Un envío a una empresa de trasteros sacó de su escondite al cantante Jay Santos, buscado por agresión sexual

Juan Cano y Alvaro Frías

Málaga

Lunes, 4 de enero 2021, 00:44 | Actualizado 06:57h.

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La Policía Nacional lo buscaba desde hace tres años. El cantante de reguetón Jay Santos, que alcanzó la popularidad en 2013 con la canción 'Caliente', ha sido detenido por el Grupo de Localización de Fugitivos en Málaga acusado de agredir sexualmente a una joven en Madrid. Un envío a una empresa de alquiler de trasteros permitó a los agentes dar con su paradero.

Los hechos por los que se le buscaba se remontan al 27 de noviembre de 2017. Al parecer, el artista quedó con su hermano y con una amiga –a la que había conocido a través de la red social Instagram– para ir al cine y cenar. Al parecer, durante la cita, el sospechoso y la joven mantuvieron una actitud cariñosa y se besaron en varias ocasiones.

Tras la velada, el cantante la invitó a su casa y, una vez dentro de la vivienda, supuestamente la cogió de los brazos y la llevó a un sofá. Pese a que ella se negó a continuar la relación y que incluso habrían llegado a forcejear, el fugitivo logró inmovilizarla y apartarle la ropa para, presuntamente, cometer la agresión sexual. La chica aprovechó el momento en que él se incorporó para huir del domicilio.

La víctima denunció los hechos ante la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM), lo que derivó en una investigación policial y judicial, pero el sospechoso no atendió las citaciones dado que Santos, de 32 años, no tiene domicilio fijo y, según la policía, había suspendido, al menos aparentemente, su trabajo. De hecho, contaba con su propia discográfica, con sede en Madrid, pero la actividad de la misma había cesado. Dado que no conseguían encontrarlo en ninguna de las direcciones que tenían de él, la Audiencia Provincial de Madrid dictó orden de busca, captura e ingreso en prisión contra Santos.

El mandamiento judicial cayó en manos del Grupo de Localización de Fugitivos, especializado en este tipo de casos. Los agentes empezaron a hacer gestiones para dar con el paradero de Santos. Se centraron en su entorno más cercano bajo la hipótesis de que alguien le estaba dando cobertura para evitar su detención.

Al vigilar ese entorno, los agentes detectaron un movimiento sospechoso. Un familiar directo del fugitivo llevó unos enseres a una empresa de trasteros, donde al parecer había contratado un vehículo de alquiler para que los transportara. Los agentes decidieron seguir aquel envío ante la posibilidad de que los efectos personales fuesen propiedad de Santos y que les condujeran hasta su paradero. La intuición no les falló. El transporte llegó a Málaga, concretamente al polígono Guadalhorce. Santos estaba en los alrededores de la nave, esperando para retirarlos. No pudo hacerlo, porque la policía lo detuvo allí mismo.