Pepe Navarro: «Vivo en Madrid, bajo techo, gracias a Dios y por el momento»

Nací en Palma del Río (Córdoba) hace 63 años. Estoy casado y tengo cuatro hijos de 19, 13, 8 y 3 años. Mi hobby es hacer con ellos todo lo que les gusta. Quiero ser creyente, pero nadie me ha dado todavía argumentos para serlo.

isabel ibáñez

Miércoles, 3 de septiembre 2014, 00:53

La gente tiene la sensación de que tuvo usted que ganar tanta pasta como para no tener que volver a trabajar por dinero.

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Una ... de las muchas estupideces que sobre mí circulan por ahí. Afortunadamente he de trabajar para vivir. El hecho de que no haga televisión obedece a otras cuestiones difíciles de describir. Pero nunca porque yo no quiera.

¿Dónde vive?

En Madrid, bajo techo, gracias a Dios, y por el momento.

Pero... ¿cuántas casas tiene?

Ja, ja, ja

¿Hipotecas?

Imposible vivir sin ellas.

Estuvo en lo más alto para desaparecer por completo. Usted mismo denuncia que tras su ausencia ha habido una campaña de descrédito y un veto, ¿psicológicamente cómo lo ha llevado?

Nunca he hablado de campaña. Ni en el libro. Estar en primera línea es estar siempre sometido a presiones y si no se tiene la capacidad de saber llevarlo, mejor dedicarse a otra cosa. 

¿Se ha sentido apoyado por colegas de la tele en este tiempo?

Jamás.

¿A qué se ha dedicado desde la última vez que le vimos?

Pues a lo mismo que antes, a trabajar en lo que se puede. Estos últimos años me he dedicado a sobrevivir en mitad de esta crisis en la que no hay tranquilidad ni certidumbre. Nunca en mi vida he estado así, mirando a ver cómo saco las cosas adelante. En mi cabeza, y fíjate si en mi cabeza caben cosas, aparecen todo el rato cifras, sumas, restas, divisiones... Casi me he hecho el cursillo de contable.

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¿Cuáles fueron los momentos más divertidos en Esta noche cruzamos el Mississippi y La sonrisa del Pelícano?

Todos y cada día.

Sus entrevistas eran originales.

El tipo de periodismo que yo hacía era muy personal. La televisión te obliga a aportar elementos de emoción, porque la tele es pura emoción, y a veces las cosas se mecanizan. Intentaba sorprender a la gente. Por ejemplo, a Victoria Abril la fui a provocar, pero la provocación tiene una técnica y es que te la van a devolver, y más con Victoria Abril. Tienes que tener una actitud, no voy a competir para quedar por encima de ella porque yo la quiero en su salsa. Siendo Victoria además una persona que pasa de todo, tengo que admitir que me va a dar más fuerte. Así que la primera pregunta que le hago es «Tú no engordas de la mala leche que tienes, ¿no?». Si yo le digo eso a una persona ya sé que no me va a contestar «guapo». Y aunque me insulte, me aguanto y me hago pasar por ignorante, como que no sé de qué película me esta hablando, y me da una y otra vez. Eso es espectáculo.

«Con Sardá, muy bien»

Acaba de escribir La leyenda del Mississippi, donde cuenta su versión sobre aquellos años y repasa su trayectoria profesional ¿Lo ha contado todo en su libro? ¿Qué se ha guardado?

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Contarlo todo es siempre un error estratégico, así que me he limitado a contar lo necesario y comprobable.

¿Qué queda de aquel periodista al que conocimos presentando La Tarde?

El mismo, pero mejorado.

¿Qué tipo de relación mantiene con Florentino Fernández, Carlos Iglesias, Santiago Urrialde, La Veneno...?

Magnífica, óptima, salvo con La Veneno, con quien no tengo contacto pero de quien guardo un excelente concepto y recuerdo.

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Usted dio de comer a mucha gente e hizo de trampolín para muchos artistas que luego han tenido carrera exitosa. ¿Han sido agradecidos?

No tienen el deber de hacerlo. Yo en su momento también saqué mucho provecho vital, creativo y profesional de ellos. Pero a pesar de ello, sí, lo son.

¿Se lleva con Sardá? ¿Qué relación tuvieron en aquellos momentos de rivalidad y después?

Siempre nos hemos llevado muy bien. Él a lo suyo, yo a lo mío. Competencia pura y dura, y en común, el respeto.

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Él también está desaparecido, aunque por otros motivos.¿Se animaría a hacer algo con él? En el plano profesional, claro.

La televisión, y los medios de comunicación en general, no es lugar para duetos, aunque la torpeza se cometa con demasiada frecuencia. Si bien, tanto él como yo estamos, por supuesto, dispuestos a aprender lo que haga falta. 

¿Qué ve en la tele?

En general, por tiempo, me acerco a la tele con un ánimo informativo, no es un referente de entretenimiento para mí, salvo las retransmisiones deportivas.

¿Qué programa le gustaría hacer hoy?

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La pregunta está muy bien, pero no me sé la respuesta.

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