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María Jesús Córdoba dejó su trabajo en una empresa pública por volver al campo. SUR
Verano 2020: Vida en el campo

María Jesús Córdoba. El sueño cumplido de volver a las raíces

De muy pequeña tuvo contactos con el turismo rural gracias a su padre, Antonio, quien se atrevió a poner en marcha el hotel restaurante Escua

Javier Almellones

Málaga

Jueves, 23 de julio 2020, 00:23

Decir que María Jesús es una trotamundos puede parecerle exagerado incluso a ella misma. Pero, seguramente sería la calificación que le habría otorgado el algoritmo de un geolocalizador: Estados Unidos, Japón, Holanda, Túnez, Egipto,... Esta empresaria archidonesa sabe es lo que recorrer medio planeta.

A ello hay que unirle que cursó sus estudios universitarios en Granada y trabajó en Sevilla. Pero, después de todo ese periplo con la maleta de acá para allá, en la que se ha enriquecido con otros acentos, un buen día decidió volver al punto de partida. Reinició su particular juego vital para encontrarse a sí misma en Archidona, la que la vio nacer en la década de los años setenta.

De muy pequeña tuvo contactos con el turismo rural gracias a su padre, Antonio, quien se atrevió a poner en marcha el hotel restaurante Escua, cuando lo de ir a visitar pueblos del interior no acababa de arrancar aún en la provincia de Málaga. Con huéspedes y comensales extranjeros empezó lo que sería una vinculada vinculada de una forma u otra al turismo. A María Jesús de pequeña les gustaba hablar con ellos. «Muchas veces les enseñaba mis notas del colegio antes a ellos que mi padre», asegura.

«Me gustaría que los que vienen a hacer turismo rural salieran más al campo y no se encerraran en la casa»

Fueron años dichosos, en los que María Jesús vivía en la entrada de Archidona, junto al campo, de forma sencilla, cerca de los animales que tanto le gustan.

Pero, un buen día, decidió madurar dentro de su juventud e irse a estudiar a Granada la carrera de Biblioteconomía y Documentación. Allí no sólo complementó su vocación de servicio sino que aprendió de la vida universitaria.

Sin apenas un respiro, encontró una salida profesional en la Agencia Andaluza de Energía. Diecisiete años estuvo trabajando en esta empresa de la Junta de Andalucía, hasta que «el ambiente de la oficina se volvió tóxico y estresante».

Más vale tarde que nunca, pensó. Todavía era un buen momento para volver a su tierra de olivos, la misma que la apaciguaba y le quitaba la tensión cada vez que volvía a ver a su familia. En su particular balanza pesaba más el bienestar personal y la vida en el campo que un puesto de trabajo bien remunerado en una empresa pública. Ni excedencia ni baja laboral. María Jesús dimitió.

Fue ahí cuando se implicó en el negocio familiar que fundó su padre. Forjó una alianza con su hermano Luis y echaron a andar nuevos e ilusionantes proyectos que redundaban en el turismo y la gastronomía.

Poco después nacería el aceite de oliva virgen extra de la variedad picual y ecológico La Samiaja. Su hermano dio el primer paso para empezar a embotellar un 'oro líquido' de calidad de los olivos familiares. María Jesús puso la ilusión y el cariño que le dan un valor añadido a un proyecto empresarial. Por último, su pareja, Juanjo, arquitecto de profesión, fue el encargado de vestir esa botella con un diseño y una marca que sintetizan la infancia de María Jesús.

Pero, además de vender zumo de aceitunas picuales, La Samiaja creció después con una propuesta de oleoturismo que rompe moldes para enseñar la cultura del aceite de oliva en Archidona. La difunde desde el cortijo La Alzamigaja, un caserón rural rodeado del olivar ecológico del que se nutre su AOVE.

La hija de 'Antonio Banderas'

María Jesús Córdoba está identificada especialmente con la marca La Samiaja, dentro y fuera de Archidona o de la provincia de Málaga. Aunque para muchos es más conocida con el apodo de 'la 'Niña del Escua', con el que se alude al negocio de turismo y de restauración que fundó su padre cuando el turismo de interior era una utopía.

Aunque la responsabilidad tanto del hotel como del restaurante Escua recaen en su hermano Luis, es una de las marcas con las que por herencia paterna también forma parte de la vida de María Jesús Córdoba.

Pero a ella también la conocen con otro mote, que, a priori, puede sonar bastante desconcertante: la hija de 'Antonio Banderas'.

«No, ni mi padre ni su familia tenemos nada que ver con el famoso actor», aclara sonriendo. De hecho, ni su padre se apellidaba Banderas. ¿Entonces? Su abuelo sí tenía ese apellido y por extensión se le otorgó a su descendiente.

La vivienda rural está equipado con todo lo necesario para el disfrute de sus huéspedes, pero a esta empresaria archidonesa le satisfaría que fuera sobre todo un campamento base para visitantes ávidos de experiencias para los cinco sentidos en el ámbito rural: «Me gustaría que la gente que viene a hacer turismo rural saliera más al campo y no se encerrara en la casa para hacer cosas que puede hacer en la ciudad».

María Jesús no se considera una hija pródiga. El concepto bíblico se queda corto, porque ella no se arrepiente de su periplo por la ciudad. Es más, le ha servido para traerse una mochila llena de empatía en la que entiende mejor a los clientes que buscan el sosiego en el campo.

A sus 48 años, con una vida que le permite moverse entre Archidona y Málaga, donde vive su pareja, a María Jesús le falta poco para la plenitud vital.

A pesar de que le ha gustado siempre viajar ahora se siente más realizada intercambiando impresiones y emociones con sus clientes.

Eso sí, reconoce que tiene un deseo confesable para un futuro no muy lejano. Vivir en el propio cortijo familiar con Juanjo. Él no lo descarta, pero aún no es el momento idóneo para ello. Mientras tanto María Jesús sigue viviendo su particular sueño hecho realidad, el de disfrutar de la vida en el campo.

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