Algunas de las piezas de la colección de Muñoz Antivón

La colección malagueña de Muñoz Antivón

Un recorrido por los tesoros de un coleccionista que atesora cientos de objetos, muchos de ellos relacionados con la historia de la provincia

Martes, 4 de agosto 2020, 23:45

Hay en Málaga un grupo pequeño de personas, pero selecto, que acude puntualmente a todas las exposiciones y conferencias de asunto malagueño que se celebran ... en nuestra ciudad. Suelen estar al tanto de todas las novedades editoriales sobre temática local y son activos en grupos y redes sociales. Saben más sobre historia de Málaga que algunos historiadores locales, aunque por humildad y modestia nunca han publicado ningún libro. Una de estas personas es José Francisco Muñoz Antivón.

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Ante todo Muñoz Antivón es un coleccionista. Se dice que un coleccionista nace. Para hacer una buena colección hace falta mucha paciencia, tesón y constancia, además de ser conocedor y experto del tema sobre el que verse la colección. Como afirma otro gran coleccionista de tema malagueño, Sergio del Río Mapelli, «el coleccionismo es siempre un buen camarada, un camarada para los años jóvenes y también para las tranquilas jornadas de senectud».

Entro en la casa de Paco Muñoz como el que penetra en la cueva de Alí Babá. Me acompaña Víctor Heredia, compañero de correrías culturales, porque Paco nos va a hacer una visita guiada por lo mejor de su colección. En este caso se cumple a la perfección la definición de colección de la Real Academia: «Conjunto ordenado de cosas, por lo común de la misma clase y reunidas por su especial interés o valor». Vamos a centrarnos en las de asunto malagueño que ha ido reuniendo a lo largo de toda una vida.

Muñoz Antivón nos abre, como si de una sacristía se tratase, el enorme armario en el que guarda su colección de casi tres mil botellines, muchos de ellos de vinos malagueños. Los repartían en los años sesenta como propaganda de las bodegas o a los pasajeros de las líneas aéreas.

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Su biblioteca malagueña es excepcional. Muchos de los ejemplares están dedicados por sus autores. Atesora bastantes guías de Málaga, como Málaga en broma de Valero Enfedaque, o el Catálogo Oficial de la Exposición y Álbum de Málaga de 1924, ambas muy difíciles de conseguir. En su biblioteca están las guías de teléfonos de Málaga de los años 1935, 1953, 1957, 1963, 1964, etc. Importantes son también los libros de temática escolar, como una memoria de los cursos 1919-1920 del colegio de San Pedro y San Rafael o una Gramática Castellana escrita por Alfonso Pogonoski, catedrático del Instituto de Málaga. Entre las revistas destacamos un Blanco y Negro de 1933 dedicado a Málaga, ejemplares de la Unión Ilustrada o de Vida Gráfica, y un par de números de la revista Vida Malagueña, de 1922, cuya existencia desconocíamos.

Una pieza sorprendente es la lápida que recuerda las terribles inundaciones que Málaga sufrió en 1907. Estaba en un edificio de la calle Carretería, esquina a la calle Ollerías donde, al confluir cuatro calles, el agua debió de alcanzar un buen nivel. Al parecer la lápida perteneció a Miguel Ojeda Torrecilla, dueño de una conocida cerería que, como fue concejal del Ayuntamiento de Málaga en los años cuarenta, pudo conseguirla al derribarse la antigua casa donde estaba. Solo hay tres más como esta en Málaga.

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Entre su colección fotográfica sobresalen un par de álbumes de Juan Moreno de Luna, que fue presidente del Málaga. En ellos se reúnen fotos de celebraciones, comidas o fichajes. Muñoz Antivón también tiene espléndidas fotos antiguas de los estudios de Osuna, Manuel Rey, Oses, Wandre o Muchart.

Desde los seis años Paco ya recogía los prospectos de cine (del Duque, Goya, Echegaray, Atlántida, Albéniz o Alcázar) y los programas de toros que repartían por la calle o en los bares. Tiene muchos cientos de este material efímero que muy pocos guardaban. Con muy corta edad también reunía chapas de botellas. Inició su colección cuando sendos amigos le trajeron chapas portuguesas y francesas que él completó con otras de Colema, el Niágara, La Paleña, La Perchelera, Victoria, Alaska, La Revoltosa, La Caleta o de los zumos naturales La Malacitana. Una colección única.

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Quizá de lo mejor de su repertorio pueden ser los sifones y botellas de gaseosas, refrescos y cervezas. La más preciada es una botella de cerveza El Mediterráneo, la primera fábrica importante de cerveza que hubo en Málaga. Tiene sifones del Niágara, La Alcazaba, La Farola, La Pitusa, La Paleña, La Veleña Heredia...

No tenemos espacio para más. Queremos terminar con su colección de cristalería. Aunque parezca increíble Muñoz Antivón conserva vasos y copas de establecimientos malagueños con solera como La Palma Real, Casa Flores, La Reja, La Alegría, Metropol, Casa Luna, La Raya o Guerola.

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Una vida dedicada al coleccionismo

Paco Muñoz Antivón nació en el barrio del Molinillo en 1955. Aunque empezó sus estudios en el colegio de La Goleta, pronto se trasladó al de San Pedro y San Rafael en la plaza de San Francisco, que considera su colegio de siempre. Empezó a trabajar muy joven como camarero en el mítico bar Gambrinus. Tras ocho años sirviendo churros en Casa Aranda y cuatro en la cafetería Solymar de la plaza de la Marina, pasó al Hotel Elimar, en el Rincón de la Victoria, donde se acaba de jubilar.

Desde mediados de los años sesenta frecuentaba los mercadillos malagueños. El de Málaga estaba entonces detrás de lo que fue Almacenes Mérida, en el barrio de la Trinidad. Paco reconoce que no es de regatear y que solo compra lo que está a su alcance.

Es el mejor conocedor de la historia del automóvil en Málaga y su blog en internet es todo un referente para aquel que quiera estudiar este tema u otros relacionados con la historia local. Su biblioteca del automóvil quizá sea la mejor de Málaga.

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