Breve historia de los ascensores en Málaga

Dicen que los que padecen elevatofobia sufren miedo a los ascensores. Debe de ser una variante de la claustrofobia, pero manifestada en cubículos que suben y bajan gracias a un mecanismo eléctrico. Esta fobia no es tan rara como el lector piensa y en los malagueños comenzó a manifestarse a partir de 1887. En efecto, diez años después de ponerse en marcha el primer elevador en España, empezó a funcionar el primer ascensor malagueño del que tenemos noticia. Se instaló en el Hotel Roma, hoy Edificio Edipsa, en Puerta del Mar. Lo costeó el entonces propietario del inmueble, el conocido comerciante José Álvarez Fonseca.

Cuenta La Unión Mercantil que el domingo 19 de junio de 1887 había una gran expectación para comprobar cómo funcionaba tan moderno aparato: «El domingo se llevó a cabo en el Gran Hotel Roma (antigua fonda de la Alameda) la prueba del ascensor ante distinguida concurrencia. El resultado fue bueno, si bien el aparato no funcionó con toda la celeridad apetecible».

Conservamos testimonio gráfico del primer ascensor que hubo en Málaga. En la fotografía vemos a un viajero (entonces aún no se había inventado el turismo) posar tras los pesados baúles de su equipaje, mientras se apoya en dos esculturas de bronce –que aún hoy se conservan–. El ascensor se instaló en una esquina del patio, adosado exteriormente al edificio, muy cerca de la fuente central. Añadamos, para satisfacción del lector curioso, que este ascensor debió de utilizarlo Benito Pérez Galdós –quien no nos consta que padeciera elevatofobia– cuando se alojó en este suntuoso hotel en 1904.

Sabemos de otros ascensores instalados en Málaga a principios del siglo XX gracias a los estudios de Dolores Gamboa. En 1904, en el edificio que ocupó parte del antiguo solar del Conventico, Pedro Temboury mandó colocar uno en el portal de la calle Liborio García, 10. Francisco Masó pidió licencia, ese mismo año, para poner otro en el número 9 de la plaza de la Constitución. El edificio de la sede central de los Ferrocarriles Andaluces, en el Paseo de Reding, contó con ascensor desde su inauguración en 1908. José Álvarez Net montó uno en la calle Especerías, 1. En 1913 se instalaron otros en los almacenes de Álvarez Fonseca en calle Nueva, en Larios 4 y en la Alameda Principal, 3. A pesar de todo, en 1930, el uso del ascensor no se había generalizado en Málaga. Por ejemplo, en la calle más lujosa de Málaga, la calle Marqués de Larios, solo disponían de ascensor cuatro de los once edificios.

El ascensor más antiguo que existe hoy en Málaga lo podemos admirar en el Palacio de Crópani, en el número 7 de la calle Álamos. Fue instalado en el primer tercio del siglo XX. El pequeño habitáculo es de madera, como todos los de entonces, y conserva en su lateral unas instrucciones para su uso colocadas por su fabricante. Por el número de teléfono, de cuatro cifras, las hemos datado a principios de los años treinta del siglo pasado. En estas se indica que en caso de avería o de olor a quemado el usuario deberá desconectar el interruptor principal. Si, además, el ascensor se queda parado entre dos plantas, «levántese el freno de la máquina, colóquese el volante, dando vueltas hasta que llegue el camarín al nivel del piso más próximo. Nunca debe maniobrarse sin desconectar antes el interruptor». (De lo que deducimos que los ascensores antiguos debieron de tener un volante para desplazar al ascensor en altura cuando este se quedaba bloqueado). La instrucción más curiosa de todas es la que indica que el portero del edificio deberá examinar diariamente el buen funcionamiento de los contactos de las puertas.

El encargado del montaje, reparación y mantenimiento del ascensor era Alejandro Braun, quien tenía establecido su taller en la calle Cañón. Después de la Guerra Civil, la viuda se hizo cargo de la empresa y la trasladó a la calle Alcazabilla. En 1979 la compró la marca sevillana Ciasa y en 1985 fue absorbida por Schindler.

Terminemos esta breve historia añadiendo que en el palacio de Crópani se instaló, en 1925, la primera emisora de radio que hubo en Málaga.