Dos agentes de la Policía Nacional en las inmediaciones de la villa en la que tuvo lugar el suceso Josele

Sucesos Málaga

El asesinado en la fiesta clandestina de Estepona llevaba documentación falsa: era serbio

Las investigaciones policiales han permitido identificar plenamente a la víctima, vinculada a una organización criminal asentada en los Balcanes

Juan Cano

Málaga

Miércoles, 21 de agosto 2024

La Policía Nacional sigue tratando de esclarecer el asesinato de un hombre en el transcurso de una fiesta clandestina en Estepona. Los agentes han ... conseguido poner nombre y apellidos a la víctima. Y no era quien ellos inicialmente creían: el finado ha resultado ser un ciudadano serbio, y no un individuo belga de 34 años.

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En un primer momento, los investigadores se guiaron por la documentación que portaba el difunto, en concreto un pasaporte belga. Sin embargo, los policías no tardaron en detectar que se trataba de una falsificación, por lo que recurrieron al estudio de las huellas dactilares (necrorreseña) y a la cooperación internacional para descubrir su verdadera identidad.

Según ha podido saber SUR, las autoridades serbias han confirmado que se trata de un ciudadano de ese país y que, al parecer, habría estado relacionado con una organización criminal asentada en los Balcanes.

Sin embargo, aunque se sigue rastreando el pasado de la víctima y las actividades delictivas de este grupo en busca de potenciales enemigos, la investigación se orientó desde el principio hacia la tesis de un encuentro casual con su asesino en la fiesta, donde habría tenido un malentendido y se habría originado una reyerta.

Aunque sin llegar a ser descartada por completo, la hipótesis de un ajuste de cuentas relacionado con el crimen organizado quedó aparcada. Prueba de ello es que el peso de la investigación lo ha llevado desde el inicio la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la comisaría de Estepona, y no la Udyco-Costa del Sol, especializada en narcotráfico, crimen organizado y los delitos que generan.

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El suceso ocurrió el lunes 12 de agosto. El primer aviso a los servicios de emergencias quedó registrado a las 8.55 horas. Una persona telefoneó al sistema 112-Andalucía para informar de que se habían producido «disparos» y que había un herido. Inmediatamente, movilizaron a la Policía Nacional, a la Local y a los sanitarios del 061.

Al llegar a la villa, situada en la calle Hortensia de Estepona, en la urbanización Paraíso, los agentes localizaron a la víctima en una de las dependencias sobre un charco de sangre. Aunque trataron de reanimarla, todos sus esfuerzos fueron en vano. El disparo, con orificio de entrada por la espalda, era mortal.

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La mansión donde ocurrieron estaba okupada y, al parecer, en el pasado habría sido propiedad de un futbolista. En ella se instaló con su pareja un hombre que, según vecinos, organizaba fiestas clandestinas que se iniciaban al cierre de las discotecas, es decir, a primera hora de la mañana.

El hombre que ocupa actualmente la casa, de origen cubano, reconoció en un programa de televisión que él organizaba fiestas «privadas» y manifestó que era el legítimo propietario de la casa. No obstante, según las fuentes, la titularidad del inmueble corresponde a una sociedad; para la policía, es una casa okupada.

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Sea como fuere, la vivienda en cuestión estaba en el radar de la policía, como reconocen las mismas fuentes. Los agentes ya sabían, principalmente por los vecinos, de la celebración de estas fiestas clandestinas, que se pusieron de moda durante la pandemia de la Covid-19.

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