Un refresco bestial
China. Las fotos que los clientes suben a sus perfiles han popularizado en Shanghái los cafés en los que se puede tocar y jugar con mapaches, iguanas o serpientes
L. LIANCHAO / P. STEBBING
Lunes, 22 de marzo 2021, 00:07
Acariciar un mapache degustando un refresco o jugar con un minicerdo devorando un pastel. Esto es posible en Shanghái, donde aumentan los 'cafés con animales' ... cada vez más exóticos.
Estos negocios proliferaron en el Extremo Oriente, especialmente en Corea del Sur y Japón, y ahora están de moda en la ciudad más grande de China.
Más allá de los tradicionales perros y gatos, muchos negocios de Shanghái proponen ahora cualquier tipo de animales para acariciar, de mamíferos a reptiles. Es un fenómeno propulsado por las redes sociales, donde muchos clientes publican fotos realizadas con estas pequeñas criaturas, contribuyendo así a la popularidad de los lugares.
Situado en el centro de la ciudad, el Raccoon Cafe (Café de los Mapaches, en español) alberga ocho de esos mamíferos de pelambre negro y blanco. «Son muy tiernos», declara a Afp Qin Siyu, jugadora profesional de voleibol que descubrió el local gracias a las fotos de una amiga.
Los consumidores pagan un derecho de entrada de 98 yuanes (12 euros), aunque el comportamiento imprevisible de los animales impide degustar tranquilamente una bebida o un bocado. De todas formas, con la pandemia, la propietaria, Cheng Chen, solo vende bebidas embotelladas para evitar cualquier contacto entre los animales y la comida de los humanos.
Chen, de 36 años, no tenía experiencia alguna con mapaches antes de abrir su café, a finales de 2020. Pero comprende las preocupaciones por la presencia de los mamíferos. «No hay reglas particulares. De hecho, casi no hay reglamentación sobre los animales» en China, admite. Y espera que se establezcan leyes más estrictas, especialmente para evitar que los animales caigan en manos de personas con malas intenciones.
La variedad de animales no se limita a los mapaches. Minicerdos, marmotas, patos, iguanas y geckos (una variedad de lagartos) alegran a los clientes de otros negocios similares.
Posibles riesgos
Wang Liqun propone un contacto con sus 30 serpientes. Ninguna es venenosa pero pueden morder, aunque hasta ahora no ha ocurrido. «Cuando la gente viene pueden ver las serpientes de una nueva forma» y superar su miedo, dice Tang, cliente de 27 años. «Hay quienes encuentran un encanto en esos reptiles», cuenta.
El doctor Evan Sun, de la Sociedad Mundial para la Protección de Animales, entidad con sede en Londres, tiene sus dudas sobre estos cafés. «Las estrechas interacciones con animales salvajes alimentan no solo el sufrimiento sino la crueldad», pero «refuerzan también la posibilidad de una emergencia y una propagación» de enfermedades animales, subraya, refiriéndose a las que se transmiten de los animales al hombre.
«La mayoría de los clientes de esos cafés aman a los animales. Pero no tienen claro que sus elecciones como consumidores también generan un impacto negativo en los animales salvajes y en los humanos», añade.
Una de las clientas del Raccoon Cafe juega con un mapache. AFP
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