Sierra del Hacho: estalactitas de origen kárstico y vistas espectaculares de Álora
A través de varios senderos y miradores, quienes ascienden por esta sierra de Álora se sorprenden con una singular geología y vistas del pueblo y su entorno
No resulta fácil encontrar un paisaje geológico similar en la provincia de Málaga, aunque los hay. Estalactitas de origen kársticos o grandes bloques de conglomerados ... fragmentados son algunos de los elementos que hacen diferente a la sierra del Hacho, la más cercana al pueblo de Álora, en el Valle del Guadalhorce.
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Hoy esta localidad cuenta con varias rutas de senderismo que se adentran en su parte alta. O incluso un singular balcón desde el que se puede ver el propio casco urbano junto a su castillo. Una mirada llena de historia donde se puede entender ese lema histórico de Álora, «la bien cercada», sobre todo si se pone el foco en el castillo, situado sobre el cerro de las Dos Torres.
La geología y las vistas panorámicas son los dos elementos que hacen especialmente atractiva cualquier excursión por esta zona montañosa, situada al oeste del pueblo y separando así la fértil vega agrícola perota.
A través de dos rutas de senderismo circulares y homologadas, se pueden conocer enclaves tan sobresalientes como el Hoyo del Toril, lleno de formaciones que parecen sacadas de un escenario de película. Da igual que se realice el itinerario del Monte Hacho (PR-A-415) o del Monte Redondo (SL-A-031), ambos forman parte del mismo complejo serrano, donde incluso se ven cuevas que han sido formadas por las propias piedras al aflorar el terreno.
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Los dos caminos incluso coinciden algunos metros, aunque recorren distintas partes de la misma sierra del Hacho.
Uno de los lugares más emblemáticos hoy es el mirador de la Hemiruta, denominada así por ser un itinerario que nació por dar visibilidad a la enfermedad de la hemiparesia, diagnosticada a un niño de la zona. Cada otoño se hace un recorrido popular hasta allí, aunque también se puede ver el resto del año como si fuera un apéndice del sendero del Monte Redondo, ya que se encuentra a tan sólo unos metros del punto de partida oficial del mismo.
El Hoyo del Toril y el mirador de la Hemiruta son dos de los enclaves más sobresalientes de este conjunto
Otro símbolo es la cruz del Hacho, al que se puede llegar tras pasar antes por el vértice geodésico que es el techo de esta sierra, del mismo nombre. En cualquier caso se trataría de la ruta circular del Monte Hacho, situado más al norte que la anterior.
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Hay que tener en cuenta que para llegar a la cruz del Hacho, habrá que pasar del carril ancho a una senda estrecha que va descendiendo a la derecha de un roquedal hasta llegar hasta el enclave indicado. En total son apenas 300 metros de distancia, en los que habrá prestar especial atención al suelo.
Ambos senderos (el PR-A-415 y el S-A-031) son relativamente complejos, aunque de forma independiente se pueden hacer a un ritmo tranquilo en torno a unas tres horas de duración. Eso sí, se debe llevar el equipamiento necesario para caminar por montaña. Es decir, ropa cómoda y calzado adecuado para esta práctica deportiva. A todo ello hay que añadir agua suficiente, algún alimento calórico y mapas físicos o digitales para la orientación.
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Esta sierra tiene un gran atractivo geológico, pero también biológico. No en vano, puede resultar relativamente fácil ver algún rebaño de cabra montés moviéndose por lugares escarpados.
Igualmente, se pueden avistar ejemplares de buitre leonado que provienen de la cercana sierra de Huma, así como rapaces de distinta envergadura, desde el águila real al cernícalo común. Otras aves que se pueden apreciar en este entorno son perdices, codornices, así como algunas rupícolas. También es el hábitat de pequeños depredadores, como el gato montés.
Durante todo el trayecto, se pueden ver decenas de especies botánicas propias de estos ecosistemas. Así, además de los olivos, se podrán ver varios ejemplares de acebuches, pinos carrasco y algunas encinas. Tampoco falta el matorral típicamente mediterráneo en esta ruta, con platas aromáticas como el romero y el tomillo. También es especialmente abundante el palmito.
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Tras disfrutar de la geología y la biodiversidad, se puede complementar la excursión con una visita a los lugares de interés de Álora, como son su castillo, la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación o el antiguo convento de las Flores.
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