Gabriel Escarrer: «En la Costa del Sol hemos alquilado apartamentos para alojar gratis a los trabajadores»
El presidente y consejero delegado de Meliá Hotels advierte de una «normalización» en el turismo tras la euforia de la pandemia y de que hay margen para elevar precios
Acompañado de su mujer y tres de sus hijos porque la ocasión lo merecía, el presidente y consejero delegado de Meliá Hotels International, Gabriel Escarrer, ... muestra orgulloso una suite de más de 400 metros de su último proyecto en la Costa del Sol, ME Marbella, poco antes de su inauguración. En uno de los imponentes salones de esta gran habitación desgrana con claridad para este periódico hacia dónde tiene que avanzar el turismo y en qué punto se encuentra en este momento la que es la principal actividad del país. El diagnóstico es claro: «estamos en una industria muy sana, con un crecimiento muy sostenible y a eso es a lo que debemos aspirar en los próximos años».
Publicidad
–En la Costa del Sol se constata que hay menos turistas este verano y el saldo hasta mayo era inferior al del pasado año. ¿Cree que el turismo está ante el fin de una etapa de expansión?
–Yo diría que ni mucho menos es el fin de una etapa de expansión. Estamos ante un proceso de normalización gradual, en el sentido de que después del Covid tuvimos una demanda que de alguna forma estaba embalsada, de gente que durante dos años no había podido estar en vacaciones. De repente hubo una demanda diría que descontrolada, con un crecimiento muy por encima de las expectativas. Ahora, este año, estaremos en unos crecimientos con los que doblaremos, probablemente, el crecimiento previsto del producto interior bruto. Por ello, diría que estamos en una industria muy sana, con un crecimiento muy sostenible y a eso es a lo que debemos aspirar en los próximos años.
–Meliá sí que sigue en plena expansión. Sólo en la Costa del Sol ha avanzado cinco proyectos de cinco estrellas...
–Bueno, yo creo muchísimo en Andalucía, en la Costa del Sol y en la provincia de Málaga, en general. Me remito a los hechos. Entre este año y el que viene vamos a acometer inversiones por valor superior a los 125 millones de euros en la provincia, empezando por el Don Pepe, donde vamos a destinar unos 25 millones, en ME Marbella donde estamos presentes con 20 millones, el ME Málaga con 50 millones y el futuro Meliá Collection Estepona, que estamos hablando de unos 16 millones. A ello hay que sumar el de Ronda. Sin lugar a dudas más de 125 millones.
–Y eso que ya le comentaba que los datos de los cinco primeros meses del año en el turismo malagueño están en rojo...
–Insisto en que yo no estoy vislumbrando en ningún momento el decrecimiento. Estoy vislumbrando una normalización después de un crecimiento muy acelerado postpandemia. Además, más que mirar el número de pernotaciones, para mí lo más importante es mirar el dispendio de los turistas. Ya no hay que abogar por cuántos millones van a visitar la Costa del Sol, sino cuánto van a gastar quienes la visitan. Es verdad que hay ciertas nacionalidades que se están resintiendo, pero por otro lado hay un incremento de público de Oriente Medio, Norteamérica, y del Reino Unido, que son mercados extremadamente interesantes. Probablemente esto nos ayuda a que suba ese gasto por cliente. Es un viajero que va buscando una oferta cultural o una oferta gastronómica y ese es el tipo de turismo que nos interesa. La otra tarde estuve en Málaga ciudad y me quedé asombrado de la cantidad de turistas visitando todos los museos, las tiendas, los restaurantes más típicos y ese es el tipo de turismo por el que debemos apostar, sin lugar a dudas.
Publicidad
«Más que mirar el número de pernoctaciones, lo más importante es mirar el dispendio de los turistas»
–¿Cómo avanzar hacia ese turismo de calidad?
–Es el movimiento gradual que se ha de hacer sin trauma de ir apostando por un turismo de más calidad, no tanto de masas. Eso es fácil decirlo. Con las inversiones que estamos acometiendo y con esa colaboración público-privada es el único objetivo. Sino el crecimiento no va a ser sostenible.
–¿En qué medida pueden haber afectado las manifestaciones antiturismo que se han convocado en algunas ciudades?
–Pues no son buenas noticias. Está claro que hay medios sensacionalistas, sobre todo de determinados mercados emisores, como el británico, que se han hecho demasiado eco. De momento no nos está pasando factura, pero hay que pensar que estamos también dentro de un contexto geopolítico complicado. Creo que el cliente se tiene que sentir bienvenido y el residente ver al turista como un amigo más. Desde Exceltur, que presido, estamos haciendo unas campañas de sensibilización para demostrar lo que supone el turismo a nivel de creación de puestos de trabajo y de aportación a la economía. Creo que hay que contrarrestar este tipo de información que muchas veces viene provocado por la cantidad de oferta ilegal, empezando por el alquiler turístico, pero siguiendo por los taxis piratas o los guías que hacen de guías sin titulación adecuada. Hay un intrusismo tremendo. Creo que esa oferta ilegal de todo tipo es la que nos resta competitividad y nos perjudica la imagen. Las administraciones públicas junto con la iniciativa privada tenemos que contrarrestar los efectos.
Publicidad
–Hablábamos del proceso de expansión que está teniendo Meliá en la Costa del Sol, pero al margen de esa inversión de más de 125 millones, ¿en qué proyectos más trabaja en la Costa del Sol y en el conjunto de Andalucía?
–En muchos. Estuve hace unas semanas en un foro y me pude reunir con responsables de la Junta de Andalucía, de la Diputación o con la alcaldesa de Marbella y vi las ansias por esa colaboración público-privada. Seguro que no van a ser las últimas inversiones sino que va a haber muchas otras oportunidades. Eso sí, insisto en que ese crecimiento tiene que ser cualitativo, estratégico, sostenible y tiene que ser rentable. No estamos por coger cualquier hotel, sino por establecimientos que realmente transmitan algo y que nos ayuden a diferenciarnos y a competir con nosotros mismos. Es el claro ejemplo del ME Marbella, que es un icono del lujo de vanguardia tras una reforma tremenda. Estoy convencido de que será un referente en el segmento de lujo, de hoteles con energía, con ' lifestyle', de la Costa del Sol.
Publicidad
–¿Aumentará su presencia en la capital malagueña tras la apertura del ME Málaga, que abrirá en octubre?
–Seguro. Ya estamos analizando otras oportunidades. Para mí Málaga es una gran ciudad. Ha hecho un gran trabajo el alcalde durante los últimos 25 años. Realmente la transformación de la Málaga que yo conocí cuando era pequeño a lo que es hoy en día poniendo en valor, además, a las personas, que es lo principal, junto el patrimonio, la cultura, la hospitalidad o la gastronomía. Es una maravilla de ciudad, con lo que seguro que va a ser sólo el principio de una larga lista de éxitos en Málaga.
«En vez de poner límites, que es lo fácil y por lo que abogan muchos políticos, hay que planificar el crecimiento»
–¿Qué proyectos plantea para esta ciudad?
–Acabamos de reconvertir el hotel Alameda, donde hemos hecho una inversión que ha quedado francamente bien. El segundo es el ME Málaga, en el que vamos a desembolsar 50 millones, y estamos analizando otras posibilidades, lo que pasa que no están firmadas y como compañía que cotizamos en Bolsa no queremos desvelar nada. Recuerdo que en Andalucía ya tenemos 32 establecimientos y casi 8.000 habitaciones.
Publicidad
–¿Qué claves están impulsando esa normalización del turismo de la que habla?
–Creo que una clave más es que la pandemia, que fue probablemente lo más disruptivo que supuso para el sector turístico en su historia, hizo recapacitar a muchas personas sobre sus prioridades. Y lo que antes era un lujo, hoy en día es una necesidad básica, que son las vacaciones. Y esta idea está aquí para quedarse. Yo estoy convencido de que la gente dentro de sus prioridades y dentro de su consumo, quizá va a privarse de ciertos otros temas, como pueden ser el textil o electrodomésticos o, incluso, el coche, pero las vacaciones dentro del ranking de prioridades va a ser de las primeras. Entonces, yo creo que nos toca vivir con un ciclo de normalización, pero ya le gustaría a cualquier otro sector crecer en línea o doblando el crecimiento previsto del PIB. Creo que por lo menos le queda una década, si no es más, de ese crecimiento sostenible.
–¿Cree que está pasando o pasará factura la subida de las tarifas? Cada vez es más frecuente el comentario de que los hoteles están muy caros... ¿Se ha tocado techo en los precios?
–El turismo goza de buena salud, sin lugar a dudas. Creo que no vamos a alcanzar el techo en precios, ni mucho menos. La inflación la ha sufrido todo el mundo, pero también la hemos sufrido nosotros, empezando por los salarios, donde los convenios de todas las provincias, y la Costa del Sol no ha sido excepción, siempre han estado varios puntos por encima del IPC previsto, con lo que nuestros trabajadores gracias a Dios han podido ganar poder adquisitivo año tras año. Pero también ha subido la energía, que es otro de los factores muy determinante, o las materias primas. Todo ha experimentado un encarecimiento muy importante, por lo que es verdad que ha habido un incremento de las tarifas, pero muy acorde con la inflación en muchos casos. Sin embargo, si lo comparamos con otros destinos, Marbella, que probablemente sea el paradigma de turismo de lujo, aún está con unos crecimientos muy importantes para llegar al equiparable con la Costa Azul de Francia o la Costa Amalfitana de Italia o lo que es Mikonos o Santorini en Grecia o, incluso, algunos puntos de Algarve en Portugal. Entonces, estamos en el sur de Europa, estamos compitiendo con otros destinos de lujo y a Marbella aún le queda mucho recorrido para alcanzar las tarifas promedio de la Costa Azul, de Niza o de Cannes. Creo que aún hay recorrido. Hay margen. Lo que hay que hacer es volcarnos en dar experiencias únicas y de calidad. Para mí es la clave del éxito.
Noticia Patrocinada
–Al hilo de esta consideración: ¿hacia dónde debe avanzar el turismo?
–El turismo tiene que avanzar hacia un modelo muy respetuoso con la gente, muy sostenible, muy amigable con el ciudadano y, definitivamente, a que los lugares donde estamos implantados no pierdan su identidad. A mí me preocupa con todos estos brotes de masificación que vayas paseando por el casco histórico de Marbella o por Málaga y no seas capaz de poder interactuar con locales y que vayan todos los viajeros a los lugares más típicos y que sean al final un gueto para el turista, con lo que se pierde la identidad y se convierten esos cascos históricos en parques temáticos. Eso es lo que hay que combatir y eso hay que hacerlo con planificación. Entonces, en vez de poner límites, que es lo fácil y por lo que abogan muchos políticos, hay que planificar ese crecimiento, cómo lo queremos y cómo lo gestionamos.
«Si quieres exigir la mejor cara, servicio e imagen tienes que ser justo con tus empleados»
–¿Cuál cree que es el talón de Aquiles de esta industria en un momento con un contexto geopolítico bastante inquietante?
–Yo diría que hemos perdido una oportunidad única para un PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica con fondos europeos Next Generation) para asegurarnos que esos destinos que fueron los pioneros, como es el caso de Torremolinos aquí en la Costa del Sol, darles una segunda oportunidad y asegurarnos de que sean competitivos los próximos veinte años. Y como Torremolinos puedo poner muchos ejemplos como la Playa de Palma, la de Calviá, Salou, o Lloret de Mar. Realmente el turismo siendo el mayor aporte al PIB de este país, con un 14%, y concentrando el 18% de los puestos de trabajo, creo que se lo merecía. Más aún después de lo que sufrió con el Covid.
Publicidad
–Otro de los grandes problemas que encara cada temporada este sector es la dificultad para conseguir trabajadores cualificados. ¿Qué plantea Meliá para solventar este problema?
–Pues asegurarnos de que seamos percibidos en la mentalidad de nuestros empleados como primera prioridad para trabajar. Y en eso estamos. En asegurarnos que tengamos una marca empleadora con varias certificaciones de terceros, que le dan más objetividad, de 'top employer'. Asegurarnos de que se hacen las cosas bien. Pero, además, de esto y de pagar bien, sin lugar a dudas hay que cuidar a los empleados. No diría que hemos tenido una aluvión, pero, en los últimos años que hemos abierto la marca que tenemos a medias con Rafa Nadal, no hemos tenido dificultad alguna para conseguir colaboradores porque es un proyecto ilusionante, porque hay mucha energía, porque a la gente le gusta de alguna forma ser partícipe de esa historia de crecimiento y compartir los valores de Rafa Nadal y los valores de Meliá. Y en esto también Marbella, donde cuando te pasees verás la cantidad de gente joven trabajando, tampoco hemos tenido dificultad. Está claro que hay retos. Tenemos que cuidar a los agentes y adaptarnos a cierta flexibilidad que hoy demanda la juventud, pero, dicho esto, tenemos que asegurarnos de que Meliá sea percibido como la primera opción para tener garantías de poder captar talento, desarrollarlo, formarlo y crecer con nosotros. La historia de crecimiento de Meliá, ya sea en la Costa del Sol o a nivel español o internacional, también es algo que motiva mucho, porque si quieres realizarte profesionalmente, pues es mejor estar en una empresa que está abriendo una media de un hotel cada dos semanas, como ha sido el caso de Meliá durante los últimos tres años, que en un sitio donde sabes que tu crecimiento es limitado porque estás estanco.
–Ante la dificultad de los trabajadores para encontrar una vivienda hay alguna iniciativa en marcha para facilitar el alojamiento...
–Es un factor que lo empezamos a notar sobre todo en las islas Baleares, luego en Canarias y ahora, poco a poco, en otros destinos. En Baleares estamos con un montón de viviendas para alojar a nuestra gente o alquiladas o en construcción, como en el caso de Menorca o Ibiza. En la Costa del Sol hemos alquilado muchos apartamentos para los trabajadores, pero probablemente nos vamos a plantear construir algún edificio específicamente para ellos.
Publicidad
–¿Y esos proyectos de construcción de viviendas para los trabajadores en la Costa del Sol dónde los plantean?
–De momento la construcción solamente la estamos llevando en Ibiza, en Menorca, en Mallorca, en Gran Canaria y en Fuerteventura. En Costa del Sol estamos alquilando de momento viviendas para nuestros empleados. No hemos identificado un edificio o un terreno para llevarlo a cabo. Pero esta situación tiene que ver mucho con la falta de planificación de vivienda protegida durante los últimos años, donde apenas se ha construido. Y también en el abuso y el crecimiento desmesurado que ha habido por parte del alquiler vacacional. En algunos destinos más del 50% de las nuevas construcciones de viviendas se están destinando al alquiler vacacional, con lo que, además de del problema que tenemos de la falta de planificación, se ha visto agravado por el desmadre, por ese crecimiento sin ningún tipo de control del alquiler de bienes turísticos. Para mí en los conjuntos plurifamiliares debería estar totalmente prohibido, porque el residente está conviviendo mal con turistas que vienen a pasárselo bien y, es lógico, porque vienen de vacaciones. Creo que el edificio tiene que estar concebido en su integridad como alquiler turístico o como residencial, pero convivir, aunque tengan entradas independientes, no es una buena solución.
–¿Y cómo funciona ese alquiler para los empleados?
–Se les da gratis. Una forma más de cuidar a nuestros clientes es cuidarles a ellos. De hecho, en muchos hoteles ya los tenemos alojados en las propias habitaciones del establecimiento. Está claro que si quieres exigir la mejor cara, el mejor servicio, la mejor imagen, pues tienes que ser justo con tus personas y asegurarte de que se sienten bien con nosotros.
Publicidad
–El turismo está también ante un momento de grandes retos tecnológicos. La inteligencia artificial ya no es algo del futuro. ¿Cómo la está empleando Meliá y cómo cree desde una perspectiva general que puede beneficiar al sector?
–Creo que va a suponer un proceso mucho más transparente donde el cliente va a demandar a la inteligencia artificial cuestiones como recomiéndame destinos, hoteles o qué hacer. Entonces aquellos que cuiden a las personas, la calidad de sus servicios y que trabajen en hacer las cosas bien y que tengan una buena reputación serán los ganadores y esperemos que Meliá salga fortalecida en eso. Está claro que también hay otra vertiente de la inteligencia artificial que estamos utilizando mucho en las tareas administrativas y en los procesos que pueden suponer fricción con el cliente, lo que es el 'checking' o el 'checkout', que a veces son procesos engorrosos que además con el decreto Marlaska lo han hecho todavía más engorroso porque hay que pedirle a los clientes un montón de documentación que no hacen falta y que somos el único país que lo está haciendo, y no lo entendemos. En un mundo digital estamos metiendo más burocracia innecesaria que no lleva a ningún lado. Lo que nunca va a cambiar la inteligencia artificial es la sensación de estar tomando el sol en una hamaca o meter tus pies en una playa tan maravillosa como la que tiene aquí delante Marbella. La IA en otras industrias y a otros sectores les va a suponer una revolución superior y para nosotros está claro que la forma de vender y la de tratar al cliente se va a ver alterada de forma significativa, pero lo que no va a cambiar nunca es la experiencia de tomarte unos espetos en la playa o nadar en esta maravillosa costa.
Publicidad
–Está en la Costa del Sol por la inauguración del hotel ME Marbella. ¿Qué supone este proyecto?
–Mucha ilusión por la reconversión de un hotel que nos ha dado muchas alegrías y que estoy convencido de que nos va a dar muchas más. Estamos convencidos de que va a ser un auténtico éxito y el principio de otros proyectos que van a venir.
–¿Son la Costa del Sol y Marbella una apuesta segura para Meliá?
–Sí, sin lugar a dudas. Siempre lo han sido. La verdad es que nos hemos sentido como en casa, así que fantástico.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión