De la Torre, 'anfitrión' del ministro

Varias circunstancias se dieron para que ello ocurriera. Primero los retrasos de los vuelos con llegada a Londres en las dos primeras jornadas de la World Travel Market a causa de la niebla, condición meteorológica para nada habitual en la capital de Gran Bretaña pese a lo que es una leyenda urbana surgida en los siglos XVIII y XIX cuando los cielos londinenses aparecían cubiertos por el humo (que no por la niebla) fruto de la enorme contaminación de su multitud de fábricas y chimeneas industriales.

Segundo por el enorme caos que Londres ha vivido en estas últimas 48 horas como consecuencia de la huelga de los trenes de cercanía, que ha convertido en un auténtico martirio llegar al pabellón ExCel, situado en las afueras de Londres, en lo que antaño fuese una zona del puerto degradada y que fue recuperada para la nueva expansión de la City y parte de la zona que albergó los Juegos Olímpicos. Total, que entre que nadie podía saber a ciencia cierta a qué hora llegaría el ministro, y que por otra parte (lo que le ocurrió al consejero de Turismo) no pocas autoridades tuvieron que anular sus actos y firmas en la WTM porque no podían llegar a tiempo (Javier Fernández tuvo que renunciara ir a ExCel ya que al mediodía tenía una comida de trabajo en un conocido restaurante español del centro de la capital inglesa), al final quien estaba ya casi al límite del cierre de la feria era De la Torre, que desde luego este año ha sido el primero en llegar y el último en irse: Málaga (con él como protagonista) convocó la primera conferencia de prensa ni un minuto después de abrirse las puertas de ExCel en la jornada inaugural, las 10 de la mañana del lunes, y el martes apuró una jornada que comenzó muy temprano en su expositor con una agenda de las que como dijo un colaborador muy cercano «es la habitual en él, o sea, no parar de una cosa a otra, de una reunión a otra, de una firma a otra... Venir a una feria con el alcalde es acabar para el arrastre», dijo sonriendo.