Marina, víctima de la falsa clínica estética de Fuengirola: «No me causó una necrosis facial de milagro, me dejó desfigurada»
Ella es una de las personas que ha colaborado con su testimonio en la investigación de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) I de Fuengirola, que se ha saldado con la detención de la propietaria del centro
Marina (nombre ficticio) accede a hablar con SUR con el único propósito de que nadie más sufra las consecuencias de ponerse en manos de una ... falsa clínica de medicina estética, como le ocurrió a ella. Se trata de una de las víctimas del salón de belleza de Fuengirola cuya propietaria ha sido detenida por la Policía Nacional como presunta autora de un delito de intrusismo profesional tras realizar retoques estéticos sin la titulación médica requerida. «No me causó una necrosis facial de milagro, me dejó la cara desfigurada durante dos meses», asegura la perjudicada.
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La víctima, que tiene 42 años y trabaja como enfermera, explica que llegó a este centro (Aglaïa Aesthetic Clinic) a finales de 2022 por la recomendación de una compañera, a la que habían retocado recientemente los labios. «Ella estaba muy contenta y me comentó que tenían ofertas que estaban muy bien», cuenta. Animada por los precios, llamó y reservó una cita para que le inyectaran bótox en la frente.
«Allí costaba unos 190 euros y en otros sitios había visto que lo hacían por unos 350 euros», indica Marina. Una vez en el local, se dio cuenta de que no había en la pared ningún diploma que acreditase la titulación de la supuesta doctora. «Me llamó la atención, pero aun así di por hecho que era médico», apunta la mujer, quien añade que las instalaciones estaban muy cuidadas y seguían el estilo de otras clínicas legales que ella había visitado. Nada le hacía desconfiar.
A los 15 días tenía que volver para que le revisaran la frente, donde la perjudicada asegura que no notó resultado alguno. Así se lo comentó a la dueña de la falsa clínica estética, quien le respondió que eso era normal. «Me dijo que hacía falta más tiempo, que no me preocupara, y yo le creí porque seguía pensando que estaba en manos de una profesional» expone Marina.
En esa misma visita, la perjudicada le preguntó por el tratamiento de marcación mandibular tras haber visto varias fotos que habían colgado en la cuenta de Instagram. «En las imágenes vi que quedaban muy bonitos y, como me interesé y estaba muy bien de precio(unos 450 euros), me dijo que me lo podían hacer en ese momento», indica. En esa ocasión, dice, ni le informaron de los riesgos previamente ni firmó documento alguno.
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De acuerdo con su testimonio, la sospechosa empezó a realizarle el tratamiento y, al cabo de unos minutos y varios pinchazos, se dio cuenta de que le presionaba mucho en el lado izquierdo de la cara. «Le pregunté si pasaba algo y me dijo que no podía seguir porque estaba sangrando un poco… ¿Un poco? Cuando me vi, me di cuenta de que me estaba desangrando», sostiene Marina.
La mujer salió del centro llorando y muy asustada, con la cara «muy hinchada y totalmente deformada». Aunque la supuesta profesional intentó quitarle hierro e insistió en que ese tipo de reacciones se daban con frecuencia, siempre según el testimonio de Marina, le recomendó que acudiera a urgencias si le costaba respirar o si padecía parálisis facial. «Lo único que me recetó fueron unas pastillas naturales para la inflamación», afirma.
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La víctima asegura que pasó dos meses con el rostro desfigurado y que fue imposible volver a contactar con la dueña del centro. «Llamé varias veces y al principio me daban largas, luego directamente es que ni me contestaban». Por supuesto, añade, jamás le devolvieron el dinero. «Se supone que ese tratamiento se hace con ácido hialurónico, pero a saber qué me puso», expone.
Investigación policial
Para sorpresa de Marina, que nunca denunció lo ocurrido en esta supuesta clínica, hace unos meses recibió una llamada de la Policía Nacional para que acudiera a la comisaría de Fuengirola. Y es que los efectivos de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) I habían iniciado las pesquisas tras tener conocimiento de la supuesta actividad ilícita a partir de una denuncia del propio Colegio de Médicos de Málaga.
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Según precisan fuentes próximas a la investigación, se sospecha que la arrestada (de 31 años y sin apenas actividad en las redes y con una vida discreta) llevaría suministrando este tipo de retoques estéticos desde hacía algo más de tres años, cuando abrió el salón de belleza en Fuengirola. Al parecer, una vez que citaron a la propietaria del centro, les reconoció a los policías que todavía no estaba en posesión del título, aunque les insistió que estaba en proceso de obtenerlo.
En este caso se daba la circunstancia de que ninguna de las víctimas había presentado denuncia, aunque los agentes tuvieron conocimiento de que habría varias personas perjudicadas que sufrieron «desfiguraciones temporales», como párpados caídos y ojos totalmente cerrados. Tras una intensa labor para localizarlas, solo tres víctimas accedieron a prestar su testimonio para colaborar en la investigación. Marina fue una de ellas, aunque los agentes están convencidos de que «hay muchas más».
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Así, los policías de la UDEV I de Fuengirola recabaron indicios de que la propietaria del centro supuestamente aplicaba a sus clientes retoques estéticos, mediante inyecciones, sin informarles adecuadamente de los riesgos, ni de los tiempos de recuperación, entre otras irregularidades. «Aunque las deformaciones fueron temporales, al menos una de ella tuvo que ser asistida en urgencias», explica. La mujer tampoco dejaba constancia de estos servicios en las facturas, apuntan.
Al parecer, lo que le funcionaba era el boca a boca, usando las redes sociales del salón para publicitar principalmente aquellos tratamientos que no requerían la titulación. En cuanto a los productos que inyectaba, principalmente bótox y ácido hialurónico, los investigadores están convencidos de que los conseguía de manera ilegal, ya que para conseguirlos por los cauces regulares se exige la titulación.
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El centro no ha vuelto a abrir desde la detención de la sospechosa, según apuntan los investigadores, quienes recomiendan desconfiar de aquellas clínicas que ofertan tratamientos a precios de ganga, como en este caso.
Recomendaciones para evitar caer en falsos profesionales:
Desde el Colegio de Málaga han mostrado su preocupación tras el caso destapado por la Policía Nacional y, además de desear la pronta recuperación de las personas afectadas, hacen un llamamiento para recordar a la población que debe tomar algunas medidas antes de someterse a cualquier tratamiento médico estético:
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Consejos
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Comprobar que es un centro autorizado por la Junta de Andalucía, para ello debe tener en un lugar visible el Número de Identificación del Centro Autorizado (NICA). Se trata de un código único asignado a los centros sanitarios que han sido autorizados para operar bajo la normativa vigente. Si no lo tiene, el paciente debe preguntarlo. Si el centro no dispone de NICA se debe notificar al Colegio de Médicos o bien a la Delegación Territorial de Salud y Consumo, que es el organismo competente.
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Preguntar en el centro nombre, apellidos y número de colegiados del médico o médica que le va a realizar el tratamiento. Posteriormente, comprobar con el Colegio de Médicos de Málaga (o de la provincia que corresponda) que el profesional está colegiado/a. En Málaga, pueden llamar al 951 019 400 o bien realizar la consulta a través del siguiente enlace de la Organización Médico Colegial: https://www.cgcom.es/servicios/consulta-publica-de-colegiados
Desde la institución colegial, además, señalan la importancia de diferenciar los centros de belleza de las clínicas de medicina estética y alertan de la proliferación de centros de belleza que se denominan centros de medicina estética: para poderse denominarse así deben estar registrados con su NICA correspondiente que, entre otras cosas, implica que los tratamientos debe aplicarlos siempre un médico colegiado.
En este sentido, inciden en que los centros de belleza no pueden emplear técnicas invasivas ni tratamientos con inyectables, como por ejemplo, neuromoduladores (uno de ellos es el más conocido y se suele denominar bajo su nombre comercial, Bótox), o ácido hialurónico. Es más, la normativa actual recoge que sólo los médicos son los únicos profesionales sanitarios que pueden realizar estos tratamientos considerados de medicina estética.
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Al respecto, el presidente del Colegio de Médicos de Málaga, Dr. Pedro J. Navarro, destaca el alto nivel de formación y preparación de los médicos en España y pide a la ciudadanía que desconfíe de ofertas llamativas o excesivamente económicas, centros no médicos o publicidades engañosas: «El Colegio de Médicos es el garante de la profesión médica. Los colegios tenemos el registro de los médicos que ejercen en cada provincia de España, con los datos correspondiente de titulación académica».
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