Color. Las vistosas sombrillas que hay en la plaza de la Constitución de Torrox dan un toque original J. A.

Un recorrido por los pueblos más orientales de Málaga

Nerja y su aldea de Maro, Frigiliana, Torrox o Cómpeta se encuentran a los pies de la sierra de Almijara, con unas vistas privilegiadas al Mediterráneo

Sábado, 6 de mayo 2023, 00:27

Los acantilados de Maro, el 'Barribarto' de Frigiliana, la Cueva de Nerja o la concurrida plaza de Almijara de Cómpeta son algunos de los hitos ... turísticos que aguardan en la parte más oriental de la comarca malagueña de la Axarquía.

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Hay dos grandes elementos que definen y que están muy presentes en pueblos como Torrox, Frigiliana, Cómpeta o Nerja, el mar Mediterráneo y la abrupta sierra de Almijara.

Entre ambas se encuentran las villas mencionadas y algunas de sus aldeas, como son la de Maro, en Nerja, o la del Acebuchal, en Cómpeta, pero también próxima a Frigiliana. Además, Torrox tiene dos versiones, la del 'Pueblo' y la costera, con núcleos litorales como El Morche. A ellos hay que añadir otros pueblos , como Árchez y Canillas de Albaida, que pertenecen a la denominada Ruta Mudéjar de la Axarquía, pero que están muy cerca de Cómpeta.

Todas estas poblaciones conforman un conjunto variado, con tintes andalusíes, con vistas al mar Mediterráneo, en la mayoría de los casos, ya sea a pie de playa o desde elevadas cotas de la citada sierra de Almijara.

La plaza de Almijara, el Barribarto o la Cueva de Nerja son algunas de las visitas obligadas en esta zona de la Axarquía

Pocas presentaciones necesitan los cascos antiguos de estos pueblos. El más conocido es, sin duda alguna, el Barrio Alto o 'Barribarto' de Frigiliana, un trazado de reminiscencias medievales árabes, gracias a un laberinto de calles estrechas, rincones y pasajes, donde la blancura de la cal está salpicada por coloridas ventanas, puertas o macetas.

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Desde la entrada a esta zona del pueblo, justo al dejar atrás la plaza del Ingenio, las calles empedradas van sugiriendo distintos recorridos, que llegan o a la parte más alta del pueblo, a los pies de lo que queda de su castillo medieval (Lízar) o bien se dirigen hasta la iglesia de San Antonio, donde hay una plazoleta para tomar un refrigerio.

Tampoco se queda atrás el casco antiguo de Cómpeta, que tiene en la bulliciosa plaza de Almijara, frente a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que es el corazón de un pueblo vinculado históricamente al vino dulce moscatel. Hoy esta tradición sigue viva gracias a la bodega familiar que lleva el nombre de la antes citada plaza y la abrupta sierra que cobija a estos pueblos, la de Almijara.

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Andalusí. Las calles estrechas y las macetas coloridas también se pueden ver en Cómpeta. J. A.

Torrox Pueblo es otro de esos pueblos blancos de reminiscencias andalusíes que conforman este trepidante recorrido por la Axarquía más oriental. Su casco antiguo está vertebrado por pequeñas rutas callejeras que permiten descubrir bonitos rincones e incluso algunos miradores que divisan la costa. En la plaza de la Constitución hay un busto de Almanzor, del que se dice que nació allí –no está ni mucho menos confirmado–. Este espacio urbano es el más emblemático y no sólo por la presencia del caudillo árabe. También por los coloridos paraguas que dan sombra a los viandantes y por marcar el camino que lleva a la esbelta parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación.

Nerja tiene en la playa de Burriana y el Balcón de Europa dos de sus grandes atractivos urbanos, pero también merece la pena callejear por su trazado más tradicional. Muy recomendables es adentrarse en el Museo de Nerja, un recorrido apasionante por la historia de esta localidad axárquica.

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Litoral. Esta recóndita y espectacular cala se encuentra junto a la aldea nerjeña de Maro. J. A.

Buena parte del atractivo de este afamado municipio turístico está en su entorno, donde hay visitas obligadas por su singularidad. Por un lado, está la Cueva de Nerja, una de las grutas más impresionantes del país, tanto por su atractivo geológico como por los hallazgos que demuestran que estuvo habitada durante la Prehistoria.

A los pies de la entrada de la cavidad, se encuentra la aldea nerjeña de Maro, elevada sobre el nivel del mar, pero muy cerca de éste, lo que le otorga un lugar privilegiado en el Mediterráneo.

Ahí justo empieza el emocionante recorrido que lleva al viajero a recorrer el espectacular paraje natural de los Acantilados de Maro y Cerro Gordo (este último, perteneciente a Almuñécar). Calas recónditas, aguas cristalinas y un entorno abrupto de gran belleza convierte a este tramo costero en el mejor epílogo posible para la costa oriental de Málaga.

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