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Así fue la operación contra el grupo neonazi Combat 18, que buscaba reclutar a militantes en Málaga

Los sospechosos, aunque estaban en una fase inicial de expansión, ya contaban con células y habían iniciado contactos para la provisión de armas

Sábado, 21 de octubre 2023, 00:20

Ya habían hablado de mezquitas y sinagogas a las que dirigir su odio, pero todavía estaban en una fase previa, la de captación y expansión. Hacían lo posible por mantener un perfil bajo y no levantar sospechas, pero cometieron un error que fue clave para los investigadores: dieron pistas de la organización y de sus planes en foros de Internet, en los que compartían todo tipo de simbología y narrativa neonazi.

Estos mensajes no pasaron inadvertidos para los agentes del servicio de inteligencia de la Policía Nacional, que están especializados en radicalismos violentos. Parte de su labor preventiva consiste en el rastreo de toda clase de portales web en busca de contenidos que puedan ser delictivos.

Así fue cómo se inició hace un año la investigación que este martes, día 17 de octubre, se saldó con el arresto de 16 personas -dos de ellas en Málaga- por su presunta pertenencia a la rama española del grupo criminal Combat 18 (las cifras se corresponden a la primera y octava letra del abecedario, las iniciales de Adolf Hitler), vinculado al nacionalsocialismo y al supremacismo blanco.

Esas conversaciones fueron la primera señal, pero las alarmas saltaron al comprobar los policías que estas mismas personas, que ya estaban siendo sometidas a un monitoreo, también habían entablado contacto con miembros que la organización tenía en otros países de Europa y Sudamérica.

Durante las pesquisas, se detectó que todos los movimientos de los sospechosos apuntaban a una misma dirección, de acuerdo con las fuentes: «Se estaba montando una estructura clásica de terrorismo, como en su día fue ETA». Aunque estaban en una fase primigenia, el plan era extender su proyecto a todo el país.

Captación en Málaga

Ese proceso de expansión de la rama española de Combat 18 se inició en Cataluña, donde se asentaba el núcleo duro de la trama nacionalsocialista. Y Málaga era una de las provincias que estaban en su punto de mira para la captación de militantes y de formas de financiación, donde ya contaban para ello con una persona.

Las dos detenciones practicadas en la Costa del Sol tuvieron lugar en la capital. Solo uno de los arrestados residía en la ciudad y su misión, según las fuentes, era la de reclutar adeptos que se unieran a la causa ultraderechista y, sobre todo, que estuvieran dispuestos a dar un paso al frente en la lucha armada.

El segundo detenido en Málaga, de origen catalán, estaba en la capital de visita cuando se iniciaron las redadas antes del amanecer. Éstas, además de llevarse a cabo en la provincia andaluza, también se desarrollaron de manera simultánea en distintos municipios de Cataluña, Madrid, Toledo y Lugo.

Los sospechosos no eran personas que llamaran en exceso la atención, pese a que alguna vez pudieran hacer gala de cierta exaltación. Según los investigadores, el perfil más bien obedecía al de hombres (de los 16 detenidos, sólo tres son mujeres) de mediana edad (30-45), barrios humildes y clase obrera, con trabajos poco cualificados y de corta duración.

«Son personas aparentemente normales, que tienen sus familias o sus parejas y que acuden a sus puestos laborales, como te las puedes encontrar en cualquier sitio», sostienen las mismas fuentes. Y sin embargo, añaden, formaban parte de un entramado que ya contaba con células y planeaba la provisión de armas: «Llevaban una doble vida».

Colectivos perseguidos

Según las indagaciones, pretendían atentar tanto contra personas como contra bienes, para lo que iban a recurrir a discursos de odio por motivos racistas, antisemitas, LGTBI-fóbicos, xenófobos e ideológicos que se materializarían en Internet, en grupos de mensajería instantánea y en el plano físico.

«Hablaban de que sabían de una sinagoga o de una mezquita que quedaba cerca, aunque todavía no habían concretado ataques porque estaban en una fase previa», indican las fuentes, que apuntan a que Combat 18 está considerada como el «brazo armado» del grupo ultraderechista Blood and Honour.

Se trata de una organización que nació en Inglaterra en 1992 y que, desde su creación, se ha pronunciado para realizar llamamientos a ejercer la violencia contra inmigrantes, minorías étnicas y personas de izquierdas o vinculadas al movimiento LGTBI, además de defender la lucha armada clandestina con fines políticos.

En el transcurso de las indagaciones, que han estado tutelada por el Juzgado de Instrucción número 3 de Manresa (Barcelona), los agentes pudieron determinar el grado de participación y militancia de los arrestados en la organización criminal, tras lo que este martes se procedió a la explotación de la operación.

Desde primera hora, los efectivos de ambos cuerpos policiales realizaron un total de 14 entradas y registros en domicilios, diez de ellos en Cataluña y el resto en municipios de Madrid, Lugo, Toledo y Málaga.

Diez de las detenciones tuvieron lugar en Cataluña –Barcelona (2), Lloret de Mar (2), El Prat de Llobregat (2), Mollerussa (2), Sentmenat (2) y Sant Boi de Llobregat (1)-, a las que se sumaron las dos en Málaga, una en Lugo, otra en Arganda del Rey (Madrid) y en Ventas de San Julián (Toledo).

Se trató de un operativo que cumplía un papel preventivo, que era el de cortar de raíz la trama antes «de que la amenaza fuese incontrolable». Y con el que también se pretende mandar un mensaje a los detenidos por un presunto delito de pertenencia a organización criminal: «Ahora saben que los tenemos fichados y que no les vamos a dejar crecer».

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