En la policía lo tienen claro: «Casi todas las plantaciones de Málaga y Granada van a Europa». La siguiente pregunta es cómo. Tradicionalmente, la marihuana ha viajado de España al extranjero como lo hacen todas las drogas: en dobles fondos de coches y camiones o mediante servicios de paquetería.
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Pero los investigadores de la Udyco-Costa del Sol han detectado un método absolutamente novedoso que parece estar poniéndose de moda: cartas con remitentes y destinatarios falsos remitidas por correo ordinario.
«Es un trabajo de hormiguitas. Hay que hacer centenares de envíos con cantidades pequeñas para mandar el alijo, pero las posibilidades de interceptación se reducen por el secreto postal y la inviolabilidad de la correspondencia».
En el último mes, los escáneres de Correos han permitido interceptar una veintena de misivas sólo en Málaga. Aun así, al ser envíos pequeños, de 30 o 50 gramos por carta, se minimizan las pérdidas.
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