Así fue la declaración del cura de Vélez acusado de abusos sexuales ante el juez

El padre Fran, que ha dado por primera vez su versión sobre los hechos que se le atribuyen, reconoce que consumían mucho alcohol, pero no los abusos sexuales

Juan Cano

Málaga

Miércoles, 15 de mayo 2024, 00:23

Ocho meses después de su detención, que alcanzó el escalafón de escándalo nacional, el padre Fran, en prisión por presuntamente narcotizar a cuatro amigas para ... abusar de ellas y grabarlas sin su consentimiento, ha dado por primera vez su versión sobre las acusaciones que pesan sobre él. Reconoció que salían de fiesta y que bebían grandes cantidades de alcohol, pero no los abusos.

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Este martes 13 de mayo, el investigado compareció, después de varias suspensiones y aplazamientos, ante la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Vélez-Málaga. Tras negarse a declarar después de ser arrestado en septiembre de 2023, esta vez sí accedió a responder a las preguntas de la magistrada, de las acusaciones y de su defensa.

El padre Fran, sobre el que la Iglesia abrió un proceso de expulsión del estado clerical para expulsarlo, entró en sala escoltado por la policía y compareció ante la jueza sin los grilletes que le acompañaron durante su traslado desde la cárcel de Archidona hasta los juzgados veleños.

Durante algo más de tres horas, dio su versión sobre los hechos y aclaró algunos extremos de la investigación realizada por la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM) de la Policía Nacional, que se bautizó con el nombre de 'Pájaro Espino-Nun' (monja).

Se le interrogó sobre las imágenes que su exnovia presuntamente encontró por casualidad en un dispositivo informático de su propiedad y que ella entregó a la policía para que lo investigaran. El padre Fran alegó que no se identificaba ni se reconocía en esas imágenes, por lo que viene a negar las acusaciones de abusos.

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El investigado alegó que salía con frecuencia con sus amigas de fiesta y que en ese contexto bebían grandes cantidades de alcohol, en alusión a que, como al parecer se aprecia en las imágenes, varias de ellas acabaron inconscientes y a merced del sacerdote. Negó haberlas drogado.

El caso

Todo comenzó en enero de 2023. Una chica joven, rondando la treintena, lloraba amargamente a los pies del Cautivo en la iglesia de Santa María Micaela, en Melilla. El motivo, según confesaría más tarde, era que mantenía una relación sentimental con el padre Fran (33 años), al que estaba muy unida. El obispo tomó entonces la decisión de apartar al sacerdote de la ciudad autónoma y lo mandó de vuelta a Málaga sin, inicialmente, asignarle parroquia alguna.

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El segundo escándalo, el que lo envió definitivamente a prisión, saltaría ocho meses después. En agosto, la exnovia del cura acudió de nuevo a la iglesia e insistió en que en el domicilio que supuestamente compartían, había encontrado un disco duro que contenía imágenes de agresiones sexuales que habría cometido el padre Fran sobre mujeres aparentemente inconscientes.

La iglesia derivó a la joven a la Policía Nacional para que denunciara esos hechos. La mujer acudió a la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM) de la comisaría de Melilla, relató lo sucedido y entregó a los agentes una copia de las imágenes almacenadas en el disco duro.

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Los agentes empezaron por analizar las imágenes: «decenas» de fotografías y vídeos que el sospechoso había repartido en cuatro carpetas a las que, para identificarlas, les había asignado iniciales. Su exnovia -la de Melilla, porque al parecer tenía otra pareja en Málaga- contó a los policías que ella las abrió creyendo que se trataba de una película o una serie.

El 6 de septiembre, el padre Fran acudió a comisaría para denunciarla a ella porque, según él, habría robado sin su consentimiento 3.000 euros y «material informático» que él guardaba en su casa. También dijo que él quería romper la relación, a lo que ella se negaba, y alegó que creía que había actuado por despecho.

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El narcótico

En los archivos hallados en el ordenador del padre Fran se observa a cuatro mujeres semidesnudas, dormidas o más bien, como sospechan los investigadores, narcotizadas con algún tipo de sedante, ya que en las imágenes parecen completamente inertes ante las prácticas sexuales «de todo tipo» que les realizaba un hombre.

Para lograr identificar a las mujeres que aparecen en las grabaciones víctimas de las agresiones sexuales y ponerles nombres y apellidos, los agentes utilizaron lo que se conoce como «investigación en fuentes abiertas», que no es otra cosa que peinar las redes sociales y seguir el rastro que deja en Internet cualquier usuario.

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Los policías de la UFAM intuían que estaban en el entorno del sacerdote. Y no se equivocaban. Poco a poco fueron relacionando las iniciales de las carpetas y las imágenes que contenían con cuatro mujeres del círculo del padre Fran. Eran amigos. Las víctimas localizadas hasta el momento son todas mayores de edad, de 20 a 35 años, aproximadamente.

Por ahora, al padre Fran se le atribuyen cuatro casos de agresión sexual. Pero hay una quinta afectada a la que habría grabado, al parecer sin llegar a abusar de ella (otra novia que el cura había tenido en Málaga y que desconocía aparecer en cintas suyas). Ello hace que se le imputen cinco delitos contra la intimidad -y no cuatro-.

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Una vez localizadas a las mujeres, los investigadores las citaron en comisaría para tomarles declaración. Todas coincidieron en algo: curiosamente desconocían que habían sido agredidas sexualmente y que habían sido grabadas. Los agentes les advirtieron de la dureza de las imágenes. Tres de ellas rehusaron verlas. Las otras dos sí lo hicieron. Las cinco han denunciado y ahora son acusación particular contra él.

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