Hedy Lamarr, una estrella de Hollywood para romper desde Málaga la brecha de género tecnológica
Tecnología ·
La UMA toma el nombre de la mítica actriz e ingeniera para una nueva cátedra que fomenta las vocaciones científicas entre las niñas, de la mano de empresas como Accenture, Dekra y GoogleLa vida de Hedy Lamarr habría dado para una película. O varias. Nacida en Austria, joven actriz casada con un industrial de filiación nazi, protagonista ... del primer orgasmo femenino en pantalla grande, huida al otro lado del charco y convertida en estrella del Hollywood de los años 30, el brillo de Lamarr (1914-2000), espoleado por su belleza física, ha opacado no sólo su triste biografía, sino también su imponente aportación como científica e inventora. No en vano, comparte con el pianista George Antheil la patente del sistema de frecuencias precursor del WiFi, el GPS o el Bluetooth. «Y no sólo de eso. La patente se ha usado de forma muy expansiva durante los últimos años y está detrás de sistemas como el 2G y el 3G», glosa la catedrática de la Universidad de Málaga (UMA), María del Carmen Aguayo, directora de la cátedra que la institución académica acaba de lanzar y bautizada, justo, con el nombre de Lamarr.
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«Es una de las tecnólogas más conocidas, fue una brillante ingeniera de telecomunicación, pero tuvo que estudiar casi a escondidas de sus padres, que no veían con buenos ojos esa vocación científica. Su vida fue muy peculiar, incluso sin ser actriz, y para nosotras representa una mujer luchadora, que estudia y que es inteligente, pero que además se cuida», resume Aguayo. Porque esa búsqueda de referentes femeninos surge como una de las principales líneas de actuación de esta cátedra que quiere fomentar las vocaciones tecnológicas y científicas entre las niñas y adolescentes malagueñas.
Para ello cuenta la cátedra con el mecenazgo de grandes compañías del sector como Accenture, Dekra, Google, Ericsson, Keysight Technologies y Avanade. «Las empresas tienen una responsabilidad social corporativa, pero también necesidades económicas. Desde hace tiempo nos demandan profesionales mujeres, porque son conscientes de que el sector está muy masculinizado, con una inmensa mayoría de hombres diseñando y desarrollando soluciones que van destinadas a una población que es mayoritariamente femenina», detalla la catedrática de la UMA.
A partir de esa premisa, la Cátedra Hedy Lamarr reúne a un grupo de profesoras de las ingenierías técnicas de telecomunicación, informática e industriales que quieren atraer a las niñas hacia las carreras tecnológicas. «El número de alumnas en estas tres ingenierías no sólo no ha crecido en los últimos años, sino que ha bajado. En Telecomunicación, que es mi especialidad, hay un 20% de alumnas, quizá un poco menos, y en lugar de haber una progresión, los números siguen bajando», lamenta la directora de la nueva cátedra de la UMA.
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Sin embargo, Aguayo sabe que la fractura se produce «mucho antes» de la llegada a la Universidad: «Las niñas a los seis años ya tienen la percepción de que las matemáticas son más difíciles que otras materias, pero se trata de algo subjetivo, porque el rendimiento académico es igual o mejor que el de sus compañeros niños. Ya están sesgadas y esa realidad viene después de un proceso que nace a edades muy tempranas. La sociedad fomenta en las niñas la parte artística, los cuidados... Es un reto social y cultural».
Modelos femeninos
Por eso la Cátedra Hedy Lamarr pone el foco en las alumnas desde Infantil hasta Bachillerato. «Vamos a trabajar a partir de tres grandes ejes. En primer lugar, queremos dar modelos femeninos, tanto a las niñas como a los niños, por eso un grupo de profesionales vinculadas a la ciencia y la tecnología nos vamos a desplazar a los colegios e institutos para contar nuestro trabajo», ofrece Aguayo. «En segundo lugar -sigue-, queremos enseñar a las niñas que son capaces de hacer cosas con la tecnología. Estamos ideando campamentos, desafíos y otras actividades para que se demuestren a sí mismas y al resto de la sociedad que pueden desarrollar soluciones tecnológicas innovadoras y adaptadas a su edad»
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«Y por último -abrocha la catedrática – sabemos que el sector tecnológico está muy masculinizado, mientras que la educación está muy feminizada, sobre todo en las etapas más tempranas de la formación académica. Esas mujeres, esas 'seños', son el primer referente de nuestros niños. Por eso vamos a trabajar con alumnas del Grado de Educación Infantil para enseñarles que ellas también son capaces de hacer cosas con las tecnologías y que pueden aplicarlas en su día a día lectivo».
Un día a día para miles de niñas en el que estas profesionales quieren incorporar la tecnología, mirándose en el espejo de Hedy Lamarr.
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