Casarabonela: los grandes hitos de la antigua Qasr Bunayra

El casco urbano es uno de los grandes atractivos del pueblo. Recorrerlo a pie es obligatorio para disfrutar de la riqueza arquitectónica de este pueblo. En sus calles, a modo de hitos, se alternan arcos, hornacinas y cruces y fuentes, que aluden a la historia, a la devoción católica y a la riqueza hídrica de su sierra, respectivamente.

El conocido como el barrio del Arrabal es una auténtica inmersión en el pasado andalusí de Casarabonela. Entre cuestas, el visitante puede detenerse en sus grandes hitos monumentales. Es el caso de la iglesia de Santiago Apóstol, levantada originalmente en el siglo XVI, que es precisamente una de las visitas obligadas de esta villa. En sus aledaños se encuentra el Museo de Arte Sacro, un enclave de mucho interés cofrade.

Otro de los edificios religiosos importantes es la ermita de la Veracruz, que data del siglo XVIII, donde se venera a la Virgen de los Rondeles. No es la única capilla que se puede ver en el pueblo, ya que en la zona alta del casco urbano, se puede visitar la del Calvario, que es incluso un siglo más antigua que la de la Veracruz.

Sobre un promontorio rocoso del propio casco urbano se erige lo que hoy queda de la antigua fortaleza árabe, que podría tener incluso cimientos romanos. No sería de extrañar, ya que en el pueblo y en el entorno se han hallado distintos vestigios de esa época, como restos de una antigua calzada romana.

El castillo recibe el nombre de Qasr Bunayra, vocablo del que deriva el nombre del pueblo. Allí se pueden ver todavía hoy algunos restos de murallas e incluso torres de lo que fue uno de los baluartes más importantes de la rebelión de Bobastro, que fue capitaneada por Omar Ben Hafsun en el siglo X.

No sólo jugo un papel estratégico muy importante en aquella época sino en otros momentos del antiguo Al-Ándalus, como en el ocaso del reino nazarí. Fue tomado en 1485 por las tropas cristianas y fue usado como fortaleza hasta el siglo XVIII. Gracias a su ubicación geográfica y a su elevación, hoy se entiende la importancia de este recinto amurallado, desde el que se tiene una amplia perspectiva del Bajo Guadalhorce.

Frente al pueblo se puede visitar también el Jardín Botánico del Cactus y otras Plantas Suculentas, una amplia colección de este tipo de plantas, que se debe visitar como si fuera un auténtico museo.

Pero, además, no hay que olvidar la importancia histórica que ha tenido la sierra para los moriscos –gentilicio de Casarabonela–. A lo largo de siglos ha sido fundamental no sólo por sus manantiales sino también por sus recursos naturales. Hoy todo ello se ha puesto en valor gracias a una amplia red de senderos que permite a los visitantes recorrer algunos de sus hitos. Desde el propio casco urbano o desde Puerto Martínez, en el pueblo se pueden recorrer caminos con historia tanto por la sierra Prieta como la de Alcaparaín.

Entre los senderos más completos está el del Camino de la Dehesa-Fuente de los Hornaos, que tiene un trazado circular que permite tener una perspectiva amplia del pueblo y de su entorno y que pasa por una antigua calzada romana o junto a enclaves como el Llano Cristóbal.

Tampoco hay que olvidar que Casarabonela es un pueblo de grandes tradiciones gastronómicas. Es territorio de aceitunas manzanillas aloreñas, que se pueden comprar en estos días en la cooperativa local. Además, allí se puede comer uno de los platos más típicos de la villa, el pipeo, muy saludable y vegano y elaborado con productos de la huerta.