35 años sin David Guerrero, el niño pintor de Málaga
Desapareció el 6 de abril de 1987, con 13 años, una tarde en la que debía acudir a una entrevista con motivo de un cuadro que exponía y después a sus clases de pintura
Treinta y cinco años, con sus días y sus noches, esas en las que su madre, Antonia Guevara, dejaba la puerta de su casa abierta ... para que, si su hijo volvía, «no se la encontrara cerrada». Treinta y cinco años, con sus días y sus noches, sin noticias del paradero de David Guerrero, tristemente conocido -después de la desaparición- como el niño pintor de Málaga.
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David lleva desaparecido desde el 6 de abril de 1987. Tenía 13 años. Aquel día fue al colegio con normalidad y llegó por la tarde a casa. Merendó un yogur y se despidió de su madre, que le dijo adiós desde la ventana. Es la última imagen que tiene de él. También una vecina lo vio salir desde su casa. David se dirigía a la parada del autobús, que debía coger junto al mercado de Huelin, para desplazarse al Centro de Málaga.
Para la Policía Nacional, que se ha encargado de la investigación del caso, la pista de David se pierde oficialmente ahí, en la misma puerta de su casa, en la barriada 25 Años de Paz, en el que siempre fue el domicilio familiar, y donde sigue viviendo Antonia Guevara. Su marido, Jorge Guerrero, falleció hace unos años.
El único sospechoso oficial del caso fue un ciudadano suizo que se alojó en un hotel de la capital en esas fechas. El verano de 1990 (tres años después de la desaparición), una camarera de pisos contó a la policía que, al limpiar la habitación de este huésped, encontró una servilleta en la que se podía leer «David Guerrero. Huelin» acompañada de la dirección del adolescente. La mujer no conservó aquel trozo de papel, que sólo existió en su declaración ante los agentes que investigaban el caso.
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Cuando la policía identificó al ciudadano suizo, descubrió que llevaba muerto desde el 17 de enero de 1990. No obstante, la similitud -a ojos del profano- entre sus facciones y una caricatura que David regaló a una compañera de clase días antes de desaparecer terminó por situarlo como el gran -y único- sospechoso del caso, más allá de otras líneas de investigación que se siguieron y que tampoco dieron resultado.
Los agentes averiguaron también que aquel hombre septuagenario era un gran aficionado a la fotografía y acostumbraba a hacer fotos de niños y adolescentes por las calles, y que también solía anotar sus direcciones para enviarles a casa las instantáneas que tomaba de ellos.
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Búsqueda en Suiza y Marruecos
Pese a haber fallecido, la policía siguió esa pista por si conducía a David y solicitó comisiones rogatorias a Suiza -para visitar el domicilio y, con él, acceder a su laboratorio fotográfico- y a Marruecos, adonde, al parecer, había viajado el ciudadano suizo en fechas posteriores a la desaparición del adolescente malagueño.
Los agentes también descubrieron que había tenido contacto con varias menores, la mayoría chicas, en este último país, por lo que solicitaron entrevistarse con ellas. Marruecos ni siquiera respondió a la comisión rogatoria. Suiza sí lo hizo. El jefe entonces del Grupo de Homicidios viajó con un compañero al país helvético y examinaron todas las fotos que el hombre guardaba en su casa. En ninguna de ellas aparecía David ni ningún otro elemento sospechoso que lo incriminara.
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El caso se archivó de forma provisional el 16 de julio de 1996, tal y como consta en una resolución del Juzgado de Instrucción número 10 de Málaga a la que ha tenido acceso SUR. La ausencia de nuevas líneas de investigación y la prescripción de los posibles delitos convirtió el sobreseimiento en firme. Judicialmente hablando, es un caso cerrado y, de haberlas, las responsabilidades penales probablemente hayan prescrito.
Pero su familia nunca ha dejado de buscar. Jorge Guerrero, el hermano mayor de David, y el periodista Daniel Carretero emprendieron una revisión del caso y, durante meses, se dedicaron a localizar y entrevistar, una por una, a personas de los diferentes entornos del niño pintor: amigos, compañeros de clase, el mundo del arte... La familia comenzó a recibir una serie de anónimos, algunos de los cuales también llegaron a comisaría, en los que se aportaba, entre información poco fiable, posibles pistas.
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En abril del año pasado, el hermano y el periodista recurrieron a SUR para pedir la colaboración ciudadana en la búsqueda de un nombre, Gervasio, un hombre vinculado a la peña El Cenachero, adonde David tenía que haberse dirigido aquella tarde para recibir sus clases de pintura. Según el informante anónimo, Gervasio estaría presuntamente implicado en la desaparición del menor.
La noticia generó un grandísimo revuelo porque, por primera vez, después de tres décadas, podía tratarse de una pista nueva. También consiguieron algunos testimonios que consideran relevantes para la investigación. Localizaron a un testigo que situaría a David en la galería La Maison, en la calle Duquesa de Parcent –se había citado con un periodista local para una entrevista a la que no se presentó–, donde se exhibía esos días el cuadro que pintó al Cristo de la Buena Muerte; y a otros dos testigos, en este caso de referencia, que apuntaban a que el menor fue visto en las escaleras del edificio de la peña El Cenachero aquella tarde.
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Otras dos informaciones situaban a David en el itinerario previsto. La primera, una nota del Gobierno Civil que indicaba que el crío fue visto a las 18.45 horas en la parada de autobús del mercado de Huelin, aunque no especificaba por quién. Y la otra, el testimonio de un pintor malagueño que les aseguró haber visto al niño dentro del autobús, desde la acera de enfrente, en la misma zona.
La búsqueda de David Guerrero sigue activa en Interpol, que la considera una de las desapariciones más desconcertantes por la ausencia de pistas o, al menos, de una hipótesis plausible sobre lo que le sucedió al crío. «Es como si se lo hubiera tragado la tierra, nunca encontramos una explicación», comenta un veterano policía que llevó el caso.
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La policía reactiva la investigación
En abril de 2019, la Policía Nacional decidió reactivar el caso del 'niño pintor', aunque con unos ojos nuevos y un grupo diferente, a ser posible que estuviera fuera del edificio de la Comisaría Provincial. El encargo, la investigación en frío (en el mundo anglosajón se conoce como 'cold case'), recayó en los agentes de la Unidad de Policía Judicial adscrita a los juzgados.
Este grupo de policías nacionales, que tiene su sede en la Ciudad de la Justicia de Málaga, ha reconstruido todo el expediente del caso. El sumario estaba en el Juzgado número 10 de Málaga –que instruyó las diligencias, ya archivadas– y había que cruzarlo con todos los legajos (cinco cajas) que se conservaban en comisaría.
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Con el caso ya reabierto por la policía, se produjo otro desconcertante hallazgo que ha dado lugar a una nueva vía de investigación, aunque es tangencial a la búsqueda de David Guerrero: la famosa caricatura que dibujó días antes de su desaparición. En su momento, la policía la consideró una pista clave –aunque infructuosa– por la aparente similitud entre la fisonomía del hombre al que dibujó y la del ciudadano suizo que fue, durante años, principal sospechoso del caso.
En octubre de 2019, la caricatura apareció en el buzón de Gema, la compañera de pupitre de David en las actividades extraescolares de dibujo y que fue la destinataria de la misma hace 33 años. Ella lo entregó entonces a la policía y no volvió a verlo. Hasta que se topó con él al revisar la correspondencia en su domicilio, que no es en el que vivía entonces y en el que ni siquiera está empadronada.
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Al reconstruir el sumario, los investigadores han comprobado que no está la caricatura original, por lo que creen que el documento que acabó en el buzón de Gema es el auténtico. El documento ha sido examinado por la Brigada de Policía Científica sin que se haya podido determinar quién lo depositó en el buzón de Gema.
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