Francisco Escámez: «Trabajaremos en el centenario de la Virgen de Consolación y Lágrimas, pero con la vista puesta en su coronación»
El nuevo hermano mayor de la Archicofradía de la Sangre, que tomará posesión del cargo el 19 de septiembre, advierte que, según las normas diocesanas, el ritual canónico no podría celebrarse en el marco de los cien años de la bendición de la Dolorosa
Hasta 17 cofradías de penitencia y una de gloria, la Divina Pastora, celebraron este verano elecciones para elegir a los responsables que guiarán sus destinos ... durante los próximo cuatro años. Estas son la Clemencia (antiguo Mutilado), Humildad, Salud, Huerto, Prendimiento, Rocío, Fusionadas, Sangre, El Rico, Cena, Mena, Misericordia, Amor, Descendimiento, Dolores de San Juan, Santo Traslado y Piedad. Atendiendo a los resultados de las corporaciones agrupadas, nueve cofrades se estrenarán como hermano mayor. En principio, atendiendo a los escrutinios, los nuevos mandatarios de las cofradías que han celebrado cabildos de elecciones son José Luis Narbona (Salud), Nicolás Martín (Huerto), Rafael Romero (Fusionadas), Francisco Escámez (Sangre), José Antonio Compán (Cena), Ramón Gómez (Mena), Juan José Degara (Misericordia), Leonardo Cansino (Dolores de San Juan) y Enrique Sarria (Descendimiento).
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Una de las entidades nazarenas que contará con una cara nueva al frente para dar continuidad al trabajo desarrollado por la anterior junta de gobierno es la histórica Archicofradía de la Sangre, cuyo nuevo hermano mayor será Francisco Escámez Santiago, quien tomará posesión del cargo este viernes, 19 de septiembre, a las 19.30 horas, en la parroquia de San Felipe Neri.
Gestor de banca y nacido en Málaga en 1982, Escámez ha desarrollado durante los últimos ocho años su labor en la archicofradía como primer teniente hermano mayor durante el mandato de Laura Berrocal. También fue vocal, delegado de Hombres de Trono del Crucificado y en la procesión del Miércoles Santo ha participado, a lo largo de sus años de pertenencia, como nazareno, monaguillo, adjunto de mayordomo y mayordomo de trono del Cristo de la Sangre, además de portador de los tronos del Señor y de la Virgen de Consolación y Lágrimas.
-Antes de que hablemos de los proyectos que acometerá como hermano mayor, preséntese. ¿Quién es Francisco Escámez y desde cuándo pertenece a la Archicofradía de la Sangre?
-Bueno, nací el 26 de septiembre de 1982. En la actualidad, pertenezco a la Sangre y Misericordia, pero soy hermano de la Sangre desde el día en que nací. Mi familia siempre ha estado arraigada a esta archicofradía. Mi abuelo era Pepe Santiago, que fue hermano mayor desde 1993 a 1997. Sucedió en el cargo a Ricardo Berrocal, con quien fue teniente hermano mayor. Mi familia, por tanto, se involucró en la Sangre desde que el abuelo comenzó su andadura, allá por los años 50.
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-Casi 30 años después, la Archicofradía de la Sangre será dirigida por otro Santiago, su apellido materno. ¿Por qué se presentó a las elecciones?
-Ha sido un cambio para dar continuidad a un trabajo que empezamos hace ocho años con Laura Berrocal. La archicofradía estaba en un momento, digamos, más difícil, más sensible. Hacía falta un cambio. Ella me planteó dar el paso juntos, aunque sería ella la hermana mayor, para afrontar una nueva etapa, con ideas nuevas, para que, en un futuro, si todo iba bien, yo me presentara luego a hermano mayor. Y así ha sido. Ha llegado la hora, ya que Laura no podía seguir, tras ocho años consecutivos que llevaba al frente de la cofradía. No voy a decir que lo voy a intentar, sino que vamos a dar continuidad al trabajo realizado. De hecho repiten muchos miembros de la junta de gobierno de Laura Berrocal. El propósito es seguir como hasta ahora.
-¿Está la archicofradía en el momento que soñaban hace ocho años?
-Si no está en el momento más álgido, está muy, muy cerca. Se aproxima bastante, diría yo. Hace ocho años, nuestra idea era darle un vuelco a la hermandad en muchísimos ámbitos, no solo en su puesta en escena. Hablo de patrimonio y otros campos. Creo que, más o menos, lo hemos conseguido, aunque nos faltan muchas cosas aún, porque, no olvidemos que, por ejemplo, el patrimonio va sujeto a la economía. La idea es seguir trabajando como hasta ahora para continuar creciendo. La archicofradía ha crecido mucho en los últimos cinco o seis años.
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-¿También ha crecido en el número de hermanos?
-Sí, sobre todo, en los últimos tres o cuatro años.
-¿Y qué me dice de la juventud?
-Tenemos una vocalía juvenil que está cogiendo peso en estos dos o tres últimos años, cuando se ha visto incrementada en número de miembros. Arrancaron poco a poco y ahora hay un grupito cercano a una veintena de chicos, que hacen una labor importantísima. Nos ayudan mucho. Son el futuro cercano de la archicofradía.
«La vocalía juvenil está cogiendo peso en estos dos o tres últimos años. Nos ayudan mucho; son el futuro cercano de la archicofradía»
-En su proyecto electoral hablaba de poner en valor espiritual, simbólico e histórico el culto al Santo Sudario. ¿En qué va a consistir exactamente esa puesta en valor?
-Nosotros ya procesionamos una cruz con el sudario, pero es cierto que queremos darle un poquito más valor a lo que el nombre propio indica. El Santo Sudario está en el título de la cofradía. Es un titular más de la hermandad. Por tanto, sí creemos que hay que potenciar el valor que tiene, tanto en el culto como en la procesión. Es verdad que lo tenemos ahí, se procesiona, pero creo que habría que realzarlo un poquito más.
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-También pretenden que la Virgen del Socorro, del grupo escultórico del Cristo de la Sangre, reciba culto en la iglesia de San Felipe Neri.
-Exacto. Ya empezamos los trámites, durante el mandato de Laura Berrocal, para darle una advocación a esta Virgen, porque antes no la tenía. Se le dio la advocación del Socorro, estuvimos un año rezando el rosario todos los primeros viernes de cada mes en la casa hermandad en torno a esta imagen, y ahora tenemos dos propósitos para ella. Uno, que también sea titular de la archicofradía, y otro, que reciba culto en la iglesia de San Felipe, nuestra sede. Ya lo hemos intentado, pero no hemos podido llegar todavía a un acuerdo con la iglesia por la falta de un espacio para su culto. Ahora está este tema un poquito parado, aunque la idea es volver a retomarlo, ya que creemos que es el lugar que le corresponde a la Virgen. La imagen debe estar en una iglesia, no en un salón de la casa hermandad.
-¿En qué lugar de la iglesia le gustaría que estuviera la Virgen del Socorro?
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-No hemos pensado un lugar concreto. Lo que sí nos gustaría es que estuviera en la iglesia, en un sitio visible.
-En materia patrimonial, pretenden restaurar las antiguas bambalinas del palio de la Virgen, obra de los talleres de Esperanza Elena Caro. ¿Qué uso le van a dar cuando concluya la actuación en la pieza?
-Hablamos de una joya que tenemos en la archicofradía, porque son unas bambalinas bordadas por Esperanza Elena Caro. Están bastante deterioradas, de ahí que queramos restaurarlas para ponerlas en valor. Su uso no será más que tenerlas expuestas en la casa hermandad, como las tenemos, pero restauradas para utilizarlas en los cultos, por ejemplo, o en alguna procesión extraordinaria que pudiera celebrarse. Para la procesión del Miércoles Santo, la Virgen de Consolación y Lágrimas ya tiene su palio. Así que, de momento, el pensamiento no pasa por utilizar estas bambalinas en la procesión de Semana Santa.
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-¿Tienen ya cerrado el acuerdo con el bordador que acometerá la restauración?
-No. Todavía ni hemos jurado los cargos. Lo haremos este viernes. No hemos empezado todavía los trámites. Tendremos que pedir presupuestos, habrá que empezar a ver las posibles subvenciones que puedan venir o puedan haber para este tipo de obras, y una vez que empecemos a andar, veremos qué artista realiza la restauración.
-¿Y qué me dice de la posible coronación canónica de la Virgen? Usted ha incluido este asunto en su proyecto y señala un año: 2029.
-La Virgen de Consolación y Lágrimas cumplirá cien años de su bendición en 2029. Es una efeméride muy significativa: un siglo. Nosotros, de momento, vamos a trabajar en el centenario de la Virgen, aunque no le oculto que tenemos la vista puesta en la posibilidad de coronarla canónicamente. Los trámites tendríamos que empezarlos en 2029, ya que, según las actuales normas del Obispado, no se pueden iniciar antes de que cumpla los cien años. Para poner en marcha los papeles, hay que esperar a 2029.
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-¿No han creado una comisión para ir adelantando el trabajo, aunque tengan que solicitarla en 2029?
-Bueno, hemos creado una comisión del centenario. Se creó para trabajar en el propio centenario de la Virgen y en su posible coronación canónica. La conmemoración del centenario será lo primero, aunque nos hubiera gustado celebrar ambas cosas el mismo año, pero las normas diocesanas, según hemos consultado, no admiten la presentación de los papeles de la coronación hasta que la imagen cumpla el siglo.
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-O sea, que los veo celebrando dos acontecimientos en poco espacio de tiempo, el centenario, primero, y luego, la coronación canónica de la Virgen.
-La idea era fundir la efeméride y la coronación en una única celebración, pero, en principio, no podrá ser así. Tenemos que trabajar en el centenario, que es lo más próximo que tenemos. No sabemos si la coronación llegará y si tardará dos o tres años a partir de 2029. No sabemos cuánto se podrá alargar el proceso de la coronación, y si se podrá hacer o no. Llegará cuando tenga que llegar.
-¿Cabría la posibilidad, entonces, de que la Virgen de Consolación y Lágrimas protagonice dos salidas extraordinarias en un periodo corto de tiempo? Por su centenario y por la coronación canónica.
-Podría darse el caso. La idea del centenario es culminarlo con una salida extraordinaria, lógicamente. Imagino que la solicitaremos. Son cien años que creo que merecen una procesión extraordinaria.
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«La idea del centenario de la Virgen de Consolación y Lágrimas, que se celebra en 2029, es culminarlo con una salida extraordinaria»
-La extraordinaria la tendrá que aprobar el nuevo obispo, José Antonio Satué. Aunque lleva pocos días en Málaga, ¿cuál es su percepción?
-Las sensaciones sobre el nuevo obispo son muy buenas. Me parece muy cercano, con ganas de conocer Málaga y sus cosas. Se ve una persona humilde y muy coherente.
-La archicofradía ha experimentado una serie de cambios en los últimos años que el mundo cofrade aplaude. ¿Qué otros movimientos pretenden acometer?
-Bueno, quedan cositas. Este es el camino. Hemos cambiado la forma de andar de los tronos, la forma de procesionar... Por tanto, queremos seguir creciendo, por ejemplo, en el número de nazarenos. Tenemos que ver cómo gestionamos este tema. También vamos a seguir realizando enseres de procesión, ya que nos faltan algunos. Pero, para nosotros, es bastante importante engrandecer las filas de nazarenos. Es cierto que hemos crecido en número de nazarenos en los últimos años. Aun así, creo que todavía nos faltan más nazarenos. Después, hay más ideas. Queremos mejorar el grupo escultórico del Cristo y hacer mejoras en su tono, que tiene ya unos años. Todas estas ideas están encima de la mesa, pero, como le he dicho antes, la economía manda. Lo primero que quiero hacer en septiembre u octubre es encargar túnicas, tanto rojas como malvas. La participación de los nazarenos en la procesión es importantísima.
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-El trono del Cristo de la Sangre no es del gusto de muchos cofrades. Así lo manifiestan, incluso, en redes sociales. ¿Están contentos con este trono o acometerán uno nuevo en un futuro próximo?
-Queremos reformar el actual. Vamos a acometer varias mejoras, como incluir unos arbotantes laterales, que los tenemos encargados ya, porque cada año pedimos unos prestados a la cofradía hermana de El Rico. Así que, ahora es el momento de hacer unos para el trono.
-Así que se descarta la realización de un nuevo trono.
-Meterse en un trono nuevo cuesta mucho dinero. Nos gustaría darle una vuelta al actual. No nos planteamos cambiarlo. Ahora mismo solo caben mejoras. En un futuro, se podría ver, pero ahora mismo, insisto, solo caben mejoras.
-¿Quién realizará esos arbotantes?
-Los va a hacer Alberto Berdugo, tanto en los trabajos de talla como de dorado. Queremos darle un poquito más de luz, sobre todo, al grupo escultórico, que va un poquito oscuro. El trono es muy grande y necesita luz. La idea es hacer unos arbotantes de seis o siete brazos.
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-Y qué me dice de las figuras del grupo escultórico. ¿Experimentará el misterio más cambios? Porque en los últimos años han incorporado tres nuevas imágenes de las Marías –Magdalena, Salome y Cleofás–, obras de Francisco Naranjo, y que han venido a sustituir a las antiguas tallas de Rafael Ruiz Liébana.
-Algún día nos gustaría acabar la reforma del grupo escultórico con un nuevo romano, su caballo y el sayón.
-¿En esas reformas se plantearía la inclusión de nuevos personajes?
-No. Solo hemos hablado de Longinos en su caballo y el sayón. Lo que sí podría variar es las disposición en el trono. De todas formas, no tenemos nada encargado de momento. Simplemente, queremos hacerlos. Ahora es tiempo que empezar a pedir presupuestos.
-¿Las tres figuras las haría también Francisco Naranjo?
-Efectivamente, hablaremos con él, aunque, a raíz de algún comentario, ya nos ha dicho que en el tema del caballo no entra (risas). En este asunto no se ha avanzado aún. Nos sentaremos tanto con él como con otro artista.
-La banda de música de la Paz no seguirá acompañando a la Virgen de Consolación y Lágrimas. La formación musical ha puesto fin a una relación de 26 años y se machará a Sevilla para tocar el Miércoles Santo con la Virgen del Buen Fin de la Hermandad de la Lanzada. ¿Cómo se recibió la noticia en la archicofradía?
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-Si le digo la verdad, no era una cosa que esperábamos, sobre todo, por los años que llevaba la banda con nosotros. Nos acompañaban desde prácticamente su fundación. Han sido 26 años juntos y con una sintonía genial entre banda y trono. La comunión era muy buena cuando nos reuníamos para ver la cruceta. A la Paz le ha llegado una oferta de Sevilla y ha decidido dar salto a la ciudad hermana para probar allí. No nos queda otra que desearle suerte, que le vaya todo muy bien. Nosotros hemos hecho lo que teníamos que hacer: movernos para contratar otra banda. Así que, la Virgen de Consolación y Lágrimas irá con la banda de Zamarrilla y durante el traslado del Domingo de Pasión participará Trinidad Sinfónica.
-Ahora que hablamos del Miércoles Santo, ¿están contentos con su horario procesional?
-Muy contentos. El nuevo horario ha sido para nosotros un buen giro de tuerca total. Nos ha venido fantástico, tanto para el cortejo de nazarenos como para los niños, porque salimos a las seis de la tarde y nos encerramos en torno a la una de la madrugada. En años anteriores, por una serie de retrasos, nos estábamos encerrando a las cuatro y cinco de la mañana. No somos una cofradía para estar tan tarde en la calle. El cambio de horario nos ha parecido perfecto.
-¿Y qué me dice del recorrido? ¿Plantean algún cambio?
-Si se refiere al oficial, es el que tenemos y hay que luchar por él. De todas formas, más que el recorrido en sí, lo que menos me gusta es el tiempo que tenemos para hacer el recorrido. Creo que los tronos van muy acelerados, pero bueno, el recorrido es el que es. Creo que tiene mejoras y tenemos que colaborar para hacer realidad esas mejoras.
«Lo que menos me gusta del actual recorrido oficial es que los tronos van muy acelerados; tiene mejoras y tenemos que colaborar para hacerlas realidad»
-Me refería al recorrido de la archicofradía (risas).
-No, nosotros, no planteamos cambios. Ya hemos ampliado el recorrido para no salir directamente a la calle Carretería y hacerla hasta el final del tirón. Ahora vamos por las calles Álamos, Puerta de Buenaventura, plaza del Teatro y Tejón y Rodríguez hasta Carretería. Así que, de momento, no contemplamos cambios en el itinerario de la archicofradía.
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-Una curiosidad, ¿contemplan colocarle potencias al Cristo de la Sangre?
-Esa es otra batalla que se ha abierto en la hermandad. Hay bastantes hermanos que les gustaría ver al Cristo de la Sangre con potencias. Es un tema que la junta de gobierno tiene que estudiar. Si algún hermano lo propone, creo que habrá que llevarlo a un cabildo. Que los hermanos decidan cómo les gusta más.
-Y a usted, que va a ser el próximo hermano mayor en cuanto tome posesión del cargo, ¿cómo le gusta más? ¿Se atreve a dar su opinión?
-Sobre estas cosas, mejor no opinar (risas). Bueno, sinceramente, a mí me gusta el Señor de todas las maneras. Ahora estoy acostumbrado a verlo sin potencias. Yo es lo que les digo a los hermanos. Tendría que verlo con potencias para ver cómo les queda. Es cuestión de gustos. No digo que el Cristo no lleve potencias, pero habría que estudiar el tema y comprobar si les quedan bien. Sé que hay hermanos que están a favor de colocarle potencias, y por lo que me ha llegado por ahí, la quieren proponer. Como todas las propuestas, se estudiará si llega, por supuesto. Ya le pusimos al Cristo la corona de espinas y funcionó, ¿no? Le gustó a la gente. El escultor Juan Vega hizo una primera corona de espinas y más adelante las realizó Francisco Naranjo. Los siguientes asuntos que proponen algunos hermanos son, tanto las potencias como las cantoreras –remantes– de la cruz. Habrá que estudiarlos y ver las posibilidades que tenemos para hacer estas piezas.
-De todos los proyectos que barajan para los próximos cuatro años, ¿cuál es el que le hace especialmente ilusión?
-Todos los proyectos que hemos avanzado en la candidatura me ilusionan, porque todos engrandecerán la hermandad. La restauración de las bambalinas del antiguo palio es ilusionante, ya que es una gran pieza, patrimonio de la archicofradía y de la ciudad. Las mejoras del trono del Cristo, igualmente me ilusionan, pero quiero hacer hincapié en que vamos a intentar engrandecer las filas de nazarenos. Quiero un cortejo más nutrido. Llevarnos la Virgen del Socorro a la iglesia es bueno para la archicofradía. Todos los proyectos son importantes, algunos de mayor envergadura que otros, pero de igual importancia. No puedo decantarme por uno en concreto. Iremos sacando los proyectos adelante poquito a poco.
-Hace años, en tiempos de Mario Moreno al frente de la archicofradía, se hablaba de la ampliación de la casa hermandad. Este propósito pasaba por adquirir un inmueble contiguo a esta. ¿En qué ha quedado este tema?
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-Esto está totalmente descartado. La casa hermandad es del año 1990. Fue una de las primeras que tuvo en la ciudad y, claro, como la archicofradía ha crecido, se ha quedado pequeña. La adquisición de la casa de al lado no se hizo en su momento por distintos motivos y ahora, con los precios que hay, es inviable. Te piden más de un millón de euros y luego hay que hacer la obra.
-Y si se ha quedado pequeña, ¿no existe la posibilidad de construir una nueva en terrenos cedidos por el Ayuntamiento, como lo han hecho otras?
-Imposible, también. No hay terrenos por la zona. El Ayuntamiento quizá tenga en otros enclaves de la ciudad, pero nosotros no queremos marcharnos de la feligresía de San Felipe. Ahora estamos con distintas reformas de la actual casa hermandad. Queremos hacer mejoras, por ejemplo, en la terraza, que la teníamos para uso privado. La queremos adecentar para darle un uso público. ¿Nos gustaría una casa hermandad nueva? Hombre, por supuesto. Qué le voy a decir... Claro que sí, pero ahora mismo no se puede. Ni tenemos solar ni económicamente es viable hoy día. No podemos abarcar una nueva casa.
-Para ir terminando, ¿cómo calificaría la gestión de Laura Berrocal al frente de la archicofradía?
-Magnífica. Ha sido una hermana mayor fantástica. Ha conseguido darle un vuelco a la archicofradía. Le hacía falta. Se ha rodeado de muchísima gente y ha permitido que trabajemos. Siempre ha estado ahí cada vez que hacía falta. Insisto, es una persona que nos ha dejado trabajar y ha hecho muchísimo. Ha tenido una gestión impoluta. Se ve en la calle y a nivel interno, con solvencia económica. Ha sido una hermana mayor, para mí, de diez. No le puedo decir otra cosa.
-¿Estará en su junta de gobierno?
-Sí, estará en mi junta. Ella quiere descansar, lógicamente. Han sido ocho años de hermana mayor y de vicepresidenta de la Agrupación de Cofradías. Son responsabilidades que cargan mucho tu día a día. Le he pedido, por favor, que estuviera en mi junta. Me ha dicho que estará conmigo y lo hará como miembro del grupo de diputados, todos exhermanos mayores, que, en realidad, no pertenecen a la junta, pero ella, además, va a a tener el cargo de vocal, sin más, para estar en la junta de gobierno. Seguirá ayudándonos y trabajando con nosotros, por supuesto.
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