D.med Software, la vacuna malagueña contra los ciberataques a hospitales
Con capital alemán y sede en Málaga, esta empresa tecnológica con 22 empleados garantiza la ciberseguridad y conectividad de los dispositivos sanitarios, que están en el foco de los atacantes
En 2019 se produjo la primera muerte de un paciente de un hospital causada por un ataque informático. Fue en Alemania: una mujer estaba en ... estado crítico y tenía que ser operada de inmediato, pero el centro donde estaba había sufrido un ataque de 'ransomware' que tenía bloqueado su sistema informático. Tuvo que ser trasladada a otra clínica a más de 30 kilómetros de distancia donde la intervinieron, pero fue demasiado tarde. En 2021 se conoció otro dramático caso que llegó a los tribunales en EE UU: una bebé de 9 meses murió como consecuencia de secuelas cerebrales derivadas de complicaciones en su nacimiento. La madre se enteró días más tarde de que el hospital donde la dio a luz estaba bajo un secuestro informático que afectaba, entre otros archivos, a los implicados en el funcionamiento de las máquinas que detectaban el latido fetal. Por eso los médicos no pudieron ver que la niña estaba teniendo problemas. De haberlo visto, habrían realizado una cesárea de urgencia para salvarla.
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Son casos que parecen sacados de una película distópica, pero son reales y pueden volverse más habituales, ya que los cibercriminales se están cebando con los hospitales y las consecuencias de sus ataques pueden ir más allá del robo de datos de pacientes o de pérdidas económicas. «Imagina qué puede pasar si dejan de responder las máquinas de soporte vital en una UCI», plantea Alessandro Vitiello, responsable de ingeniería de software de D.med Software, una empresa de capital alemán pero radicada en Málaga, que se dedica precisamente a prevenir este tipo de crímenes. ¿Cómo? Desarrollando soluciones de ciberseguridad específicamente diseñadas para dispositivos sanitarios.
¿Por qué los cibercriminales han puesto el foco en los hospitales? Precisamente este fue uno de los temas tratados en el Congreso de Ciberseguridad de Andalucía, que se celebró en marzo en Málaga, pocos días después del sonado ataque al Clínic de Barcelona. Y los expertos apuntaban a una ecuación de coste-beneficio: los hospitales están poco protegidos y a los cibercriminales les resulta fácil atacarlos. La adopción acelerada de la telemedicina ha multiplicado las dianas a las que pueden apuntar los malos: hay muchos aparatos cargados de datos sensibles y dotados de Internet de las cosas sin la adecuada capa de protección. Y es que tradicionalmente, los fabricantes de estos dispositivos han priorizado la seguridad del paciente, pero no han tenido tan en cuenta la ciberseguridad.
«Esto está cambiando», apunta Vitiello. Y lo está haciendo, principalmente, porque hay leyes que así lo ordenan. Tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea se aprobaron normas en 2021 que dictan que todo dispositivo sanitario tiene que tener un informe del estado de ciberseguridad del mismo. Concretamente en Europa se marcó inicialmente la fecha tope de 2023 para que todos los aparatos cumplieran con este requisito, pero al comprobar que la industria iba retrasada, se ha prorrogado el plazo hasta 2027. «Vienen unos años muy buenos para nosotros», afirma Alejandro Torres, responsable de desarrollo de negocio.
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La industria se pone al día en ciberseguridad
Así pues, D.med va a tener «mucho trabajo» ayudando a los fabricantes de dispositivos sanitarios a cumplir con las normas de ciberseguridad. No hay muchas empresas que hagan lo mismo que ella. «Es un nicho de mercado muy concreto», indica Vitiello. Para aprovechar esta oportunidad, la firma ha ampliado su radio de acción, que inicialmente eran las máquinas de diálisis, a todo tipo de dispositivos médicos. «Nuestra empresa matriz, D.med, es un grupo alemán de empresas construido alrededor de la diálisis: tiene clínicas especializadas, distribuye máquinas, fabrica y vende componentes y consumibles... Por eso nosotros empezamos por diseñar soluciones de conectividad y ciberseguridad a los fabricantes de máquinas de diálisis», explica.
En su estrategia de buscar nuevos mercados y clientes, D.med tiene un ojo puesto en Europa (la industria de la telemedicina se concentra sobre todo en Alemania, Francia, Austria y Reino Unido) y otro en EE UU. «En España no hay fabricantes importantes pero sí muchas 'startups' del área de 'healthcare' que desarrollan aplicaciones para dispositivos médicos. Nosotros podemos ayudarles a llevar el producto al mercado porque no es fácil dominar las especificaciones normativas del sector», afirma el responsable de ingeniería de software.
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D.med comenzó su actividad en Málaga en 2018, con tres personas. Ahora son 22 y sigue creciendo a muy alto ritmo, pero hasta ahora ha pasado bastante desapercibida dentro del ecosistema 'ciber' malagueño. Tiene su oficina cerca del Puerto, en la calle Plaza de Toros Vieja.
«En los dos últimos años hemos triplicado plantilla y el año pasado crecimos en facturación un 187%. Y en lo que llevamos de año, acumulamos un crecimiento del 40% interanual», indica Alessandro Vitiello, que espera alcanzar la treintena de trabajadores para finales de este año... si es que los encuentran. «Hasta hace poco no teníamos problemas para incorporar ingenieros, pero últimamente se nota la guerra por el talento que hay en Málaga. Puedes necesitar 5 ó 7 meses para cubrir una vacante». La firma compone su plantilla con tres perfiles de ingenieros: de software, de ciberseguridad y electrónicos. «Vamos a empezar a colaborar con la UMA para ofrecer prácticas e ir generando una cantera de talento», adelanta el directivo.
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«Málaga es el lugar perfecto para montar una empresa de software y hacerla crecer»
¿Por qué una corporación alemana sin relación alguna con Málaga elige la ciudad para montar una filial dedicada a la ciberseguridad de dispositivos sanitarios? Se podría aventurar que lo ha hecho, como tantas otras empresas, siguiendo la estela de Google o Vodafone. Pero lo cierto es que D.med Software empezó llegó antes de que la ciudad se pusiera de moda, en 2018. Como tantas otras decisiones empresariales, hay historias personales implicadas: en este caso la de Alessandro Vitiello, ingeniero de origen italiano afincado en Málaga. «Yo ya vivía aquí y había empezado a colaborar con el grupo D.med en 2015. Después de tres años preparando el terreno, en 2018 creamos D.med Software», explica el directivo. «Apostamos por Málaga porque es un lugar perfecto para crear una empresa de software y hacerla crecer. Es un polo tecnológico y por la cantera de ingenieros que genera la UMA. Ahora están viniendo muchas más empresas y lo vemos con interés porque pueden ser 'partners' nuestros», apunta.
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