Ofrenda floral en homenaje al joven fallecido en Antequera. Antonio J. Guerrero

Una deuda de 30 euros y nueve puñaladas: la condena por el crimen que conmocionó a Antequera

El autor tendrá que cumplir una pena de 24 años de prisión por homicidio y por las graves lesiones que ocasionó al padre de la víctima mortal

Jueves, 15 de agosto 2024, 00:43

Fue un crimen que conmocionó a Antequera. Nacho tenía 24 años y era habitual verlo por el pueblo a bordo de su monopatín o frecuentando ... la pista de skate. Se le reconocía desde lejos por su característico bigote imperial. Nueve puñaladas acabaron con su vida una tarde de viernes en abril de 2021. El autor del homicidio lo atacó con un machete cuando el joven salió en defensa de su padre, al que el agresor había apuñalado previamente causándole graves lesiones en una pierna. Y todo, según la investigación policial, por una deuda que apenas llegaba a los 30 euros.

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Los hechos ocurrieron el 23 de abril de 2021. De acuerdo con la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), a la que SUR ha tenido acceso, para el jurado que emitió el veredicto de culpabilidad respecto al acusado -que ahora tiene la misma edad de la víctima-, quedó probado que tanto él como el fallecido eran vecinos de la barriada García Prieto de Antequera y que, desde hacía unos días, mantenían una disputa a consecuencia de una deuda.

Ello no solo llevó a que mantuvieran discusiones en público, sino que provocó que el enfrentamiento trascendiera a los padres de ambos, quienes actuaron en apoyo de sus respectivos hijos, siempre según lo expuesto en la resolución. Así, sobre las 18.40 horas del día de autos, el progenitor de Nacho -quien entonces tenía 58 años- se dirigía a su domicilio cuando se cruzó con el padre del acusado, lo que dio lugar a que se iniciara una conversación que volvía a girar en torno al conflicto que había entre los dos jóvenes.

El acusado, que se encontraba cerca junto a otros vecinos, fue hacia donde estaban los dos hombres y la conversación se dio por finalizada casi al momento. El padre de Nacho quiso retomar entonces la marcha a pie hasta su domicilio, pero no tardó en sentir «un pinchazo y un dolor muy fuerte en la parte posterior de una pierna», como recoge la sentencia. En cuanto se dio la vuelta fue apuñalado con un machete que el procesado portaba escondido, con el que lo hirió en la parte trasera de la rodilla izquierda.

El perjudicado cayó al suelo tras esa primera cuchillada, pese a lo que el joven continuó con la agresión. El hombre, que intentó protegerse interponiendo los brazos, sufrió otros dos cortes en el antebrazo izquierdo. Las lesiones le impidieron moverse de la calzada, donde permaneció sangrando de manera abundante.

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Nacho estaba en su casa, a poca distancia del suceso, hablando por videollamada con su novia y desde el interior del domicilio escuchó el griterío que procedía de la calle. Entre todas las voces reconoció la de su padre, por lo que salió corriendo en su busca sin ni siquiera colgar la llamada. Lo localizó ensangrentado y tirado en el suelo, tras lo que se dirigió hacia el acusado, lo que dio lugar a un forcejeo entre ambos que les hizo caer por una escaleras, siempre de acuerdo con el relato de hechos probados de la resolución.

Cuando los dos jóvenes se encontraban en el suelo, todavía enzarzados en el forcejeo, el procesado «sacó el machete» con intención de atacar a la víctima. El joven intentó protegerse con los brazos y las manos, pero no lo consiguió. Nueve puñaladas acabaron con su vida prácticamente en el acto. Las mismas le alcanzaron órganos vitales, entre ellos el corazón.

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Todo pasó en apenas unos minutos. A las 18.43 horas se inició la última llamada de Nacho. A las 18.50 horas, el joven ya había fallecido. Las múltiples lesiones de arma blanca le provocaron un shock hemorrágico severo que le produjo la muerte. El machete que empleó el acusado tenía once centímetros de hoja y fue localizado por los agentes debajo de su cama. Los policías también encontraron la camiseta que portaba cuando llevó a cabo la agresión, con restos de sangre de la víctima mortal.

La Audiencia Provincial de Málaga, en base al veredicto emitido por el tribunal del jurado, dictó la sentencia a finales de noviembre de 2023. El joven fue condenado a 14 años de prisión como autor del crimen y a otros diez años de cárcel por las graves lesiones que ocasionó al padre de Nacho, a consecuencia de las cuales, además de secuelas psíquicas, fue declarado en situación de incapacidad permanente total tras perder parte de la funcionalidad en la pierna izquierda.

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Dicha condena ha sido ratificada recientemente por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que ha desestimado los motivos del recurso de apelación. La defensa del encausado señalaba que no se daba la agravante de alevosía respecto al delito de lesiones ni tampoco la agravante de abuso de superioridad respecto al homicidio. Asimismo, también hacía hincapié en que no se había aplicado la atenuante analógica de confesión tardía.

Ninguno de los motivos apelados ha prosperado. Para el Alto Tribunal andaluz, la manera en la que el acusado atacó primero al padre del joven, por la espalda y de forma sorpresiva e inesperada, «lleva claramente a la conclusión de que el agredido no pudo representarse ni prever o prevenir tal acometimiento, como tampoco reaccionar ante el mismo». Para los magistrados, no hubo error de valoración en la apreciación de la alevosía en el delito de lesiones.

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Lo mismo sucede respecto a la agravante de abuso de superioridad en lo que respecta al delito de homicidio. En este sentido, en la sentencia se argumenta que el acusado empleó el cuchillo a sabiendas de que la víctima no portaba arma alguna y que solo contaba con sus manos para defenderse. Una circunstancia que, como se incide, dio lugar a «una situación de desequilibrio de fuerzas instrumental que limitó las posibilidades de defensa ante el final acontecimiento mortal», y de la que el encausado se sirvió para acabar con la vida de Nacho.

Tampoco aprecian los magistrados que concurriera la circunstancia atenuante de confesión tardía. Al respecto, apuntan a que el procesado no reconoció desde un primer momento los hechos, sino que solo lo hizo al saberse acorralado por las consecuencias de su acción tras haber quedado identificado desde el mismo momento en que tuvo lugar el suceso. «Basta señalar la declaración del acusado ante el jurado del juicio oral, esquivo, contradictorio en sus manifestaciones, no reconociendo los hechos y alegando en relación a todos ellos falta de memoria tras el primer golpe que dijo haber recibido», concluyen.

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Así, se confirma la pena de 24 años de prisión por el doble apuñalamiento que conmocionó a Antequera. También se le ha impuesto una orden de alejamiento e incomunicación respecto a la víctima de las lesiones de unos 100 metros por un tiempo de 18 años, al que se suma la misma medida respecto a los padres y al hermano del fallecido durante 23 años por el homicidio. Tendrá que cumplir, además, la medida de libertad vigilada durante seis años.

Por otro lado, de acuerdo con la resolución, el acusado deberá indemnizar al progenitor de la víctima mortal por las lesiones y las secuelas sufridas en la cantidad de 200.000 euros, además de pagar 300.000 euros en concepto de responsabilidad civil a los familiares por la muerte del joven.

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