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Los bots, el futuro de las aplicaciones

Los bots, el futuro de las aplicaciones

Las empresas tecnológicas fomentan estos programas, que imitan conversaciones o realizan tareas en internet

michaelmcloughlin

Martes, 5 de julio 2016, 01:08

Si hay un grupo de aplicaciones que ha triunfado en el mundo de los móviles es el de la mensajería instantánea. Lideradas por el omnipresente WhatsApp, cada vez son más habituales otras como Telegram o Signal. Pero intercambiar mensajes y fotos entre amigos y colegas, su especialidad, puede que pronto deje de ser su única función. Muchos auguran que, en los próximos años, cambiarán radicalmente por la última apuesta de los gigantes de la tecnología: los chatbots o bots.

Inteligencia artificial. Esa es la clave de esta nueva generación de programas de ordenador. Están diseñados para simular conversaciones con usuarios humanos. Básicamente, lo que hacen es generar un canal de comunicación para que cualquiera pueda interactuar con una aplicación bien por la voz o la escritura.

Apple, Google, Microsoft y Facebook se han apresurado a diseñar sus estrategias para aprovechar las virtudes de estas herramientas, que no son precisamente nuevas. Hace casi veinte años que Microsoft incorporó un asistente virtual bastante molesto a sus programas de ofimática. Ahora, las nuevas tecnologías han evolucionado el concepto hasta crear Cortana o Siri, ayudantes digitales capaces de comprender órdenes y resolver dudas dictadas por el usuario en lenguaje natural.

El sector bancario también ha puesto la vista en estas soluciones. No es la primera vez, por cierto, que se fija en soluciones de inteligencia artificial para afinar sus negocios. Un ejemplo es el trading de alta frecuencia, que usa algoritmos para predecir y automatizar las operaciones en Bolsa con el fin de aumentar la rentabilidad de cada movimiento.

Recientemente, CaixaBank anunció una alianza con IBM y Watson, su solución de inteligencia artificial, para revolucionar el asesoramiento de los clientes. Su objetivo es crear programas que interactúen con ellos y puedan manejar todo tipo de datos como si se tratase de un empleado de la sucursal.

De momento, los expertos de IBM entrenaron al sistema para responder preguntas y dudas técnicas relacionas con el área de negocios. La compañía afirma que no lo ve como una alternativa a los asesores bancarios, sino una herramienta que permite agilizar su trabajo.

Recepcionista virtual

Otra de estas aplicaciones que ya están en funcionamiento es la utilidad que ha encontrado a estos programas un hotel de la cadena Radisson Blue. El nombre del proyectos es Edward y se trata de un recepcionista virtual que es capaz de entender y responder a los huéspedes en conversaciones vía SMS. «Edward es un chatbot totalmente automatizado, entiende y responde a las dudas de manera natural y en segundos», aclara uno de los responsable del proyecto, Joe Gagnon, de la empresa Aspect, responsable del desarrollo. «Puede recibir órdenes de que necesita toallas o jabón en una u otra habitación y dar una respuesta natural», explicó.

A la pregunta de si estas máquinas están preparadas para sustituir empleos humanos, Gagnon es bastante rotundo. Al menos, en el corto plazo. «Durante los próximos cinco años estos puestos están asegurados», aclara, matizando que en este sector nunca se puede aventurar pronósticos en diez o más años. «Nunca se sabe lo que puede pasar».

Hace unos días, Twitter volvió a ser noticia. La cuarta red social del mundo (solo superada por Snapchat, Instagram y Facebook) es uno de los mayores nidos de bots del planeta. Más de tres millones de estos programas están funcionando, a día de hoy, en la plataforma de microblogging.

Así lo ha asegurado un estudio reciente publicado por Séntisis, que ha analizado la conversación automática en la red social. Y lo han hecho estudiando el fenómento de que ciertos usuarios de Twitter publican todos lo mismo, sin cambiar ni una sola coma de sus mensajes.

En la actualidad, Twitter es una de las redes sociales más populares pero, de sus 310 millones de usuarios activos, al menos uno de cada cien es una máquina. «Un bot es una cuenta en la que no se piensa en el contenido que comparte, que no genera contenido original y cuyo comportamiento puede ser normal en ocasiones», explican los responsables del estudio. «Un usuario humano también puede tener la actitud de un bot y un comportamiento similar, sin ser uno de ellos», subraya sobre la metodología de esta investigación, recogida por Europa Press.

Dentro de esta inmensa comunidad de bots, no todos siguen el mismo patrón ni están programados igual. Entre ellos hay experimentos sociales, sistemas de control de dispositivos, mecanismos de alerta rápida y, sobre todo, una inmensa mayoría destinada a hacer publicidad no solicitada y promocionar productos entre los humanos.

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