
Alejandro (46 años) había pasado varias estancias en prisión y no era raro que la Policía acudiera a la vivienda que compartía con su madre, en el barriada de Los Prados, frecuentemente. Las voces eran «prácticamente diarias», cuentan sus vecinos, que reconocen haberse acostumbrado a convivir con ellas. Aunque ninguno de los dos hablaba demasiado con nadie, algunos de los residentes de la calle Proa aseguran que el hijo de Natividad (más conocida por todos como Nati, de 68 años), hace unos días, les pidió un hacha. «Decía que tenía que cortar unos palés». Este miércoles, la mujer fue hallada por la Policía en el interior de la casa decapitada.
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Eran las nueve de la mañana cuando un vecino -todos prefiere, por temor a represalias, no dar su nombre- observó que el sospechoso «estaba pegando porrazos en la barandilla (situada junto a la puerta de su casa) con un hacha». A Nati, apunta, hacía al menos una semana que no la veía. Decidió levantar el teléfono y alertar a la Policía. A su llegada, los agentes hallaron en el interior de la casa el cadáver de la propietaria, que presentaba signos violentos, y a su hijo, con el arma blanca.
«Voy a matar a quien sea». «He estado mucho en la cárcel y me da igual». Estas son algunas de las frases que el sospechoso, según el testimonio de sus vecinos, solía vociferar. Y es que, al parecer, el sospechoso padecía problemas mentales y de adicción. «Cualquier cosa era una pelea, si llegaba con la moto y ella tardaba un poco más en abrirle la puerta de la cochera, ya empezaba a decirle de todo», lamentan.
Pero, con el tiempo, aprendieron a hacerse los «sordos». «No hemos tenido la capacidad de denunciar lo que estaba pasando porque se peleaban pero a los tres días los veíamos juntos en la moto, tampoco imaginamos nunca que esto terminara esto así», explica una de las vecinas, con más de medio siglo en el barrio.
Ya habían pasado las once cuando los policías se llevaron detenido al presunto autor del crimen que, según han precisado a SUR fuentes cercanas al caso, podría haberse ejecutado días antes. Si bien, este último extremo lo confirmará o no la autopsia, que se practicará en el Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga, donde fue trasladado el cuerpo poco después de las tres de la tarde.
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Nati llevaba doce años viuda y tenía cuatro hijos -tres mujeres y un varón, el principal sospechoso de su muerte-. Quienes la conocían aseguran que no quería que su niño saliese a la calle. «No lo decía explícitamente, pero sí comentaba que allí estaba mejor. Como yo digo, no estaba para cárcel, estaba para curarse». Si bien, será el juzgado de guardia cuando pase a disposición el que decida sobre el futuro del detenido. Por el momento, la investigación a cargo del Grupo de Homicidios de la Comisaría Provincial de Málaga continúa abierta para el total esclarecimiento de los hechos.
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