Bodas de oro en el Parador de Nerja
El hotel cumple sus primeras cinco décadas, en las que ha recibido 500.000 turistas
Eugenio Cabezas
Lunes, 20 de julio 2015, 00:49
Francisco Valverde empezó a trabajar, a los 14 años, como botones en el Parador de Nerja. Más de cuatro décadas después sigue en el departamento ... de administración, a punto de cumplir los 57. Tiene intención de llegar a los 60 para jubilarse. «Llevo aquí toda mi vida, ésta ha sido mi casa, siempre ha sido una gran familia», confesó ayer mientras recordaba anécdotas junto a Antonio Contreras, cocinero del establecimiento durante 40 años, jubilado en 2010.
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Las también nerjeñas Mari Carmen Triguero y Lola Armijo suman cerca de ocho décadas como empleadas de un hotel que ayer cumplió sus bodas de oro, tras ser inaugurado el 19 de julio de 1965, en pleno boom turístico de la localidad del Balcón de Europa, apenas cinco años después de abrirse la Cueva de Nerja. En estas cinco décadas, se han alojado en sus habitaciones más de 500.000 turistas y han trabajado, para darles las máximas comodidades, más de 200 profesionales. Todo ello bajo las órdenes de una docena de directores.
Para conmemorar la efeméride, ayer al mediodía se celebró un acto, en uno de los jardines del establecimiento, ubicado en un privilegiado acantilado con vistas a la playa de Burriana y a la Sierra Almijara. El encuentro, sencillo y entrañable, reunión a ex directores como Ildefonso Sanz del Barrio, que lo fue entre 1970 y 1978 o Antonio Enbiz, en la década de los ochenta. También se recordó al primero, Alberto Pérez, entre 1965 y 1970, y a Felipe Palero, máximo responsable en los ochenta, Roberto Calvo o Alfonso Rubio. El actual director, Emilio Mojón, destacó el «enorme orgullo» que suponía tener allí a clientes fieles como la familia granadina Rojo Álvarez Manzaneda.
«Llevo viniendo desde los primeros años setenta, cuando apenas tenía 30, y ya tengo 76», confesó Rafael Rojo, abogado y profesor jubilado en la Universidad de Granada. «El trato de los empleados ha sido siempre magnífico, la ubicación es ideal, prácticamente no ha habido año en que no hayamos venido a pasar unas semanas en agosto», rememoró el letrado granadino, quien recordó que en los años setenta se llegaban a oficiar misas en el Parador, lo que evitaba tener que ir a la iglesia. «Lo teníamos ya todo aquí dentro. La comida ha sido siempre exquisita», apostilló.
Precisamente, ayer se elaboró un conmemorativo, compuesto por una muestra de platos emblemáticos de los años 60 y 70, en los que el recetario y las normas culinarias eran muy rígidos. Cóctel de marisco y rape, huevos Gran Duque y chuleta de ternera lechal Villeroy componían un menú de cocina clásica con influencias francesas, propio de los primeros servicios gastronómicos del «boom» turístico, «momento en el que la cocina tradicional era poco conocida fuera de nuestras fronteras», dijo Mojón.
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Desde su apertura en la década de los 60, el Parador de Nerja fue pionero en la oferta de sol y playa y fue precursor de la importancia que tiene el turismo en la zona. Obra original del arquitecto Manzano Monís, el establecimiento hotelero, que abrió con 40 habitaciones, ha sido objeto de tres grandes ampliaciones, dos de ellas en los años ochenta, cuando alcanzó las 73, al construirse una segunda planta, y la tercera, la más reciente, entre 2000 y 2002, en la que se invirtieron 6,4 millones de euros, para ampliarlo con otras 25 habitaciones, hasta alcanzar las 98 estancias actuales.
Al acto de ayer acudieron representantes de la Asociación de Empresarios de Nerja, con su presidenta, Ángela Díaz, así como los exalcaldes Gabriel Broncano (1987-1995, por el PSOE) y José Alberto Armijo (1995-2015, por el PP), además de la nueva regidora socialista, Rosa Arrabal.
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