Cuando Málaga se convirtió en un puerto petrolero

Con la llegada de los sesenta el puerto estrenó su nueva entrada monumental y una estación marítima destinada a atender el creciente tráfico de pasajeros. El desarrollo económico que se avecinaba hacía presagiar un fuerte impulso de la actividad portuaria y, de hecho, así ocurrió, pero de una forma diferente a la que se podía esperar. Y la clave estuvo en Puertollano.

Pero antes vamos a repasar algunos datos del puerto malagueño en aquella década. Por entonces contaba con 3.605 metros lineales de muelles y una superficie abrigada de 612.000 metros cuadrados. Funcionaban 25 grandes grúas de tipo pórtico y estaban operativos cinco remolcadores. Junto a la Farola estaban los Astilleros Ansorena y en la zona del muelle de Heredia el dique flotante de la Factoría Naval de Málaga. Otras instalaciones eran la fábrica de hielo de pescadería y el gran silo del Servicio Nacional del Trigo, ubicado en el muelle 2.

En los sesenta el puerto afrontó algunas obras importantes, como la reconstrucción del muelle 2, que había sufrido un hundimiento parcial en 1958. Otra fue la reparación de los daños causados por el temporal del 24 de enero de 1963, que rompió el dique de Levante. También se realizó el dragado de la dársena para permitir la entrada de buques de mayor tamaño, como los petroleros. En el muelle 2 se excavó el fondo rocoso y fueron extraídos los restos del 'Génova', barco que se había hundido en 1858 y cuya presencia obligaba a realizar maniobras para evitarlo. También se terminó la nueva lonja pesquera y la adaptación del muelle 6 a la llegada de petroleros. En este mismo muelle estaban las bocas de descarga de CAMPSA, de Amoniaco Español (que utilizaba nafta para sus procesos productivos) y de DEMAGRISA, dedicada a la importación de grasas industriales.

En cuanto al tráfico de pasajeros, además de la histórica línea regular con Melilla, se implantó un servicio regular entre Tánger y Málaga, que estuvo atendido a partir de 1966 por el ferry 'Ibn Batouta'. El puerto fue también escala de algunas líneas transatlánticas, como la que realizaba el itinerario Haifa-Nueva York con el buque 'Shalom'. Fueron habituales las escalas del trasatlántico 'Cristoforo Colombo', que hacía la ruta entre Italia y Nueva York y el 'Aurelia' llevó emigrantes hasta Australia. Las memorias anuales del puerto apuntaban ya entonces a un aumento de los cruceros turísticos.

El de Málaga era un puerto esencialmente importador. En 1966, apenas el 9% del tráfico total correspondía a exportaciones. Aunque salían cereales y harinas, aceite de oliva, óxidos rojos y hasta los vehículos de Santana fabricados en Linares, dominaban claramente las importaciones de piensos, semillas oleaginosas, cemento y, sobre todo, materias primas y productos energéticos. La inauguración de la planta de envasado de Gas Butano en 1963 estuvo vinculada a la llegada de barcos butaneros que descargaban frente a la playa de La Misericordia.

A finales del siglo XX el puerto de Málaga se especializó en el tráfico petrolero. Fue el resultado de la puesta en marcha de una refinería y de un complejo petroquímico en Puertollano por la Empresa Nacional Calvo Sotelo. En 1961 se aprobó la construcción de un oleoducto e inmediatamente se proyectó la obra de un atracadero adosado al dique de Poniente para la descarga de crudo, que por diferentes problemas no se terminó hasta 1971. En 1965 comenzó la actividad y ya ese año el tráfico portuario se incrementó en un 52%. Se habilitó un campo de boyas como punto de descarga frente a La Misericordia. Permitía operar con grandes petroleros de hasta 150.000 toneladas, con dos mangueras que transportaban el crudo hasta los depósitos de la Ronda Intermedia. Dos años después este concepto significaba el 60% del tráfico total del puerto de Málaga. Si se sumaba el movimiento de combustible para CAMPSA, de gas butano y otros productos similares el porcentaje se elevaba al 85%. El 4 de noviembre de 1969 fondeó por primera vez en el campo de boyas, procedente de Arabia Saudí, el superpetrolero 'Málaga', de 288 metros de eslora y 140.000 toneladas de peso muerto, por entonces el mayor buque mercante de la flota española.