La sisifemia y sus síntomas: el nuevo trastorno asociado a la sobrecarga mental en el trabajo
La digitalización y el teletrabajo han ayudado en algunos casos a mejorar la conciliación, pero, en otros, ha desvirtuado los límites de la desconexión
«¿Para cuándo lo necesesita? Para ayer». Esta expresión quizás le sea familiar a más de una persona, incluso se considera como normal que el ... estrés forme parte del trabajo. Pero, ¿qué pasa cuando puede derivar en un cansancio mental excesivo?
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Los nuevos sistemas de organización empresariales, la digitalización y el teletrabajo han facilitado, en algunos casos, conciliar mejor el trabajo con la vida personal y familiar, pero también ha desvirtuado los límites entre los tiempos de trabajo productivo y los tiempos personales.
Trastornos del sueño, cansancio diurno, ansiedad constante, progresiva pérdida de agilidad y concentración, recurrir a ansiolíticos o, por el contrario, a estimulantes como el café o bebidas energéticas para mantenerse activo. Si tiene estos síntomas, quizás padezca sisifemia.
Un término acuñado para identificar a un tipo de trastorno laboral que provoca «el cansancio mental de la persona trabajadora incansable, o el agotamiento del profesional sometido diariamente a una sobrecarga mental extrema», según recoge la Sociedad Española de Salud y Seguridad en el Trabajo, basándose en un trabajo realizado por José Manuel Vicente Pardo, catedrático de Medicina Evaluadora y Pericial de la UCAM, y Araceli López-Guillén García.
Su nombre proviene del personaje mitológico Sísifo, condenado a subir una enorme roca a una cima muy alta y a repetir esta acción una y otra vez porque, justo cuando estaba a punto de llegar a la cumbre, el peñasco volvía a caerse y tenía que subirlo de nuevo sin descanso.
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Así se siente el trabajador con sisifemia: «se ve condenado diariamente a una carga mental desmedida«, apunta el informe, »sin pausas, ni reposo, pues estos impedirían conseguir terminar la tarea, para volver a empezar cada día» con el mismo peso.
El trabajador con sisifemia «se ve condenado diariamente a una carga mental desmedida»
Desde el Instituto Andaluz de Prevención de Riesgos Laborales, destacan que la sisifemia puede desembocar en lo que se conoce como 'dismorfia de productividad', un sentimiento de frustración por pensar que no se es lo suficientemente productivo, «lo que conlleva a la incapacidad de ver el propio éxito o de reconocer que se está haciendo lo máximo posible». Así como a la llamada 'conspiración de silencio': el trabajador no es capaz de decir que sufre ese desgaste mental, bien porque no es consciente del mismo o bien porque implicaría reconocer un supuesto fracaso.
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También puede provocar el efecto contrario al deseado, ya que el cansancio mental progresivo va disminuyendo la capacidad de concentración, ocasiona fallos de memoria, reduce la capacidad de enjuiciamiento rápido y, en definitiva, puede desembocar en una pérdida de rendimiento y sentimiento de incapacidad, respondiendo con mayor dedicación de tiempo al trabajo, incluso fuera de la oficina. Es como «la pescadilla que se muerde la cola», como dice el refrán.
Ante esto, el Instituto Andaluz de Prevención de Riesgos Laborales concluye que la solución pasa por introducir cambios en la distribución de la carga de trabajo y la adecuación correcta de la jornada, planificación de tareas, flexibilidad horaria y pautas de descanso, y compensación horaria o vacacional, etc. Pero incide en que, más que saber qué comportamiento o conducta hay que cambiar, hay que determinar cómo hacerlo.
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Perfil y trabajos más propensos
No obstante, el informe subraya que no todas las personas sometidas a una sobrecarga mental excesiva en sus trabajos tienen porqué sufrir sisifemia. En este sentido, detalla el perfil de los trabajadores que tienen un mayor riesgo de padecerlo. Principalmente, personas perfeccionistas, con alto sentido de la responsabilidad, muy exigentes consigo mismas, adictas o dependientes del trabajo y con éxito (aunque no lo reconozcan por dismorfia de productiva).
También las actividades en las que más pueden darse con mayor probabilidad, tales como financieras, consultoría, auditoras, comunicación, despachos de abogados, sanidad, universidad, investigación, altos niveles de la administración, comerciales..., y, en general, actividades de alta responsabilidad y que obligan a resoluciones rápidas, con una alta carga mental y jornadas laborales prolongadas.
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