El turismo baja en la Costa del Sol por primera vez desde la pandemia
Las expectativas para el verano, incluido el sector de viviendas turísticas, no advierten de un cambio de tendencia respecto al primer semestre del año
Es el comentario que se intercala en las conversaciones entre profesionales del turismo de la Costa del Sol: hay menos turistas. Y no es una ... percepción ni una situación particular de un negocio u otro. El color rojo se instala en las estadísticas sobre la llegada de viajeros y estancias de extranjeros en los hoteles y apartamentos de la Costa del Sol hasta el pasado mes de mayo, que son los últimos datos oficiales. El destino, que el ejercicio pasado compensó la fuerte bajada del turismo nacional con el tirón internacional, en esta ocasión no consigue amortiguar el hecho de que los viajeros de fuera de España tampoco levantan cabeza en los cinco primeros meses. Una tendencia que se extiende también al sector del alquiler vacacional, que ve como se reduce en un 2,2% la ocupación en el primer semestre, con una caída constante desde marzo, donde se registró el punto mínimo en un 57%, según los datos facilitados por la Asociación de Viviendas Turísticas de Andalucía (AVVA-Pro). Se trata, por tanto, de la primera bajada del turismo en el conjunto de la Costa del Sol desde la pandemia. Una situación que siembra la preocupación.
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Además, las previsiones que barajan en esta industria muestran que la tendencia a la baja no mejora en los meses fuertes del verano. De hecho, en julio registran una nueva caída en la ocupación global en los alojamientos y en las viviendas turísticas hasta el punto de que en el alquiler vacacional os precios en julio están un 10% por debajo del pasado año para situarse en una media de 223 euros ante el dato de que la ocupación ha bajado un 11,7%, pasando de una media del 70,4% al 58,7% en la provincia, según AVVA-Pro.
Descenso del turismo internacional
Esta pérdida en los principales 'caladeros' de turistas de la provincia ha contribuido a que a nivel global los datos de viajeros y de pernoctaciones en el conjunto de alojamientos turísticos hayan cerrado de enero a mayo con un saldo de un 4 y del 3,8% menos, respectivamente, según el boletín de Coyuntura Turística de Turismo Costa del Sol. Unas cifras que son fruto de los descensos acumulados del 10,6% en turistas y del 11,4% en pernoctaciones de visitantes españoles a los que se han sumado las bajadas de un 0,5% de viajeros y del 1,7% de estancias de internacionales.
En el caso del alquiler vacacional, los datos de AVVA-Pro apuntan a que el primer semestre se ha saldado con una ocupación media del 58,7%, frente al 60,9% de este mismo periodo en 2024. También advierten de un descenso en la estancia media, que pasa de 6,1 noches el año pasado a 5,4 entre enero y junio. Eso sí, los precios siguen al alza, con una mejora del 3,9%, hasta situarse en 153 euros.
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Desde la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos) advierten del cada vez menor peso del turismo nacional, que cifran en un 25%. Lo que supone que el 75% está en manos de los turistas extranjeros, que también empiezan a dar síntomas de flaqueza. José Luque, presidente de Aehcos, confirma que cunde «cierta preocupación» en el sector hotelero con los resultados de ocupación obtenidos. «Observamos, además, una incidencia limitada del turista nacional y, de momento, las previsiones de ocupación hotelera para julio se estiman ligeramente por debajo de las cifras registradas en el mismo periodo del año 2024», ha avanzado para confirmar que estas expectativas «nos hacen pensar que hay cierta incertidumbre con los movimientos de turistas y la demanda según los meses del año y cada vez mayor dependencia del comportamiento de la última hora».
El mercado nacional no levanta cabeza
El informe de Turismo Costa del Sol detalla que además del mercado nacional, que acumula una caída del 15,6% en los primeros cinco meses, una tendencia que se consolida desde el pasado año, se unen en esta misma situación Alemania, con una bajada del 3,5%; Francia, con un 7,4% menos; Estados Unidos, con un descenso del 7%; Polonia con una pérdida del 5,9% de viajeros; Suecia, con una caída del 16,9%; Finlandia, con un 0,3% menos; Dinamarca, con una bajada del 2,3%, y Noruega con una caída del 3,9%. Unos datos que contrastan con la evolución del pasado año en este mismo periodo en el que sólo la llegada de turistas de Dinamarca estaba en negativo, con un 5,5% de descenso de turistas alojados en la provincia.
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Concretamente, este informe de Turismo Costa del Sol, que realiza en base a los datos mensuales del Instituto Nacional de Estadística (INE), recoge que hasta mayo ya son ocho los principales mercados internacionales que muestran síntomas de enfriamiento, instalándose en una curva descendente que no ha sido superada ni con la Semana Santa.
Inestabilidad geopolítica
Desde el sector analizan también que determinados mercados internacionales que son considerados fundamentales por su alto poder adquisitivo y sus estancias más largas estén a la baja en estos primeros meses, cuando en este mismo periodo el pasado año mostraban fuertes incrementos. «La Costa del Sol no está consiguiendo fidelizar estos repuntes y las circunstancias son varias y algunas achacables a la inestabilidad geopolítica internacional», coincidían varios profesionales del sector que ponían como ejemplo la situación de Estados Unidos que mantiene un saldo negativo en la provincia hasta mayo cuando en 2024 acumulaba en este periodo un aumento del 22,1%. En este caso apuntan a los vaivenes en decisiones de gran impacto de la presidencia de Trump. Más complicado es encontrar justificación a la caída del 17% de suecos cuando el año pasado crecían un 9,8% o de polacos que bajan casi un 6% cuando hasta mayo de 2024 crecían un 70,4%.
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Los factores que barajan profesionales de esta industria, desde directores de hoteles hasta propietarios de cadenas hoteleras y de plataformas de alquiler vacacional, los resumen en que «la incertidumbre es el peor compañero de viaje» y en estos momentos se ciernen las dudas sobre cuestiones económicas claves como puede ser el estallido o no de una guerra de aranceles promovida por EEUU; sobre la escalada de conflictos bélicos como el de Ucrania o el desatado en la zona de Gaza, que adquiere mayores dimensiones y hace tambalear Oriente Próximo; sin olvidar que la estabilidad política en España no pasa por su mejor momento.
El factor precio y la situación de las economías domésticas
A ello se une que viajar es una prioridad, pero no un bien de consumo de primera necesidad lo que hace que dependa muy mucho de las circunstancias de cada economía familiar que en tiempos de incertidumbre suele apostar por guardar más que por gastar. De ahí que el factor precio sea en estos momentos determinante. Y el coste de las habitaciones y de las viviendas turísticas no ha parado de crecer, incluso en estos meses en los que ya se resentían las reservas. Eso sí, la subida ya ha sido mínima en el caso de los hoteles. Concretamente, de un 0,9% hasta alcanzar los 74,68 euros de media de enero a mayo. En el alquiler vacacional, el incremento es del 3,9% en los seis primeros meses del año.
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Todo ello cuando a la guerra comercial y la inestabilidad geopolítica se suma como talón de Aquiles en España la microeconomía, es decir, la situación de los hogares sobre los que el último Cuaderno de Información Económica de Funcas advierte de que una de cada tres familias percibe un empeoramiento de su situación desde 2019 por el aumento de los precios y de los impuestos, con más incidencia entre los jóvenes, familias con hijos y las clases medias.
Aumento de la oferta con una demanda debilitada
Otro elemento clave que está pasando factura en estos momentos de retroceso del turismo es el fuerte aumento de la oferta turística en la Costa cuando la demanda muestra síntomas de debilidad. Hasta mayo, el volumen de plazas de alojamiento en el Registro de Turismo de Andalucía (RTA), incluidas las viviendas turísticas, ha aumentado un 12,4% hasta elevar la capacidad de alojar turistas en la provincia a 685.425. Un aumento de la población que pone más en evidencia los problemas de infraestructuras que tiene la provincia y que se traducen en caravanas en numerosos puntos de la red viaria, como consecuencia también del alto coste de los peajes en verano.
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El aeropuerto, al margen de este retroceso
La caída en la llegada de turistas extranjeros en los alojamientos aún no se refleja en la estadística del aeropuerto, en la que sí se constata ya un descenso de pasajeros en las conexiones entre destinos españoles y en las rutas con Suecia hasta mayo. Un contraste que los expertos insisten en el mensaje de que no todos los viajeros que transitan por el aeropuerto son turistas. Es más, advierten de que cada vez es mayor el crecimiento de pasajeros que viajan por vía aérea por motivos de trabajo ante el auge de la provincia como destino para los nómadas digitales y como sede de empresas tecnológicas que facilitan estos trabajos en remoto. De ahí que el pasado mes de junio el aeropuerto marcara otro registro histórico con más de 2,6 millones de pasajeros, un 8,2% más que el 2024. Los últimos datos de Aena cifran en un millón de viajeros los que ha ganado esta infraestructura en el primer semestre del año, alcanzando la cifra récord de 12,4 millones de usuarios entre enero y junio, un aumento del 7,8%. La intensidad del mes pasado ha sido clave para hacer historia con una media diaria de 601 vuelos aterrizando y despegando en las pistas.
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