Jóvenes desalojados de la tapia de un solar en la calle Frailes en la salida de Gitanos. Txema Rodríguez
Tribuna de un forastero

Muro

Txema rodríguez

Viernes, 10 de abril 2020, 00:50

Ya no existe esa tosca pared en la calle Frailes. Si no recuerdo mal, construyeron unos pisos en ese solar. O en el contiguo. Siempre ... me sorprendió la agilidad ajena para subirse a las alturas. No sé cuántas vidas necesitaría para llegar a sentarme donde ellos y a buen seguro perdería varias de ellas en una mala caída fruto de mis limitaciones gimnásticas. También ignoro la razón que me llevó a conservar esta fotografía, que me gusta de una forma que no sé explicar. Habla, tal vez, de los riesgos absurdos de la juventud. Porque esos chavales saben que el trono del Cristo de los Gitanos en su salida alcanza hasta la pared a la que se encaramaron y que se lleva a cabo una maniobra de giro delicada que van a entorpecer con su presencia. No ignoran que algún policía va a venir a desalojar esa improvisada atalaya. Puede que sea eso lo que me atrae, esa lucha inútil contra lo prohibido. Ser consciente de que no se puede e intentarlo igual. Para nada, pero por si acaso. Ese «ya me dirán algo». Es un patrón, el de ignorar las normas, que se repite. Hay algo mágico en presenciar la vida desde la primera fila. E incluso, llegado el caso, también la muerte.

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