Los 'cargos' de Almogía, historia cofrade del municipio
La subasta de la Magdalena, el Ángel y Campanillero es una tradición de varios siglos en las dos hermandades de la localidad
El Campanillero, el Ángel y la Magdalena. Son los tres personajes más representativos de la Semana Santa de Almogía y forman parte de una tradición ... de varios siglos que perdura en las hermandades de la localidad: la de Nuestro Padre Jesús Nazareno y la del Santo Cristo de la Vera Cruz. Cada año, estos 'cargos' se subastan en el cabildo general de hermanos de cada cofradía, que tiene lugar el Sábado de Pasión. Esta 'rifa', como se denominaba antiguamente, tiene su origen en el siglo XVIII, con el objetivo de evitar problemas personales con los hermanos ante la designación de los cargos además de facilitar una vía adicional de ingresos económicos. La inclusión de María Magdalena, el Campanillero –que agita uno de los enseres más antiguos de la hermandad, una campanilla de 1737 con la que anuncia la llegada de la procesión– y el Ángel, procede de la antigua representación de la Pasión o Paso, unos autos sacramentales y del que únicamente se conservan estos vestigios.
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Cada uno de los cargos, por los que en algunas ocasiones se ha llegado a pagar hasta cuatro cifras, tiene una idiosincrasia muy concreta. Antiguamente, la rifa y el cabildo general de hermanos se celebraba el Miércoles Santo, y posteriormente el Domingo de Ramos, pero acabó trasladándose al Sábado de Pasión en ambas cofradías, para poder ofrecer una mejor preparación y planificación de todo lo que significa la asignación de un cargo tanto para las personas designadas como para sus familias, que los acompañan en la procesión el Jueves Santo, Viernes Santo y Domingo de Resurrección. En este caso, no es necesario ser hermano para participar en el cortejo, que incluye a familiares de cualquier cofradía y de otros puntos de España. El atuendo es el mismo para todo el séquito: camisa blanca y traje negro para los hombres y vestido negro para las mujeres.
La procesión la preside el mayordomo, que ejerce de jefe de procesión y ostenta un cetro que data de 1732, pero no se subasta, ya que se designa para el cometido a un veterano hermano. En el caso de la Magdalena, el cargo corresponde a una joven de unos 20 años, con pelo largo y no recogido, que su mirada fija en el crucifijo que lleva en las manos. En la hermandad de Jesús Nazareno, la Magdalena vestía una túnica propia de la cofradía y era al mismo tiempo coronada de espinas.
Según explican desde la Cofradía del Nazareno, la figura del Campanillero ha ido disminuyendo progresivamente su edad hasta llegar a la actualidad, donde casi siempre son niños de unos tres o cuatro años, aunque también ha habido niñas que han ocupado este cargo en algunas ocasiones. Cuentan los mayores que la figura del Ángel en la Pasión de Almogía proviene del antiguo Paso en el que se representaba la escena del Sacrificio de Isaac, hijo de Abraham que fue ofrecido a Dios.
En cuanto al Ángel, este cargo suele estar representado por una niña de entre tres y cuatro años, vestida de blanco con alas, corona y una cruz, procesionando por las calles rodeada de familiares.
Las subastas se realizan en el marco del cabildo general, en la casa hermandad de cada una de las cofradías. Al tratarse de un evento muy especial, son muchas las familias que viven con emoción este día, para el que se preparan durante años. Mientras que los cargos sólo pueden ser subastados entre los hermanos en el caso de la Vera Cruz, en la cofradía del Nazareno sí que está abierto a cualquier persona, una opción que normalmente no suele darse, ya que son los propios hermanos los que pujan para poder ofrecer este regalo a sus familias.
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Además de los cargos, la subasta también alcanza a los cuatro puestos para coger los lazos negros que penden de las esquinas del trono del sepulcro en la procesión del Santo Entierro, como en los antiguos entierros.
Entre los estrenos de este año destaca la túnica dieciochesca de Nuestro Padre Jesús Nazareno, una pieza fundamental en la identidad de la cofradía que ha sido objeto de una restauración por parte del taller Santa Conserva de Antequera.
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Por su parte, la hermandad de la Vera Cruz procesiona por primera vez su titular cristífero del imaginero José María Ruiz Montes, recreando la primitiva imagen desaparecida en 1936.
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