unicaja ha dejado de ser el menos anotador (ahora es el Estudiantes). Las dos últimas actuaciones del cuadro cajista sintetizan el nuevo rumbo: si se podía relativizar la paliza al EWW Baskets Oldenburg (108-68), que llegó con bajas de peso al Carpena, el recital ofrecido el domingo en el Palau Blaugrana (95-105) ratifica que el 'efecto Brizuela' no es casula ni flor de un día.
Ya en su debut, en el que jugó menos minutos de lo que podrá vérsele habitualmente este curso y todavía adaptándose a sus nuevos compañeros, se asistió a una exhibición de 'small ball' en el juego del equipo para remontar ante el Herbalife Gran Canaria (79-76). Entre Brizuela, Jaime Fernández, Adams y Alberto Díaz, tres de ellos compartieron pista de forma simultánea, y pese a enfrentarse a aleros más altos, la fórmula dio resultado con acciones de penetración o tiro exterior y una mejor circulación de balón en el perímetro.
Lo mejor ha venido a continuación. Con Brizuela hay una pareja más definida de bases, con Alberto Díaz y Jaime Fernández. A su vez, Adams luce mejor como escolta puro (con su genialidad habitual, que le hace incurrir también en cierta irregularidad), sin tener que asumir responsabilidades en el inicio de la jugada, y el rendimiento colectivo se ha elevado, sin necesidad de incurrir en el desequilibrio interior-exterior que se vio ante el Gran Canaria, con 65 de los 79 puntos anotados por hombres exteriores.
Nuevas sensaciones
En la tunda del Unicaja alOldenburg hubo ocho jugadores con ocho o más puntos en su haber, y en Barcelona se batió un recórd de triples anotados del equipo este curso (catorce) y comenzaron a acercarse a su mejor tono jugadores que han estado en este arranque de temporada casi dimitidos. Waczysnki se fue a los quince puntos, y Thompson y Elegar, la habitual pareja interior en los quintetos iniciales, sumaron 18 puntos. A eso se le unió la excepcional actuación del veterano Carlos Suárez, en cifras estadísticas y otros intangibles.
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El resultado de este Unicaja más racional en su reparto de tareas es evidente. En la Liga no había pasado de anotar más de 80 puntos en ninguna de sus doce jornadas previas a la visita al Palau. Rebasar esa frontera psicológica en una pista inaccesible hasta entonces para los rivales supone una gran inyección de autoestima. Las estadísticas no mienten con el 'efecto Brizuela': 106,5 puntos en los dos últimos partidos, frente a los 77,2 de antes o incluso unos más pobres 73,6 si se valora sólo la Liga (en la Eurocup el promedio era de 82,6 antes de ganar al Oldenburg).
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