La idea de que la madre debe ocuparse del cuidado de los niños y de las tareas domésticas aún impera en muchas familias italianas. Adobe Stock

Italia no es país para padres

El legado de una sociedad machista ·

Los breves permisos de paternidad, la baja tasa de empleo femenino y las diferencias de género desploman la fecundidad del país, que en 2050 habrá perdido 4 millones de habitantes

Sábado, 13 de septiembre 2025, 18:02

Menos población, de mayor edad y con más personas viviendo solas. Ese es el escenario demográfico que se le presenta a Italia en el futuro ... y que lleva tiempo enseñando las orejas, con una población que no para de caer desde hace una década debido en buena parte a la bajísima tasa de fecundidad. En 2024 se redujo hasta 1,18 hijos por mujer, batiendo un nuevo récord negativo en el país y colocándose como una de las menores del mundo.

Publicidad

Aunque a los miembros del Gobierno de Giorgia Meloni se les llena la boca de promesas cuando afrontan la necesidad de fomentar la natalidad, e incluso cuentan con un Ministerio dedicado a ese objetivo, lo cierto es que en Italia tener hijos resulta hoy casi heroico. La precariedad laboral y los bajos salarios son la realidad habitual para los jóvenes en edad de procrear, que cuentan además con escasas guarderías públicas y pocas ayudas estatales para ayudarles a criar a sus niños. Este escenario, unido al envejecimiento, a una inmigración insuficiente y a la emigración de muchos jóvenes italianos a otros países europeos en busca de mejores oportunidades, amenaza con provocar una caída de la población de más de cuatro millones de personas en los próximos 25 años. Según las previsiones del Istat, el instituto oficial de estadística, en 2050 Italia contará con 54,7 millones de habitantes frente a los 58,9 que registraba a finales de 2024.

Los sociólogos advierten sobre dos indicadores que anuncian el invierno demográfico hacia el que se dirige el país, con consecuencias económicas catastróficas, entre ellas la caída del 9% en el PIB a mitad de siglo, como señalan los últimos estudios del Banco de Italia. Esas señales son la tasa de empleo femenina y la diferencia entre la duración del permiso de maternidad y el de paternidad. En ambos casos Italia se coloca en el furgón de cola de los países de la Unión Europea.

Nuevo récord negativo

En 2024, la natalidad en Italia se redujo hasta 1,18 hijos por mujer, una de las más bajas del mundo

Sólo trabaja el 53% de las italianas, que gozan de 21 semanas pagadas sin tener que ir a la oficina cuando tienen un hijo, mientras que los padres sólo pueden disponer de dos semanas. En España, en cambio, son 16. «Las barreras estructurales, sociales y normativas frenan la participación de los padres en el cuidado de los hijos y en un reparto de las tareas más igualitario en Italia», denuncia un reciente informe que compara el estado de la paternidad entre ese país, España y Portugal. La investigación ha sido coordinada por el Centro para la Salud de las Niñas y los Niños, una ONG con sede en la ciudad italiana de Trieste, y ha contado con el apoyo de la asociación catalana Conexus, que promueve la masculinidad corresponsable en la crianza de los hijos. Los resultados son fruto de las entrevistas a 1.520 padres y madres de Nápoles, Barcelona y Lisboa con edades comprendidas entre 30 y 40 años e hijos menores de 6 años.

Publicidad

Expertos abogan por ofrecer un mayor «apoyo social» a la figura del padre por medio de redes y grupos de reflexión. D. Menor

El informe afirma que existen «luces y sombras», porque aunque en los tres países aumenta mucho «la participación activa» de los hombres en el cuidado de los hijos y en el trabajo doméstico, siguen siendo las mujeres quienes se encargan en mayor medida de la crianza y de la casa. Esta situación es particularmente sangrante para las italianas, que tienen 20 veces más probabilidades de dedicarse plenamente a esas tareas que los italianos. En España y Portugal el porcentaje se reduce a la mitad.

Un lento cambio cultural

«Se está produciendo un fuerte cambio cultural en los tres países y vemos que las nuevas generaciones de padres están haciendo más, pero Italia va más lenta que nuestros primos del sur de Europa debido a la tasa de empleo femenina más baja, al permiso de paternidad más breve y a otros obstáculos, como la mayor diferencia de género o un concepto más tradicional de lo que se supone que debe hacer un hombre respecto a lo que se espera de una mujer», afirma Annina Lubbock, socióloga del Centro para la Salud de las Niñas y los Niños. Sigue, en definitiva, imperando en muchas familias italianas, sobre todo del sur, la idea de que al padre le corresponde llevar dinero a casa y a la madre ocuparse del cuidado de los niños y las tareas domésticas.

Publicidad

Círculo de hombres

Varones de distintas edades se reúnen una vez al mes en Roma para compartir experiencias

Alex Barchiesi, físico de formación y padre de un niño de 10 años, ha tratado de revisar el concepto tradicional de masculinidad por medio de cursos y lecturas hasta convertirse en facilitador en Roma de un Círculo de Hombres, un encuentro mensual de dos horas de duración en el que varones de distintas edades reflexionan de manera conjunta sobre aspectos como la relación con el poder, el amor, las expectativas, la sexualidad, la familia... Estas experiencias parten de las enseñanzas del reputado psiquiatra chileno Claudio Naranjo. «Se comparten cosas muy profundas de las que tal vez sólo hablarías con tu psicólogo. Hay un acuerdo entre los que participamos por el que lo que decimos en los círculos se queda ahí. Es un espacio privado y de confianza mutua que a mí me ha servido para cambiar mi relación con la masculinidad», explica Barchiesi, quien asegura que, gracias a la escucha de las experiencias de otros participantes en los círculos y a su reflexión posterior, se da cuenta en ocasiones de los momentos en que actúa según los modelos socialmente aceptados sin plantearse si es lo que realmente desea. «A menudo nos refugiamos en el trabajo porque parece que es lo necesario, pero en realidad nos estamos protegiendo del miedo a ejercer el papel de padre. Es más fácil mandar a la canguro a recoger al niño y decirnos que es imprescindible que echemos más horas trabajando». A Barchiesi esta reflexión le ha llevado incluso a solicitar una excedencia para pasar más tiempo con su familia, siendo su compañera sentimental quien mantiene un empleo retribuido.

54,7 millones de habitantes

es la estimación de población prevista para el año 2050. Al cierre del pasado ejercicio, el país sumaba 58,9 millones de ciudadanos.

Para lograr una mayor participación de los hombres en el cuidado de los pequeños resulta imprescindible aumentar el permiso de paternidad. Eso señala la campaña promovida por el Centropara la Salud de las Niñas y los Niños de Italia y en la que participa Andrea Patroni Griffi, profesor de Derecho en la Universidad Luigi Vanvitelli de la región italiana de Campania. «Cuando nace un niño, con él también nacen un padre y una madre. Mientras la madre tiene más clara esa percepción, porque siente su cuerpo y su vida cambiar, el padre no siempre tiene clara su figura. Pero su papel es tan importante como el de la madre. La igualdad de género pasa por compartir las tareas de cuidado sin diferencias», señala Patroni Griffi. A su juicio resulta «fundamental» que el permiso de paternidad pase de los 10 días actuales «a al menos 30», facilitando así que los hombres «tomen conciencia de su nuevo papel de padre».

Publicidad

Un problema compartido

«Hay investigaciones que nos dicen que la decisión de tener el primer hijo es de la pareja, mientras que a la hora de tener el segundo lo que pesa es la experiencia de la madre con el primero, si ha recibido ayuda del padre y de las instituciones. Por tanto si nos preocupa la tasa de natalidad hay que fomentar la presencia de los padres en la crianza de los hijos», afirma por su parte Barbara Vatta, socióloga del Centro para la Salud de las Niñas y los Niños de Italia, quien subraya los grandes beneficios que suponen para los pequeños los cuidados del padre durante sus primeros 1.000 días de vida. «Está demostrado que así aparecen menos episodios de agresividad en la adolescencia, hay mejor rendimiento escolar y menos problemas en las relaciones».

Esta socióloga cita otro estudio, realizado por Claudia Goldin, galardonada con el Nobel de Economía en 2023 por sus investigaciones sobre la situación de las mujeres en el mercado laboral, en el que demuestra el peso positivo que tiene la paridad de género en la tasa de fertilidad. «Los países europeos con una tradición de igualdad han mantenido en las últimas décadas una natalidad bastante estable. En cambio, en el sur de Europa, con una cultura fuertemente tradicional de la división de los papeles de la familia, ha habido una gran caída desde el bum económico de los años 60», destaca Vatta. Esta situación resulta particularmente evidente en Italia,donde a diferencia de en España y, en menor medida, Portugal, apenas se han tomado medidas para facilitar la participación de los padres en la crianza. «Aquí faltan instrumentos de apoyo para las mujeres y la infancia y persisten los estereotipos por los que prevalece una división total de los papeles. Todo esto desanima a las mujeres a embarcarse en la maternidad o a tener un segundo hijo».

Publicidad

Sólo trabaja el 53% de las italianas, con 21 semanas pagadas cuando tienen un hijo. Los padres tienen dos

La primera medida concreta que las autoras del estudio comparativo entre Italia, España y Portugal proponen a las autoridades de Roma es la aprobación de un permiso de paternidad retribuido de igual duración que el español. También abogan por una «transformación del trabajo» para fomentar la flexibilidad y lograr así una mejor compatibilidad del empleo con el cuidado de los hijos. Resulta igualmente necesario un «cambio cultural» que supere las concepciones tradicionales de la masculinidad y la paternidad, mientras que finalmente el informe aboga por un mayor «apoyo social» a la figura del padre, por medio de redes y grupos de reflexión, como los citados Círculos de Hombres. «A mí me han ayudado muchísimo», confirma Barchiesi. «Cuando compartes algo que a ti te parece gravísimo y ves que los demás están todos igual, el problema se desinfla», destaca.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad