Carlos Cabezas anuncia su retirada, aunque disputará su último partido este viernes con el Unicaja

Marina Rivas

Martes, 31 de agosto 2021 | Actualizado 01/09/2021 12:32h.

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Una parte de sí mismo aún no se lo cree, pero como él mismo dijo, todo en la vida toca a su fin. No es habitual ver a Carlos Cabezas llorando, aquellos cientos, incluso miles de personas que han compartido su camino con él pueden dar fe de ello, pero este fue un día especial. El base marbellí, historia viva del deporte malagueño, andaluz y español convocó este martes a los medios en la sala de prensa de su particular templo: el Martín Carpena.

Tenía algo que anunciar: a sus casi 41 años, le llegó el momento de despedirse del amor de su vida, el baloncesto. «Algún día tenía que llegar, he intentado retrasarlo lo máximo posible, pero en la vida todo se termina, dejo de jugar a este deporte que ha sido mi vida. Hoy anuncio mi retirada», comenzó su comparecencia. «Me retiro con la satisfacción de haber hecho lo máximo que he podido, honrando al amor de mi vida: el baloncesto», siguió, muy emocionado.

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Sólo con estas primeras líneas de su carta, que leyó bajo la atenta mirada de su familia, el presidente y el director deportivo del club y decenas de medios locales, no pudo evitar soltar ya alguna lágrima. «Mucha gente me preguntaba por qué seguía jugando pero es por la pasión que siempre le he puesto. Me voy vacío, dando todo lo que he podido dar siempre, amo el baloncesto», reiteró.

No se despide porque le pesen las piernas, lo hace porque, según explica, ahora es «un momento sano», después de haber pasado por casi una quincena de clubes, haber llenado su vitrina con éxitos nacionales e internacionales y haber jugado una última etapa en Uruguay, la tierra de su padre.

Aunque no fue lo único que se anunció en esta emotiva rueda de prensa. Cabezas aprovechó para comunicar que aún le queda un último partido. Y no será otro que este viernes, en el Torneo Costa del Sol, ante el Real Madrid y vistiendo la camiseta que le acompañó en la época dorada de su vida, el '10' del Unicaja que, con orgullo y placer, le ha cedido Francis Alonso para este último baile. Realmente, aunque lo anunció el propio Cabezas, fue obra del club.

«Verme vestido de verde es apasionante, no me lo esperaba, ha sido una grata sorpresa. Ya tenía la decisión tomada y este ha sido el colofón, poder despedirme con el Unicaja y en el Carpena. Sólo quiero tirarme alguna mandarina y disfrutar en el Carpena, como he hecho tantos años», asegura, ahora intercalando las lágrimas con alguna sonrisa.

Empezó a enumerar el malagueño una larga lista de personas que le han impulsado en su carrera, que le han ayudado a convertirse en la leyenda que es hoy día. «Cuando entrenaba con mi padre en Marbella no se me pasaba por le cabeza que pudiera llegar tan alto, por encima de los éxitos o títulos me quedo con los que me han acompañado estos años, agradezco el apoyo de mi familia, en un lugar importante de mi corazón estos los clubes que he representado, pero especialmente el Unicaja, al que seguía de niño y luego se convirtió en mi casa, y de una serie de personas que me gustaría mencionar», relató.

Mencionó a Berni Rodríguez, a Maljkovich, a Scariolo, a Pepu Hernández, a su representante David Carro, Paco Zapata, incluso más adelante también a Katsikaris, además de innumerables cuerpos técnicos y médicos y por supuesto compañeros que le han acompañado tantos y tantos años. «No me puedo olvidar de mis compañeros, estoy muy orgulloso de haber dejado tantos amigos en la cancha», concluyó.

A lo que aprovechó para hacer un guiño especial, además de al club de su vida, a la Selección Española. Y es que el malagueño puede decir que formó parte de la mejor generación de la historia, los júnior de oro del Mundial sub-19, también oro en el Europeo sub-18, bronce en el Europeo sub-20 y posteriormente también campeón del Mundo con la selección absoluta. «Me siento muy afortunado de haber formado parte de la mejor generación de la historia», aseguró.