La primera estancia de 'El bosque animado' de Wenceslao Fernández Flórez, 'La fraga de Cecebre', constituye el más delicioso alegato en defensa de la naturaleza ... que pueda imaginarse. En ella, los árboles que pueblan ese bosque gallego mantienen animadas charlas entre ellos, que se ven interrumpidas por la llegada de un nuevo habitante a la fraga: un poste eléctrico, que a continuación pasa a integrarse en la comunidad arbórea y sus conversaciones. Como es lógico, no se desvelará aquí el final de la historia, pero, quienes la hayan leído, sonreirán cada vez que pasen frente al edificio de Telefónica de calle Eugenio Gross: en su azotea ha crecido un formidable ejemplar de especie desconocida y porte metálico que, desde su atalaya privilegiada, parece dirigir miradas de desdén a las modestas acacias que hay plantadas en las aceras de su entorno. ¿Qué se estarán diciendo entre sí?
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