María José Torres: «Hay alergias que comprometen la vida del paciente; falta concienciación»

–¿Qué tal sus primeros meses como presidenta de la Academia Europea de Alergología?

–Muy contenta. Hacía falta cambiar mucho y ya hemos conseguido tener a los pacientes en el centro de la organización siendo partícipes de muchas de las actividades que realizamos. Ahora tenemos en marcha un gran programa relacionado con todo lo que ocurre con el cambio climático y cómo está afectando al desarrollo de las enfermedades alérgicas.

–¿Cuánto tiene que ver el cambio climático?

–Muchísimo. Los pólenes con la contaminación se vuelven más alérgenos y agresivos y, además, están cambiando la distribución por el cambio de clima; ahora tenemos pólenes en zonas que antes era impensable. El periodo de polinización está cambiando y también alargándose. Y ya no sólo es el cambio climático el que afecta tanto a las alergias, también todo el tema de microplásticos y productos químicos que se usan básicamente en todo lo que tenemos en nuestro día a día. Nos está afectando de manera brutal.

–¿Hace cuánto que están detectando ese aumento de alergias?

–Va por oleadas, antes aumentaron las enfermedades respiratorias y ahora lo que tenemos también es un aumento importantísimo en las alergias alimentarias. Esto no ha hecho más que empezar, estamos aumentando tanto el número como la gravedad.

–O sea, la respuesta a por qué hay cada vez más alergias es que tenemos nuevos hábitos.

–Claro, esa es la clave. Las casas ya no son como eran antes, el nivel de ácaros es mayor porque tienen mas sitios donde almacenarse como cortinas, mantas y diferentes elementos de decoración. Tampoco favorecen las condiciones de humedad y temperatura.

–¿Puede avanzar tanto la enfermedad que no dé tiempo a controlarla?

–De hecho ya tenemos enfermedades graves como la anafilaxia, por eso este pasado 21 de noviembre lanzamos desde la Academia Europea de Alergología, porque son alergias que pueden comprometer la vida del paciente y hay que identificar rápido los primeros síntomas, además de aprender a tratarlos de forma inmediata. Por ejemplo, una niña murió en un avión porque tomó un sándwich que no tenía los alérgenos bien identificados. Igual que hay desfibriladores, los aviones también tendrían que tener adrenalina para poder administrar en estos casos.

–¿Falta concienciación sobre la gravedad de las alergias?

–Totalmente. Tanto pacientes como médicos deben ser conscientes de que es una enfermedad frecuente y que pone en peligro la vida del paciente.

–¿Qué avances hay en las pruebas de diagnóstico?

–Hay pruebas cutáneas como siempre, pero los extractos que se utilizan están mucho mejor caracterizados. Además, tenemos diagnóstico de laboratorio que ayuda a identificar y tener una administración controlada.

–¿Todos los ciudadanos deberíamos hacernos las pruebas?

–No, no, eso no vale para nada. Las pruebas sólo son de utilidad cuando el paciente ha tenido una reacción.

–¿Cuál es la alergia más común ahora mismo?

–En los pequeños, la leche y el huevo; a partir de la adolescencia, en la zona mediterránea, frutas y vegetales; en tema de medicamentos, muchísimos, como la penicilina.

–Muchas pueden desaparecer.

–Sí, también mejorar con el tiempo. Los tratamientos con vacunas son de gran utilidad, siempre que estén bien prescritas, que no siempre es fácil hacer un diagnóstico preciso y eficaz.

–¿Hay alguna novedad destacable en los nuevos tratamientos?

–Lo que más ha cambiado en los últimos años es que clasificamos a los pacientes según el riesgo, eso nos permite trabajar más rápido con la enfermedad y podemos hacer los tratamientos lo más precisos posibles.

–Para terminar, un análisis de la enfermedad.

–Pues simplemente es que las alergias van a aumentar en todas las edades y hace falta un importante conocimiento por parte de la población y los médicos de atención primaria para poder identificar desde los primeros síntomas. Cuanto antes se aplique la inmunoterapia y la vacuna, más efecto va a provocar en el afectado. Necesitamos también más prevención a nivel institucional para ver cómo actuar ante el cambio climático, que afecta de forma global a la salud del paciente.