El misterio de los cadáveres de Coín: la investigación apunta a una intoxicación

En la inspección ocular no se localizaron ni estupefacientes ni una fuente de gas que pudiera haber liberado monóxido de carbono

Juan Cano

Málaga

Domingo, 19 de octubre 2025, 00:41

La investigación en torno a las muertes de una pareja el pasado fin de semana en Coín apunta a una intoxicación, aunque el escenario es ... tan confuso que, a día de hoy, y a falta de los estudios complementarios a la autopsia, no se descarta ninguna hipótesis.

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En la inspección ocular, realizada por la Guardia Civil, los agentes no localizaron restos que revelaran el consumo de una sustancia estupefaciente pudiera haber provocado una reacción adversa a las drogas en la pareja, que seguramente falleció a la vez mientras su hija de seis años dormía.

La hipótesis de la ingesta de algún psicotrópico aún no está completamente descartada, aunque no hay nada que la respalde, más allá de lo extraño que es que ambos mueran a la vez. La pareja vivía en una infravivienda en mitad del campo.

Al registrar la casa, que era de madera y sólo tenía dos habitaciones, los investigadores buscaron alguna fuente de emisión de monóxido de carbono, como una estufa de gas o un calentador. Una intoxicación de estas características sí puede provocar el fallecimiento. No en vano, se la conoce como 'la muerte dulce'.

El hecho de que la niña hubiera sobrevivido resta fuerza a esta hipótesis, aunque no sería la primera vez que una mala combustión de gas que libera monóxido de carbono afecta de manera diferente a las personas que conviven en el mismo domicilio y que, por ende, la sufren.

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Aun así, no se localizó ningún aparato que pudiera haber liberado esta sustancia, con lo que esa línea de investigación apenas ha tenido recorrido. Sucede lo mismo que con las drogas. No se ha encontrado nada que la sustente, si bien no se puede descartar nada al 100%.

Los investigadores han llegado a plantearse otras opciones mucho más inusuales, como una intoxicación grave por la ingesta de algún fármaco o un alimento, o incluso por inhalación de gas fosfano, también conocido como fosfina, como le ocurrió a una familia de Sevilla hace más de una década.

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En aquel caso, un hombre, su mujer y una hija de ambos fueron hallados muertos en su vivienda porque acumulaban en el cuarto de baño sacos de tapones de plástico que vendían al peso para reciclar. El plaguicida de las botellas, en contacto con agua o humedad, liberaron la fosfina y provocaron la intoxicación mortal.

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