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E. DE LOS RÍOS
Lunes, 23 de abril 2012, 13:59
Cómo nos cuesta hablar de nuestro físico. Podríamos estar horas comentando cualquier esquina de nuestra personalidad o cierta debilidad de carácter, pero confesar lo que consideramos nuestros defectos anatómicos... Eso es harina de otro costal. Quizá porque son inevitables o porque hemos aprendido a disimularlos, nos parece que desvelarlos es dar pistas al enemigo. Sin embargo, todos tenemos algún complejo, o varios. Y de su aceptación depende en gran medida nuestra relación con nosotros mismos.
El psiquiatra Luis Rojas Marcos, autor de 'La autoestima. Nuestra fuerza secreta' afirma que "está demostrado que a los hombres y mujeres físicamente atractivos casi siempre se les juzga, incluso a primera vista, como más capacitados socialmente, más exitosos y hasta más competentes que al grupo menos favorecido en apariencia o belleza externas". Es cierto lo de "como te ven, te tratan". Lo inexorable de esta tendencia tiene un consuelo: la presión se va atenuando con la madurez.
"Para el 60% de los jóvenes la valoración de su aspecto es el factor predominante que condiciona su nivel de autoestima, pero este porcentaje disminuye con la edad. A partir de los 50 ocurre justamente lo opuesto: el nivel de autoestima precede y determina la apreciación del físico", precisa Rojas Marcos. (Más información en MujerHoy.com)
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