Cinco años por violar a una mujer sin hogar en Málaga tras ponerle un cuchillo en el cuello

Los hechos ocurrieron sobre las 02.20 horas del 21 de abril de 2023. Según ha quedado probado en la sentencia, el procesado conocía a la víctima del albergue municipal y, a sabiendas de su situación de sinhogarismo, le envió un mensaje con el fin de invitarla a dormir a un local anejo al restaurante en el que él trabajaba.

Así, una vez que ambos se acomodaron en unos colchones que había en el suelo, el hombre comenzó a abrazarla y le propuso mantener relaciones sexuales, a lo que ella se negó en rotundo, respondiendo al acusado que lo veía como a un hijo y que únicamente quería dormir. Pero éste, en su empeño, sacó un preservativo y le espetó: «Primero esto».

La mujer volvió a rechazarlo y el hombre, que no aceptaba sus negativas, reaccionó con violencia. Se levantó de la cama y se dirigió a la cocina para coger un cuchillo de grandes dimensiones. Luego, regresó hasta la estancia en la que se encontraba la perjudicada y se lo colocó en el cuello.

A continuación, siempre según se relata en la resolución, hubo un forcejeo entre ambos en el que el acusado le manifestó que la mataría y que luego se quitaría la vida con el arma. El procesado, pese a la resistencia inicial de la mujer, consiguió inmovilizarla y taparle la boca, tras lo que la violó en repetidas ocasiones.

Cuando terminó de agredir sexualmente a la víctima, con total frialdad, le pidió que le trajera una cerveza y, después de que ella saliera del baño, sobre las 05.25 horas, la echó del local. «Me has cagado la noche, vete de aquí y si te sientes mal llama a una ambulancia, pero ni se te ocurra decirle a nadie lo que ha pasado aquí», le dijo.

Asimismo, amenazó a la perjudicada con denunciar que había sido ella quien se había colado en el establecimiento mientras él bajaba la persiana si ella contaba que él la había agredido sexualmente. «Y no veas lo que te puede pasar», le insistió, vertiendo todo tipo de intimidaciones que giraban en torno a la falta de documentación de la mujer.

La víctima sufrió lesiones consistentes en eritema a nivel nasal y moratones en uno de los muslos que precisaron de una única asistencia. Pero la peor parte, como señala la resolución, fue emocional dado el «estrés psíquico grave totalmente asociado al hecho» que arrastra en su vida cotidiana, con sentimientos de temor, tristeza e inseguridad, que se acentúan dada su elevada vulnerabilidad psicosocial.

El hombre reconoció su culpabilidad al alcanzar un acuerdo de conformidad con la Fiscalía. Así, se le ha impuesto la pena de cinco años de cárcel por delito de agresión sexual y la prohibición de aproximarse a la perjudicada a menos de 250 metros durante un plazo de cinco años, tiempo en el que tampoco podrá comunicarse con ella.

Asimismo, el acusado tendrá que indemnizar a la mujer en la cantidad de 60.000 euros «por los daños morales y secuelas psicológicas ocasionadas, así como en la suma que se acredite en ejecución de sentencia como gastos de tratamiento psicológico». Por otro lado, se le ha impuesto una multa de 180 euros por el delito de lesiones leves, por el que también tendrá que pagar 70 euros a la víctima.