La colaboración ciudadana, clave para frustrar una violación múltiple en La Malagueta

El primero de ellos es un testigo -no ha trascendido si hombre o mujer- que vio a la víctima en estado de embriaguez en el bar de copas donde conoció a uno de los detenidos. A esta persona le llamó la atención la situación y se fijó en lo que ocurría cuando abandonaron el local. Entonces, vio que aparecían otros dos hombres y que ella estaba en visible estado de embriaguez, motivo por el que avisó a la Policía Nacional y fue narrando todo lo que estaba presenciando.

Ahí es donde interviene el segundo factor: la actuación policial. Los agentes acudieron inmediatamente y sorprendieron in fraganti a uno de los detenidos cuando, al parecer, agredía sexualmente a la víctima. Junto a él se encontraban los otros dos arrestados, quienes, según fuentes cercanas al caso, estaban «en disposición de» abusar de la mujer. Es decir, aparentemente preparados para hacerlo, pero no les dio tiempo.

Según contó la víctima a la policía, esa noche -la del domingo al lunes- estuvo tomando unas cervezas con una pareja de amigos en un bar de La Malagueta. En un momento determinado, sus acompañantes se marcharon y ella se quedó sola en el establecimiento.

Fue entonces cuando se le acercó un hombre -uno de los que, a la postre, acabaron detenidos- y empezaron a charlar. No hubo nada que le hiciera sospechar de él y el tono de la conversación fue amistoso en todo momento, según declaró a los agentes.

Cuando ella manifestó su intención de volver a casa, él se ofreció a acompañarla dando un paseo por la playa, a lo que la mujer accedió. Unos minutos después, en la zona donde están las letras de La Malagueta, el hombre comenzó a pedirle que la besara y supuestamente se abalanzó sobre ella. Fue en ese momento, según su testimonio, cuando aparecieron los otros dos implicados, avisados presuntamente por el primero.