Verano 2020: A la sombra de la Historia

El Candado, de finca de recreo a la urbanización más completa de Málaga

Investigadores creen que el nombre puede proceder de que los cantales con los que la finca caía sobre el mar actuaban de cierre de la vega litoral

víctor heredia

MÁLAGA

Martes, 28 de julio 2020

El desarrollo de la Costa del Sol trajo consigo el crecimiento urbanístico de toda la franja costera. Uno de los modelos de más éxito fue ... el de las urbanizaciones, que ofrecían tranquilidad y buenas vistas. A partir de terrenos rústicos que se extendían entre la costa y las elevaciones próximas al litoral, una sociedad se encargaba de la urbanización del suelo para la venta de parcelas destinadas a la construcción de chalets con jardines y piscina.

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En la capital se desarrollaron varias urbanizaciones residenciales en la zona oriental de la ciudad, aprovechando antiguas fincas de recreo que de esta manera quedaron integradas en la expansión de la ciudad. A diferencia de lo ocurrido en otros municipios, los compradores de estas promociones han sido en su mayoría de origen local, que accedían a viviendas amplias y bien equipadas sin alejarse demasiado del centro. Son los casos de Cerrado de Calderón, Pinares de San Antón y El Candado. Vamos a recordar la génesis de esta última, que ha destacado por la amplia oferta de ocio con la que ha completado su carácter residencial.

El investigador Manuel Muñoz Martín cree que el nombre de El Candado puede proceder de que los cantales con los que la finca caía sobre el mar actuaban de cierre de la vega litoral en la que se asienta El Palo, obligando al camino de Vélez a internarse para seguir hacia el este. Lo cierto es que el lugar constituyó un obstáculo natural para las comunicaciones hasta que se hicieron las explanaciones que permitieron que la carretera y la vía del ferrocarril discurrieran junto al mar. Desde antiguo existía un punto de vigilancia conocido como sitio de La Escucha, denominación que se mantiene en una calle actual.

La Hacienda El Candado se dedicaba al cultivo de vides, limoneros, olivos, higueras y otros árboles. Entre sus propietarios se encontraron el diplomático Luis del Castillo y el aristócrata Miguel Domínguez Guevara, quien la adquirió en 1838. A él se debe la bella portada que aún se conserva en el Camino Viejo de Vélez, con el nombre de Hacienda de San Antonio. Este personaje recibió el título de conde de San Antonio precisamente el mismo año en que vendió estas tierras al comerciante soriano Manuel Hernández. La finca incluía la Huerta de El Dedo, donde hoy se levanta la urbanización Playa Virginia.

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A principios del siglo XX El Candado pertenecía a Arturo Torres, quien la dotó de unos magníficos jardines que se encontraban entre los mejores de la ciudad. Además la finca contaba con un observatorio meteorológico, un campo de tiro y un laboratorio. Las guías recomendaban su visita, previo permiso del jardinero y posterior pago de una propina. Años más tarde, las vivencias en la hacienda inspiraron el libro titulado 'El Candado', del poeta malagueño Alfonso Canales, que vio la luz en 1956.

Urbanización

La actividad para la creación de la urbanización se hizo visible a partir de 1962, cuando se iniciaron los movimientos de tierras sobre una superficie de 850.000 metros cuadrados, con un frente marítimo de algo más de 500 metros de longitud. Fueron sus principales impulsores y cabezas visibles los ingenieros Rafael del Pino Moreno -fundador de Ferrovial- y Carlos Fernández de Caleya. Se anunciaba que iba a predominar una arquitectura de corte regional y que habría estrictas normas de altura para que no se vieran perjudicadas las vistas de las distintas parcelas.

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Desde el principio el proyecto contemplaba una importante dotación de equipamiento deportivo, con un club náutico con 300 amarres en la playa de Almellones, un campo de golf de nueve hoyos y un club social con tres piscinas (una de ellas olímpica), pistas de tenis y parque infantil. La venta de parcelas, a través de una intensa campaña publicitaria, comenzó en 1963, anunciándose como «el más importante complejo turístico de la Costa del Sol». El club social, con todas sus instalaciones y el restaurante, fue inaugurado el 26 de julio de 1965.

Luego llegaron tiempos de gloria y de decadencia. La recuperación de las actividades sociales y deportivas hizo que el Club recibiera el título de Real en el año 2015. Hoy en día, más de medio siglo después, El Candado sigue siendo, en el extremo de El Palo, una de las más privilegiadas urbanizaciones de la ciudad.

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Una intensa vida social y deportiva

Desde que la urbanización dispuso de un club éste se convirtió en el centro de una activa vida social. Sus salones y jardines albergaron todo tipo de acontecimientos, comidas, homenajes y fiestas. Por ejemplo, la Archicofradía de la Expiración ofreció un almuerzo en El Candado a la esposa de Franco, Carmen Polo, en 1968. Ese mismo año el Club y la urbanización recibieron la placa de plata al Mérito Turístico, reconocimiento que fue celebrado con una gala amenizada por las actuaciones de Los Gritos y Peret. Una de las actividades anuales más destacadas era la Fiesta de los Jazmines, que servía para la puesta de largo de señoritas de la sociedad malagueña. Además eran habituales las exposiciones de pintura, las conferencias y los actos benéficos. En uno de ellos se produjo la presentación en Málaga del bingo, en febrero de 1971, que tanto juego ha dado desde entonces. En cuanto a las actividades deportivas, desde muy pronto se celebraron en las instalaciones de El Candado competiciones nacionales de vela, golf, tenis, natación y, posteriormente, pádel.

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